domingo, 23 de junio de 2024

Rebelión paleontológica por los dinosaurios de Burgos: "¡La ley no protege los fósiles!"

¿ES QUE NADIE PIENSA EN LOS SAURÓPODOS?

Fidel Torcida, director del Museo de los Dinosaurios de la localidad burgalesa
de Salas de los Infantes. (EFE/Santi Otero)
Los fósiles de dinosaurios de Castilla y León están en el limbo. No se incluyen en la ley de patrimonio y la de Parques Naturales tiene un vacío legal. Las diferencias entre consejerías tampoco ayudan

La ambiciosa fascinación de José Royo y Gómez por los dinosaurios empezó hace un siglo. De aquella, este paleontólogo castellano se emperró en recopilar información sobre la especie extinguida. Royo excavó durante años en diferentes puntos del país. Así, en torno a 1926, halló los primeros restos de un gran reptil en la provincia de Burgos. El forofo de los dinosaurios jamás sabrá que su hazaña sentó algunas de las bases del interés por los dinosaurios en España. Ahora, los paleontólogos del siglo XXI de la región temen que todos estos años de investigación se vayan al garete. "La nueva ley no protege los fósiles", afirma el director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos), Fidel Torcida. 

El cabreo viene a raíz de la última Ley de Patrimonio de Castilla y León. La norma, aprobada en las Cortes el pasado 14 de junio, sustituye la anterior –vigente desde hace más de dos décadas–. ¿El problema? Los fósiles que no estén vinculados al ser humano, no están protegidos bajo el paraguas de esta ley. Desde el Museo de los Dinosaurios de Burgos reconocen que, por el momento, no tienen "ninguna" expectativa de que las cosas vayan a cambiar. En dicha institución descansan más de 10.000 piezas de dinosaurios que, desde el punto de vista de los expertos, parecen no importarles a nadie.

Hallazgo del yacimiento de dinosaurios Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal,
 en Burgos. (EFE)
El museo, además, ni siquiera se ubica en la capital de la provincia. Es la localidad de la Sala de los Infantes –con una población de 2.000 habitantes– la que acoge la colección. En otras palabras: en este municipio burgalés hay más piezas de dinosaurios que vecinos. Y es gracias a la inversión del propio gobierno local por lo que se mantiene el museo. "Salas es una ciudad pequeña con unos recursos económicos limitados", confesó hace escasos días la alcaldesa. La otra fuente de ingresos del museo es a través de subvenciones de la Diputación de Burgos. Desde los inicios de las excavaciones en 2002, el equipo de profesionales ha dado con restos de dinosaurios de más 80 toneladas. Solo en julio del año pasado, encontraron 10 vértebras de un terópodo medio.

"Nosotros llevamos los fósiles al museo porque queremos, pero ni siquiera estamos obligados", continúa Torcida. Hoy día, los restos de los dinosaurios de Burgos podrían abandonarse a su suerte en un espacio natural no-protegido y, legalmente, no pasaría absolutamente nada. El presidente de la institución asegura que han mantenido conversaciones con diferentes partidos políticos para abordar el asunto. Sin embargo, su conclusión es clara: "Dedicamos a esto nuestro tiempo y esfuerzo, pero llegamos hasta donde llegamos". 

El argumento que ofrece la Consejería de Cultura, liderada por Vox, es que dichos restos paleontológicos están regulados por la ley de Patrimonio Natural. Fuentes de la Junta de Castilla y León confirman a este diario que "la normativa estatal y autonómica del patrimonio cultural solo contempla la paleontología cuando pueda relacionarse con la historia del hombre". Todo lo demás que se halle excavando, se regulará por la norma medioambiental.

Sin embargo, según altos cargos de la arqueología y paleontología consultadas –que han preferido mantenerse en el anonimato–, la ley de Patrimonio Natural solo tiene en cuenta los restos encontrados en espacios protegidos. "Como comprenderás –continúa Torcida–, la mayoría de las piezas de Burgos nos las localizamos en todo tipo de enclaves". Es decir, que los fósiles de dinosaurio no suelen ubicarse en el subsuelo de parques y zonas naturales protegidas.

Es ahí donde existe "un limbo legal". De hecho, desde 2011, ni siquiera es obligatorio pedir permiso a la Junta para excavar: "Antes sí. Incluso les hacíamos un inventario de lo que encontrábamos y ellos tenían que autorizar que quienes íbamos era personal cualificado. Después de 2011, bastaba con avisar", reseña. 

Trabajando uno de los fósiles. (EFE/Santi Otero)
Lo cierto es que no sería disparatado acoger los fósiles de dinosaurios dentro de la ley de patrimonio cultural. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid sí se han incluido este tipo de fósiles en la norma de patrimonio. El yacimiento del Cerro de los Batallones, en Torrejón de Velasco, no está dentro de ningún espacio natural protegido. Si la ley autonómica no incluyera este tipo de fósiles, todo lo descubierto en dicho yacimiento no contaría con ningún tipo de seguridad.

No obstante, hay que tener en cuenta que en la región madrileña gobierna el Partido Popular con mayoría absoluta. En cambio, el Gobierno de coalición de Castilla y León limita la puesta en marcha de algunas iniciativas. La consejería de Cultura está liderada por Vox, mientras que la de Medioambiente pertenece al PP. El conflicto solo podrá resolverse si ambas consejerías deciden caminar de la mano.

elconfidencial.com

¿Cuándo apareció el primer dinosaurio de sangre caliente?

Nuevos descubrimientos indican que algunos tipos de dinosaurios probablemente eran capaces de generar su propio calor corporal.

Impresión artística de un dromeosaurio, un tipo de terópodo emplumado,
en la nieve.  
Crédito: Davide Bonadonna/Universidad de Vigo/UCL
¿En qué momento los dinosaurios empezaron a ser capaces de regular su temperatura corporal en vez de tener que depender del calor de Sol? Originalmente se pensaba que los dinosaurios eran criaturas de sangre fría y que por eso precisaban de la luz natural de nuestra estrella para calentar su sangre. Sin embargo, esta idea entró en conflicto en un acalorado debate paleontológico sobre los dinosaurios que concluyó que algunos dinosaurios eran endotérmicos (de sangre caliente, como nosotros, los perros, los pájaros...) y otros, eran exotérmicos (de sangre fría, como los cocodrilo o los grillos).

Pero la gran pregunta es... ¿cuándo aparecen los primeros dinosaurios de sangre caliente? ¿En qué instante de la era de los dinosaurios -era Mesozoica- desarrollaron una aclimatación ambientalmente independiente, al estilo de las aves? Según un reciente estudio, hay indicios de que la termorregulación evolucionó entre ciertos dinosaurios hace 180 millones de años.

“El aspecto más sorprendente es la coincidencia de la mayoría de los cambios evolutivos en el evento de Jenkyns. Se trata de un evento hipertermal reconocido relativamente recientemente y rastreado en nuestro registro geológico”, explicó el paleontólogo Alfio Alessandro Chiarenzae del University College de Londres en su estudio publicado en la revista Current Biology.

El evento Jenkyns, ocurrido hace 183 millones de años, provocado por la actividad volcánica en la gran provincia magmática de Karoo-Ferrar, también afectó a los dinosaurios y podría haber sido el detonante para desarrollar esta importante habilidad que afecta directamente la capacidad de muchos animales para habitar diversos hábitats y adaptarse a los desafíos ambientales.

Rastreando pistas

En su trabajo, los investigadores observaron la propagación de los dinosaurios en diferentes climas de la Tierra a lo largo de la Era Mesozoica, basándose en 1.000 fósiles, modelos climáticos y la geografía del período, y los árboles evolutivos de los dinosaurios. Descubrieron que dos de los tres principales grupos de dinosaurios, los terópodos (como T. rex y Velociraptor) y los ornitisquios (incluidos los parientes herbívoros de Stegosaurus y Triceratops), migraron hacia climas más fríos durante el Jurásico Temprano. Esto sugiere que podrían haber desarrollado la endotermia, la capacidad de generar calor internamente, que los hacía más capaces de soportar ambientes más fríos, en ese preciso período. Por contra, los saurópodos, otro grupo principal que incluye a Brontosaurus y a Diplodocus, permanecieron en regiones más cálidas del planeta.

Jurásico. Midjourney/Sarah Romero
"Nuestros análisis muestran que surgieron diferentes preferencias climáticas entre los principales grupos de dinosaurios en la época del evento Jenkyns hace 183 millones de años, cuando la intensa actividad volcánica provocó el calentamiento global y la extinción de grupos de plantas", dijo Chiarenza.

Es probable que este cambio estuviera impulsado por las altas temperaturas, aunque parezca contradictorio, pero parece que habrían creado un entorno más factible para desarrollar esta capacidad de soportar condiciones de temperatura más frías. En aquella época, incluso las regiones polares eran más cálidas y tenían abundante vegetación.

“En ese momento surgieron muchos nuevos grupos de dinosaurios. La adopción de la endotermia, tal vez como resultado de esta crisis ambiental, puede haber permitido a los terópodos y ornitisquios prosperar en ambientes más fríos, permitiéndoles ser muy activos y mantener la actividad durante períodos más largos, desarrollarse y crecer más rápido y producir más descendencia”, continúa el experto.

"Los terópodos también incluyen a las aves y nuestro estudio sugiere que la regulación única de la temperatura de las aves puede haber tenido su origen en esta época del Jurásico Temprano. Los saurópodos, por otro lado, que permanecieron en climas más cálidos, crecieron hasta alcanzar un tamaño gigantesco en esa época, otra posible adaptación debido a la presión ambiental. Su menor relación entre superficie y volumen habría significado que estas criaturas más grandes perderían calor a un ritmo reducido, lo que les permitiría permanecer activos por más tiempo”, apuntó la investigadora española Sara Varela, de la Universidad de Vigo y coautora del trabajo, ya que en esta investigación participaron investigadores de la UCL, la Universidad de Vigo, la Universidad de Bristol y el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.

Así las cosas, el estudio indica que algunos dinosaurios podrían haber desarrollado la capacidad de regular internamente su temperatura corporal durante el período Jurásico temprano.

El Período Jurásico, también conocido como la "Era de los Dinosaurios", representa un capítulo fascinante en la historia de la Tierra. Abarca desde hace aproximadamente 201 millones a 145 millones de años, y fue testigo del surgimiento de algunas de las criaturas más emblemáticas e impresionantes que jamás hayan vagado por nuestro planeta. Esta era estuvo marcada por importantes cambios geológicos y climáticos que influyeron profundamente en la vida en la Tierra. Curiosamente, el clima jurásico era generalmente más cálido y húmedo que el actual, y no había casquetes polares. Fomentó una exuberante vegetación, incluidos vastos bosques de coníferas, cícadas y helechos, que a su vez proporcionaban abundante alimento a los dinosaurios herbívoros.

Referencias: 

Alfio Alessandro Chiarenza et al. Early Jurassic origin of avian endothermy and thermophysiological diversity in dinosaurs. Current Biology, published online May 15, 2024; doi: 10.1016/j.cub.2024.04.051

muyinteresante.com

Un nuevo estudio afirma que los fósiles de dinosaurios no inspiraron el mito del grifo

Una afirmación popular y ampliamente promovida de que los fósiles de dinosaurios inspiraron la leyenda del grifo, la criatura mitológica con cabeza y alas de ave rapaz en un cuerpo de león, ha sido desafiada en un nuevo estudio.

Representación artística de un grifo. Crédito: Mark Witton.
El vínculo específico entre los fósiles de dinosaurios y la mitología del grifo fue propuesto hace más de 30 años en una serie de artículos y libros escritos por Adrienne Mayor. Estos comenzaron con el artículo de 1989 en Cryptozoology titulado Paleocryptozoology: una llamada a la colaboración entre clasicistas y criptozoólogos, y se consolidó en el libro seminal de 2000 The First Fossil Hunters. La idea se convirtió en un elemento básico de libros, documentales y exhibiciones de museos.

Se sugiere que un dinosaurio cornudo temprano de Mongolia y China, Protoceratops, fue descubierto por antiguos nómadas que buscaban oro en Asia Central. Los relatos de los huesos de Protoceratops luego viajaron al suroeste por las rutas comerciales para inspirar, o al menos influir, en historias y arte del grifo.

Los grifos son algunas de las criaturas mitológicas más antiguas, apareciendo por primera vez en el arte egipcio y del Medio Oriente durante el cuarto milenio a.C., antes de volverse populares en la antigua Grecia durante el siglo VIII a.C.

Panorama de la historia del arte de los grifos y cronología de la geomítica
de los Protoceratops-grifos. Crédito: Mark Witton et al.
Protoceratops era un pequeño dinosaurio (alrededor de 2 metros de largo) que vivió en Mongolia y el norte de China durante el período Cretácico (hace 75-71 millones de años). Pertenece al grupo de dinosaurios cornudos, lo que lo hace un pariente de Triceratops, aunque en realidad carece de cuernos faciales. Al igual que los grifos, Protoceratops caminaba en cuatro patas, tenía picos y extensiones de cráneos en forma de volantes que, se ha argumentado, podrían interpretarse como alas.

En la primera evaluación detallada de las afirmaciones, los autores del estudio, el Dr. Mark Witton y Richard Hing, paleontólogos de la Universidad de Portsmouth, reevaluaron los registros fósiles históricos, la distribución y la naturaleza de los fósiles de Protoceratops, y las fuentes clásicas que vinculan al grifo con el Protoceratops, consultando con historiadores y arqueólogos para comprender completamente la visión convencional, no basada en fósiles, de los orígenes del grifo. En última instancia, encontraron que ninguno de los argumentos resistió el escrutinio.

Comparaciones entre el esqueleto de Protoceratops y el arte antiguo de los grifos. Los grifos se basan de forma muy evidente en los grandes felinos, desde su musculatura y sus colas largas y flexibles hasta las crines (indicadas por el «pelo» enrollado en el cuello), y en las aves, y difieren de Protoceratops en prácticamente todas las medidas de proporción y forma. Crédito: Mark Witton et al.
Las ideas de que Protoceratops sería descubierto por nómadas que buscaban oro, por ejemplo, son poco probables cuando los fósiles de Protoceratops se encuentran a cientos de kilómetros de los sitios antiguos de oro. En el siglo desde que se descubrió Protoceratops, no se ha informado de oro junto a ellos. También parece dudoso que los nómadas hubieran visto mucho de los esqueletos de Protoceratops, incluso si buscaban oro donde se encuentran sus fósiles.

Existe la suposición de que los esqueletos de dinosaurios se descubren medio expuestos, tendidos casi como los restos de animales recientemente fallecidos, dijo el Dr. Witton. Pero, en general, solo una fracción de un esqueleto de dinosaurio en erosión será visible a simple vista, desapercibida para todos, excepto para los cazadores de fósiles con ojos agudos.

Casi con certeza, así fue como los pueblos antiguos que vagaban por Mongolia encontraron Protoceratops. Si querían ver más, como necesitarían si estaban formando mitos sobre estos animales, tendrían que extraer el fósil de la roca circundante. Esa no es una tarea pequeña, incluso con herramientas modernas, pegamentos, envolturas protectoras y técnicas de preparación. Parece más probable que los restos de Protoceratops, en general, pasaron desapercibidos, si es que los buscadores de oro estaban allí para verlos.

De manera similar, la distribución geográfica del arte del grifo a lo largo de la historia no se alinea con el escenario de que la leyenda del grifo comenzara con fósiles de Asia Central y luego se extendiera hacia el oeste. Tampoco hay referencias inequívocas a fósiles de Protoceratops en la literatura antigua.

Fotografías de descubrimientos de Protoceratops andrewsi realizados durante varias temporadas de la Expedición al Asia Central del Museo Americano de Historia Natural. Crédito: American Museum of Natural History Library
Protoceratops solo se parece a un grifo en ser un animal de cuatro extremidades con un pico. No hay detalles en el arte del grifo que sugieran que se referían a sus fósiles, pero, por el contrario, muchos grifos claramente se componían de características de gatos y aves vivos.

El Dr. Witton añadió: Todo sobre los orígenes del grifo es consistente con su interpretación tradicional como bestias imaginarias, así como su apariencia se explica completamente al ser quimeras de grandes felinos y aves rapaces. Invocar un papel para los dinosaurios en la leyenda del grifo, especialmente especies de tierras lejanas como Protoceratops, no solo introduce complejidad e inconsistencias innecesarias en sus orígenes, sino que también se basa en interpretaciones y propuestas que no resisten el escrutinio.

Los autores están interesados en destacar que existe una excelente evidencia de que los fósiles han sido culturalmente importantes a lo largo de la historia humana, y numerosos casos de fósiles que inspiran folklore en todo el mundo, conocidos como ‘geomitos’.

Richard Hing dijo: Es importante distinguir entre el folklore de fósiles con una base factual, es decir, las conexiones entre fósiles y mitos evidenciadas por descubrimientos arqueológicos o referencias convincentes en la literatura y el arte, y las conexiones especuladas basadas en la intuición.

No hay nada inherentemente incorrecto en la idea de que los pueblos antiguos encontraron huesos de dinosaurios y los incorporaron en su mitología, pero necesitamos enraizar tales propuestas en las realidades de la historia, la geografía y la paleontología. De lo contrario, son solo especulaciones.

El Dr. Witton añadió: No todas las criaturas mitológicas exigen explicaciones a través de fósiles. Algunos de los geomitos más populares, Protoceratops y grifos, elefantes fósiles y cíclopes, y dragones y dinosaurios, no tienen base evidencial y son completamente especulativos. Promovemos estas historias porque son emocionantes y parecen intuitivamente plausibles, pero al hacerlo, ignoramos nuestro creciente conocimiento de los geomitos fósiles basados en hechos y evidencia. Estos son tan interesantes como sus contrapartes especulativas, y probablemente merecen más atención que los escenarios geomitológicos completamente especulados.

FUENTES

University of Portsmouth

Witton MP, Hing RA. Did the horned dinosaur Protoceratops inspire the griffin? Interdisciplinary Science Reviews. 2024;0(0). doi:10.1177/03080188241255543

labrujulaverde.com

LOKICERATOPS: DESCUBIERTO UN NUEVO DINOSAURIO CON GRANDES CUERNOS EN FORMA DE CUCHILLAS

El Lokiceratops rangiformis era un dinosaurio herbívoro de cinco toneladas descubierto en Montana, Estados Unidos, y nombrado en honor al dios nórdico

¿Qué obtienes cuando cruzas la mitología nórdica con un ancestro del Triceratops de hace 78 millones de años? Respuesta: Lokiceratops rangiformis, un dinosaurio herbívoro con un conjunto de cuernos muy llamativo.

El nuevo dinosaurio fue identificado y nombrado por el miembro afiliado de la Universidad Estatal de Colorado Joseph Sertich y el profesor de la Universidad de Utah Mark Loewen. El nombre del dinosaurio, anunciado en la revista científica PeerJ, se traduce aproximadamente como “cara con cuernos de Loki que parece un caribú.”

Loewen y Sertich, coautores del estudio de PeerJ , llamaron a la nueva especie Lokiceratops rangiformis debido a los inusuales cuernos curvos en forma de cuchilla en la parte posterior de su escudo óseo en la parte posterior del cráneo y los cuernos asimétricos en la cima del escudo, que recuerdan a los cuernos de un caribú.

“El dinosaurio ahora tiene un hogar permanente en Dinamarca, así que optamos por un dios nórdico, y al final, ¿no se parece realmente a Loki con las cuchillas curvas?” dijo Loewen, refiriéndose al arma de elección del dios de la travesura.

Loewen, paleontólogo en el Museo de Historia Natural de Utah, y Sertich, paleontólogo en el Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian, son ambos consultores científicos para el Museo de Evolución en Dinamarca, el nuevo hogar de Lokiceratops.

«Es una de esas historias con un final feliz, donde no terminó en la mansión de alguien,» dijo Sertich. “Terminó en un museo, donde se preservará para siempre para que la gente pueda estudiarlo y disfrutar visitándolo.”

NUEVO DESCUBRIMIENTO DE DINOSAURIOS

Lokiceratops fue descubierto en 2019 en las tierras baldías del norte de Montana, a unos tres kilómetros al sur de la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Sertich y Loewen ayudaron a reconstruir el dinosaurio a partir de fragmentos del tamaño de platos de cena y más pequeños. Una vez que habían unido el cráneo, se dieron cuenta de que el espécimen era un nuevo tipo de dinosaurio.

Se estima que medía 6,7 metros de largo y pesaba 5 toneladas métricas. Lokiceratops es el dinosaurio más grande del grupo de dinosaurios con cuernos llamados centrosaurinos que se haya encontrado en América del Norte. Tiene los cuernos de escudo más grandes jamás vistos en un dinosaurio con cuernos y carece del cuerno nasal que es característico entre sus parientes.

“Este nuevo dinosaurio lleva al límite la extraña cresta de los ceratopsianos, presentando los cuernos de escudo más grandes jamás vistos en un ceratopsiano,” dijo Sertich en un comunicado de prensa que anunciaba la presentación del dinosaurio en el Museo de Historia Natural de Utah, donde se exhibe una réplica. “Estos adornos del cráneo son una de las claves para desbloquear la diversidad de los dinosaurios con cuernos y demuestran que la selección evolutiva de exhibiciones llamativas contribuyó a la riqueza vertiginosa de los ecosistemas cretáceos”.

Sertich comparó los cuernos de los dinosaurios con las plumas de las aves. Las aves usan colores y patrones de plumas para diferenciar su especie entre otras especies de aves similares.

«Creemos que los cuernos de estos dinosaurios eran análogos a lo que están haciendo las aves con las exhibiciones,” dijo Sertich. “Los están usando para selección de parejas o reconocimiento de especies”.

LO QUE LOS CUERNOS DE LOKI NOS DICEN SOBRE LOS DINOSAURIOS

Lokiceratops fue excavado de la misma capa de roca que otras cuatro especies de dinosaurios, lo que indica que cinco dinosaurios diferentes vivieron juntos hace 78 millones de años en los pantanos y llanuras costeras a lo largo de la costa este de Laramidia, la masa de tierra occidental de América del Norte creada cuando un mar dividió el continente. Tres de estas especies estaban estrechamente relacionadas pero no se encontraron fuera de la región.

«Es una diversidad inaudita encontrar cinco viviendo juntas, similar a lo que se vería en las llanuras del este de África hoy en día con diferentes ungulados con cuernos,” dijo Sertich.

A diferencia de la amplia gama de grandes mamíferos salvajes que deambulan por el oeste de Estados Unidos en la actualidad, como alces, estos antiguos animales estaban geográficamente limitados, agregó. El descubrimiento de Loki proporciona evidencia de que estas especies evolucionaron rápidamente dentro de una pequeña área, un proceso que a veces se ve en las aves.

Para cuando el Triceratops apareció en escena 12 millones de años después, las diferencias regionales se habían homogeneizado en solo dos especies de dinosaurios con cuernos de Canadá a México, posiblemente en respuesta a un clima más homogéneo, dijo Sertich.

El estudio muestra que la diversidad de los dinosaurios ha sido subestimada y presenta el árbol genealógico más completo de los dinosaurios con cuernos hasta la fecha.

«El Lokiceratops nos ayuda a comprender que solo estamos rascando la superficie cuando se trata de la diversidad y relaciones dentro del árbol genealógico de los dinosaurios con cuernos,» dijo Loewen.

REFERENCIA

Lokiceratops rangiformis gen. et sp. nov. (Ceratopsidae: Centrosaurinae) from the Campanian Judith River Formation of Montana reveals rapid regional radiations and extreme endemism within centrosaurine dinosaurs

Imagen: Reconstrucción de Lokiceratops en los pantanos del norte de Montana hace 78 millones de años, mientras que dos Probrachylophosaurus se mueven en el fondo. Ilustración de Fabrizio Lavezzi © Evolutionsmuseet, Knuthenborg

quo.eldiario.es

A los pies de la peña milenaria

El pueblo hunde sus raíces en la historia más remota pero siempre a la sombra de la emblemática Peña Carazo, imán de excursionistas y montañeros / La fama le llega en el siglo XX con el cine

Vista panorámica de Carazo a los pies de la peña. A enfrente el collado de xx,
a la izquierda Soncarazo y a la derecha, San Carlos. CHARI RUIZ
Los 1.458 metros de altitud desde los que el alto del Soncarazo, que es junto al San Carlos la mitad de la emblemática Peña Carazo, se enseñorean sobre un rincón de la provincia de Burgos plagado de historia y de historias, de un enorme valor geológico y natural que acredita su condición de núcleo principal del parque natural de los Sabinares de Arlanza y de la zona de especial protección para las aves que lleva el mismo nombre.

Desde las alturas de su gigantesco muro de piedra, de perfil inconfundible y verdadero pórtico de entrada a la comarca serrana, la peña va contemplado el paso del tiempo desde los tiempos remotos en los que los dinosaurios dejaron sus huellas en La Pedraja de Mambrillas de Lara, los restos de industria lítica achelense en La Revilleja de Valparaíso de Hortigüela a los orígenes de Castilla en San Pedro de Arlanza, por no seguir llevando de tachuelas históricas la línea del tiempo que ha dejado innumerables marcas en este rincón de Burgos.

Uno de los rincones de la localidad. ROWANWINDWHISTLER
A los pies de la peña, pueblos como Ahedo, Contreras o Carazo, del que toma su nombre y del que hablaremos en estas líneas. Hoy un pueblecito tranquilo de 40 vecinos, pero con tanta importancia que dos expertos escribieron un libro de 400 páginas sobre su rico pasado arquitectónico del que desgraciadamente quedan hoy apenas varias muestras en pie.

Con todo, Carazo sigue siendo referente para los excursionistas y montañeros a los que la atracción por la gran peña lleva hasta el pueblo donde el monumento más relevante es la iglesia de Santa Eugenia y su retablo policromado del siglo XVI.

En la Edad Media era una de las pocas villas que no dependía de Salas de los Infantes y hay referencias históricas de Carazo aparece en el poema de Fernán González en el siglo XIII, pero su pasado se remonta mucho más atrás ya que se conocen vestigios de ocupación en época romana al hallarse en medio de una vía que unía Clunia con Tritium Magallum.

Entrada por carretera a Carazo. ECB
En Carazo nace el río Mataviejas, que los antiguos llamaban con el vocablo vasco Ura , que significa agua, y que es el responsable de horadar la roca hasta formar el desfiladero de La Yecla kilómetros cauce abajo. La popularidad le llegó en el siglo XX gracias al cine. En 1963 se rodó la película de El valle de las espadas, de Javier Seto, con Espartaco Santoni y César Romero. En 1966 también fue parte del escenario donde se rodó El bueno, el feo y el malo de Sergio Leone. Allí siguen los restos del campamento de Betterville.

En las fiestas patronales, en agosto, se realiza la procesión de su Virgen del Sol a su ermita situada en la falda del Soncarazo y donde se baila (espaldas al camino) por parte de la juventud al son de dulzaineros y tamboriles del folklore popular.

elcorreodeburgos.com

sábado, 22 de junio de 2024

Los fósiles de dinosaurios «no están protegidos con eficacia en esta comunidad autónoma»

La nueva Ley de Patrimonio de Cultural excluye restos no antrópicos y la de Patrimonio Natural es «insuficiente». «Es una triste sorpresa y una gran preocupación»

Imagen de las momias que se han trasladado a otro almacén municipal pero no
tienen hueco en el Museo de Dinosaurios que se queda pequeño. ECB

La Ley de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, que se aprobó el pasado viernes en las Cortes de Castilla y León con los votos a favor del Partido Popular y Vox y la abstención del resto de grupos, genera una gran preocupación en la comarca de Salas de los Infantes. Sus fósiles paleontológicos, los gigantes de la Demanda con cinco especies descritas (holotipos) en los cerca de 200 yacimientos quedan «desprotegidos». La alcaldesa de la localidad, Ada Marcos, sostiene que es «una preocupación porque, ahora mismo, ninguna ley va a proteger los hallazgos que vayamos encontrando».

Para el responsable del Museo de Dinosaurios de Salas, Fidel Torcida, «este es un camino iniciado del que quizás lamentemos las consecuencias dentro de unos años», advirtió. Para el colectivo paleontológico que desde hace 20 años pelea por una explotación científica, investigadora, divulgativa y museística de la riqueza paleontológica de la zona ha sido un mazazo. Esta ley excluye todo el patrimonio extraíble no antrópico, es decir, que no esté relacionado con la evolución humana.

Desde Cultura se deriva todo este material (los dinosaurios de Salas, el carbonífero del norte de León, las crucianas del fondo marino de Peña Francia, las tortugas cenozoicas de Salamanca con registros únicos de tortugas y lagartos de Zamora) a la Ley de Patrimonio Natural. «Esa legislación es insuficiente, no tienen experiencia, porque el histórico se ha llevado en Cultura, y, desde nuestro punto de vista estos fósiles no están protegidos con eficacia en esta comunidad autónoma». En el resto de autonomías, desde Aragón y Asturias a Madrid y Castilla La Mancha este patrimonio se lleva desde Cultura.

Se ha intentado cambiar durante los dos años de una ley que arranco con Ciudadanos y Vox ha terminado de materializar. Se ha buscado dejar una puerta abierta para poder reintroducir este material en Cultura en el futuro. No ha sido posible. «Presentamos alegaciones en su momento en el proceso de transparencia on line que hicieron en la Junta, nos hemos entrevistado con partidos políticos, con el director de Patrimonio pero vimos que no había intención de cambiar nada», lamenta.

Para la alcaldesa el problema es que «no había ninguna sensibilidad con esta circunstancia y en Patrimonio no tenían especialistas que pudieran entender lo que cualquiera ve obvio que esto es patrimonio cultural». Remarcó que para la institución ahora es «una triste sorpresa» .

elcorreodeburgos.com

La falta de financiación entierra los fósiles de dinosaurios de Torrelara

«Lo vamos a tener que dejar porque tiene mucho material y una profundidad que requiere una logística que no podemos asumir» De los 1.000 fósiles recuperados se ha trabajado en un 2% en seis años

Vértebras Dorsales de un carnívoro que apareció en Torrelara el año pasado.
©TOMAS ALONSO
Una «foto fija» de la transición entre el Jurásico y el Cretácico de hace 145 millones de años plagado de fósiles de al menos, dos saurópodos gigantes y un carnívoro además de otras especies singulares. Todo enterrado bajo la tierra de la Sierra de al Demandas. Es el yacimiento de Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal es casi único «hay muy poco registro de esta época», explica el director de las excavaciones y del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, Fidel Torcida.

También es muy fructífero, se han registrado mas de un millar de fósiles de los que solo se ha intervenido en un 1% en seis años. Y, a pesar del potencial que ya se ha constatado, han tenido que parar. «Torrelara lo vamos a tener que dejar porque es un yacimiento que sigue teniendo mucho material, es muy rico pero es un trabajo ímprobo y requiere una logística que no podemos asumir», señalaba Torcida en la presentación de las vértebras del carnívoro del yacimiento descubierto el año pasado.

Se ha profundizado mucho en la excavación que a un lado tiene tierras de labor y al otro una pared que ya alcanza los cinco metros de altura. «Para seguir trabajando con seguridad y mover la cantidad de tierra que usamos para tapar el nivel, nos conlleva mucho tiempo y fondos que no tenemos porque, además, solo se ha podido trabajar con el 1% de los fósiles», remarca el director de las excavaciones que cada año organiza el Colectivo Arqueo-Paleontológico de Salas (CAS). 

Volverán a trabajar en un nuevo yacimiento, pero no será Torrelara. «Sin apoyo financiero que permita acometer esos trabajos con mayor celeridad no podemos abarcarlo», lamenta Torcida. Mantienen el apoyo año tras año de la Diputación Provincial de Burgos y del Ayuntamiento de Salas. El mismo con el que abordarán un nuevo emplazamiento este verano en el que aseguran que «habrá excavación en julio en un yacimiento distinto». Y es que la riqueza paleontológica de la comarca ha permitido identificar más de 250 sitios arqueológicos de interés.

Aparcadas en un almacén de maquinaria del Ayuntamiento de Salas de los Infantes siguen momias (estructura de poliuretano que envuelve un fósil y su sedimento) una columna de un gran saurópodo que apareció en conexión anatómica en el año 2018 y otros tantos. No se ha podido acometer su restauración desde entonces, con un especialista contratado por temporadas y sin espacio suficiente para poder acometer el trabajo. «A veces nos sentimos un poco desprotegidos, el apoyo de la Junta de Castilla y León no acaba de arrancar y el Ayuntamiento de Salas tiene una capacidad modesta para poder actuar», señaló la alcaldesa de la localidad, Ada Marcos. 

Finalmente se pondrá en marcha el almacén construido en la parte trasera del Museo de Dinosaurios donde a penas se expone un 2% del total de la colección que incluye tres especies únicas de dinosaurios (Demandasaurus darwini, Europatitan eastwodii, Vegagete), el lagarto Arcanosaurus, la tortuga Larachelus y dos tipos de icnitas únicas en el mundo (la huella de Iniestapodus y el rastro en relieve de un carnívoro llamado Atila). «Para nosotros la riqueza de los yacimientos de dinosaurios no sólo es económica, también es emocional, y todo nos indica que estamos en el camino correcto, Salas está con sus fósiles, con sus dinosaurios, con todo el equipo científico del Museo pero nuestra capacidad es la que es y hay cosas que no se pueden abordar por falta de espacios y recursos», remarcó la edil.

Con apoyos de Diputación, Ayuntamiento y entidades logran sacar los proyectos adelante. Con el premio Valores por encima del Valor de Fundación Caja Rural Cajaviva se financia la restauración e investigación de las vértebras dorsales del carnívoro que por sorpresa apareció el año pasado en la última, por el momento, excavación en Torrelara. «Hemos elegido esta especie para empezar a trabajar en las especies del yacimiento porque es un material que está muy conservado con un canal medular muy marcado y donde se ven las impresiones de los músculos y los vasos sanguíneos», explicó Fidel Torcida. A estos restos hay que unir también hasta 12 vértebras, partes de las extremidades posteriores (estos animales caminaban sobre dos patas), fósiles de la zona del hombro y partes de cráneo de este terópodo. «De algunos de estos restos adivinamos porque se han tenido que extraer en bloque y necesitan un tiempo para su trabajo de restauración», puntualizó Fidel Torcida.

elcorreodeburgos.com

Se conocen los hallazgos paleontológicos en el yacimiento de Torrelara

Fundación Caja Rural aporta su grano de arena en la investigación en el Yacimiento de Torrelara

El martes 18 de junio, se presentaron los hallazgos más recientes del yacimiento de Torrelara, impulsando significativamente el estudio paleontológico en la provincia de Burgos. Este evento marca un hito en la investigación de dinosaurios en la región, atrayendo la atención tanto de la comunidad científica como del público en general.

Germán Martínez, Director-Gerente de la Fundación Caja Rural, destacó la importancia de apoyar iniciativas que promuevan el patrimonio cultural. 

“La Fundación Caja Rural ha puesto un pequeño grano de arena en este proyecto, gracias al premio Valores por encima de Valor del año 2023 en su categoría popular. El Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes son embajadores de nuestros valores y nuestra imagen cooperativa, y hemos podido contribuir a la difícil tarea de poner en valor el patrimonio paleontológico de Burgos”, afirmó Martínez.

Descubrimientos en el Yacimiento de Torrelara, un impulso al patrimonio de Burgos

Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas dos Infantes, explicó que el proyecto se ha centrado en un dinosaurio terópodo carnívoro que vivió en la zona hace 145 millones de años, descubierto en excavaciones anteriores. “Este material es especialmente interesante porque es el único carnívoro con restos esqueléticos que hemos encontrado, y está muy bien conservado. 

El trabajo de preparación y restauración de estos fósiles es especializado y complejo”, señaló Torcida. Este descubrimiento ofrece una valiosa oportunidad para estudiar un dinosaurio carnívoro en detalle por primera vez en Torrelara.

Las vértebras dorsales encontradas, en excelente estado de conservación, proporcionan una visión detallada de las estructuras anatómicas del dinosaurio, facilitando su estudio y comparación con otros especímenes conocidos. 

Este yacimiento ofrece una “foto fija” de un proceso evolutivo complejo al final del Jurásico, proporcionando información crucial sobre la transición hacia el Cretácico y los cambios en las poblaciones de dinosaurios carnívoros y otros grupos.

Apoyo municipal y futuro del proyecto

Ada Marcos, alcaldesa de Salas dos Infantes y presidenta de la Fundación para Estudios Dinosaurios en Castilla de León, subrayó la importancia del proyecto para la región. “Estamos ilusionados con los medios del ayuntamiento para terminar un nuevo almacén y dependencias que permitan ampliar el espacio de almacenaje en condiciones. Este proyecto no solo protege los fósiles, sino que también mejora la experiencia para visitantes, escolares, familias y científicos”, indicó Marcos. 

La alcaldesa espera que en 2024 se puedan ver los primeros frutos de estas mejoras, impulsando un proyecto de futuro importante para la Sierra de la Demanda y el yacimiento de Torrelara, una zona de la España vaciada.

La nueva Ley de Patrimonio de Castilla y León no protege los restos fósiles de dinosaurios

La reciente aprobación de la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León ha generado preocupación entre los investigadores y autoridades locales. Esta ley, aprobada el pasado viernes, excluye específicamente los fósiles no humanos de su protección.

Ada Marcos expresó su inquietud, afirmando que “es una preocupación porque, ahora mismo, ninguna ley va a proteger los hallazgos que vayamos encontrando”. Esta exclusión implica que todo el patrimonio extraíble no antrópico, es decir, aquel que no esté relacionado con la evolución humana, no recibirá la protección legal necesaria.

Esto representa un desafío significativo para los proyectos paleontológicos en la región. La falta de protección legal podría dificultar la conservación y estudio de importantes descubrimientos, afectando el esfuerzo por poner en valor el patrimonio paleontológico de la provincia de Burgos.

fundacioncajaruralburgos.es

Los hallazgos del primer carnívoro con restos esqueléticos de los yacimientos de Torrelara, “desprotegidos” por Patrimonio

La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios de Castilla y León, junto con la Fundación Caja Rural, han presentado este martes los hallazgos encontrados en los yacimientos paleontológicos de la Sierra de la Demanda.

El proyecto, tal y como ha explicado Fidel Torcida, Director del Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes y miembro de la Fundación para el estudio de los Dinosaurios de Castilla y León, se ha centrado en un dinosaurio terópodo, un carnívoro, cuyos restos se hallaron en las excavaciones del yacimiento Valdepalazuelos- Tenadas del Carrascal en la campaña del año pasado.

Aunque solo han presentado una pequeña muestra de los fósiles del dinosaurio, ya que los trabajos de restauración son delicados y requieren mucho tiempo, Fidel ha destacado el magnífico estado de conservación de estos restos.

Con los fósiles que se han descubierto en las seis campañas de excavación, el yacimiento de Valdepalazuelos “va a ser una foto fija de un proceso evolutivo complejo que se da al final del Jurásico y el Cretácico” según ha asegurado Torcida.

A pesar del rico material que queda por extraer en Valdepalazuelos, Torcida ha explicado que dejarán el yacimiento “por un tiempo indefinido” para estudiar y analizar todos los fósiles encontrados. Este año continuará la campaña en otro yacimiento cuyo nombre desvelarán durante las próximas semanas.

Los fósiles de dinosaurios están “desprotegidos”

Al margen de estos hallazgos, la presidenta de la Fundación de los Dinosaurios de Castilla y León y Alcaldesa de Salas de los Infantes, Ada Marcos, ha apuntado a la “falta de sensibilidad” hacia restos no humanos que han demostrado desde Patrimonio y a la falta de apoyo financiero de las instituciones, en especial de la Junta de Castilla y León.

Además, la nueva Ley de Patrimonio de Castilla y León no protege a los restos fósiles de dinosaurios. Una decisión que deja desprotegido el patrimonio.

Con la nueva Ley, “este tipo de fósiles quedan desprotegidos”. Ya no pertenecen a Cultura y la legislación de Patrimonio Natural es “insuficiente y además no tienen experiencia” según Torcida. Para la presidenta de la Fundación, esta Ley ha sido una “triste sorpresa y una preocupación», ya que ninguna Ley va a proteger los hallazgos fósiles de dinosaurios .

ladeburgos.com

sábado, 15 de junio de 2024

Descubren fósiles con 100 millones de años de antigüedad pertenecientes a un temible reptil volador

Un reptil volador fue descubierto en Australia a partir de fósiles. El animal figuró como uno de los mayores depredadores alados de su tiempo.

La historia del trabajo que ahora se presenta en Scientific Reports comenzó en 2021, cuando Kevin Petersen, conservador del museo Kronosaurus Korner, encontró los huesos fosilizados de un formidable reptil volador que vivió entre los dinosaurios. Más tarde, la criatura fue identificada como Haliskia peterseni, un nuevo género y especie de pterosaurio anhangueriano.

GABRIEL UGUETO

La clasificación y descripción del animal prehistórico, descubierto en el oeste de Queensland (Australia), vino por parte de un equipo dirigido por la estudiante de doctorado Adele Pentland, de la Escuela de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad Curtin, reconocido centro de educación e investigación australiano.

A fin de llegar a sus objetivos, los científicos partieron de la forma del cráneo del animal, así como de la disposición de sus dientes. Luego del análisis, los autores del estudio determinaron que estaban ante un anhangueriano, que es un grupo de pterosaurios que se sabe que vivieron en todo el mundo.

Depredador alado y terror prehistórico

El espécimen de esta ocasión se dató con hasta 100 millones de años de antigüedad, lo que, como se adelantaba, lo convierte en un contemporáneo de los dinosaurios. Pero la sorpresa no queda aquí:

«Con una envergadura aproximada de 4,6 metros, Haliskia habría sido un temible depredador hace unos 100 millones de años, cuando gran parte del centro oeste de Queensland estaba bajo el agua, cubierto por un vasto mar interior y globalmente situado más o menos donde hoy está la costa sur de Victoria», informó Pentland en un comunicado.

Según la misma fuente, los fósiles de este reptil volador se unen a la muestra del Kronosaurus Korner. Cabe mencionar que ese museo presume, en su muestra, un gran repertorio de otros animales con millones de años de antigüedad.

ngenespanol.com

Los dinosaurios anidaban cerca de los ríos hace 150 millones de años

Un “nido” con más de 80 huevos de dinosaurio permite entender cómo construían los nidos los grandes carnívoros del jurásico y como las catástrofes naturales los destruían.

Lope Ezquerro extrallendo muestras del nido de Paimogo

Un equipo multidisciplinar de universidades de Portugal y España liderado por investigadores Aragosaurus-IUCA ha estudiado uno de los fósiles más emblemáticos de Portugal, descubriendo cómo anidaban los dinosaurios hace 152 millones de años. El estudio ha sido publicado el la revista de alto impacto Geosciences Frontiers. El “nido de Paimogo” es una acumulación de casi un centenar de huevos de dinosaurios terópodos allosauroideos, probablemente pertenecientes a la especie Lourinhanosaurus. Algunos de estos huevos contienen unos de los embriones de dinosaurio terópodo más antiguos del mundo.

Esta nueva investigación pretende responder a la pregunta de si una sola hembra puede haber dado lugar a una acumulación de casi un centenar de huevos. Dadas las características del ejemplar, formado por una acumulación desordenada y sin estructuras de nidificación aparentes, el equipo de trabajo abordó su estudio desde un enfoque marcadamente multidisciplinar, realizando estudios sedimentológicos, paleontológicos, geoquímicos y de paleomagnetismo, con objeto de profundizar en los procesos que llevaron a la formación de este fósil singular.

El equipo durante la excavación en los años 1990

La evidencia paleontológica y geoquímica sugiere que la acumulación incluye huevos de, al menos, dos hembras diferentes, aunque ha sido imposible determinar si los huevos fueron puestos al mismo tiempo o en temporadas de anidación sucesivas. Por otro lado, los estudios sedimentológicos y paleomagnéticos han permitido concluir que los huevos fueron arrastrados y acumulados por una inundación causada por el desbordamiento de un río cercano, que destruyó varias puestas de diferentes orígenes y las transportó, acumulándolas en un área cercana, donde los huevos quedaron atrapados entre la vegetación. Este proceso acarreó la muerte de varias de las crías no natas, que dieron lugar a los fósiles de embriones, únicos en el mundo.

Rute coimbra durante el muestreo isotópico

El trabajo tiene implicaciones sobre las estrategias de nidificación de este grupo de dinosaurios carnívoros, entre los que se encuentra el famoso Allosaurus. La reconstrucción de esta acumulación sugiere que los allosauroideos anidaban en montículos de tierra o plantas construidos sobre el suelo, como hacen algunas aves y otros terópodos más modernos, y no en agujeros excavados como otros dinosaurios.

Esta colaboración luso-española sienta un precedente en la forma en la que deben ser analizados los posibles nidos de dinosaurio para confirmar su identidad. Es la primera vez que paleontólogos, sedimentólogos, geoquímicos y geofísicos trabajan en conjunto para entender mejor una posible estructura de nidificación y abre la puerta a reinterpretar acumulaciones de huevos de dinosaurio de todo el mundo.

El estudio ha sido realizado por un equipo de la Universidad Nova de Lisboa, liderado por Lope Ezquerro, profesor de estratigrafía en la Universidad Complutense de Madrid, y dirigido por Miguel Moreno Azanza, docente de paleontología e investigador del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) en la Universidad de Zaragoza, ambos miembros de la Facultade de Ciencias de la Tierra de la Universidade Nova de Lisboa anteriormente, en colaboración con las universidades de Aveiro y Zaragoza. La investigación se ha desarrollado durante cuatro años, financiada por la Fundação para a Ciencia e a Tecnologia de Portugal, a través de los proyectos XTalEggs  y GeoBIoSauria (PTDC/CTA-PAL/31656/2017 and PTDC/CTA-PAL/2217/2021) y la unidad de I+D Geobiotec.

La península ibérica, uno de los lugares más ricos en huevos de dinosaurio a nivel mundial

Lope y Carmen con el nido

El “nido de Paimogo”, analizado en este estudio, fue descubierto y descrito en los años 90 del siglo pasado por la pareja de paleontólogos aficionados Isabel y Horacio Mateus. Es uno de los fósiles más emblemáticos de Portugal, hasta el punto de que recientemente se acuñó una moneda conmemorativa de 5 euros dedicada a este ejemplar. Estos huevos pueden ser visitados en la exposición que tiene el Museo de Lourinhã dentro del Parque de los Dinosaurios de Lourinhã, el mayor parque de atracciones sobre fauna extinta de la península. Además, en la sede del nuevo Geoparque Oeste, en el municipio portugués de Bombarral, puede visitarse también una pequeña exposición dedicada a los resultados de esta investigación.

Este nuevo estudio confirma que la península ibérica es uno de los lugares más ricos en huevos de dinosaurio del mundo, con yacimientos únicos como los del jurásico portugués, que se unen a mega yacimientos de huevos de dinosaurio del final del cretácico recuperados en Catalunya, Castilla la Mancha y Aragón. Además del “nido de Paimogo”, en el Museu de Lourinhã, se pueden visitar exposiciones de huevos de dinosaurio en el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha (Cuenca), en el centro Dinosfera (Coll de Nargó, Lleida) y el Laboratorio Paleontológico de Loarre (Huesca), donde colaboran actualmente los autores del presente estudio.

La referencia completa del artículo en Open Access:

Ezquerro, L., Coimbra, R., Baulúz, B., Núñez-Lahuerta, C., Román-Berdiel, T., & Moreno-Azanza, M. (2024). Large dinosaur egg accumulations and their significance for understanding nesting behaviour. Geoscience Frontiers, 101872. https://doi.org/10.1016/j.gsf.2024.101872

aragosaurus.com

La UVigo investiga qué comían los dinosaurios que habitaban la península

Un equipo multidisciplinar e internacional de paleontólogos acaba de publicar un estudio en el que dan a conocer el tipo de vegetación que formaba parte de los ecosistemas ibéricos con dinosaurios durante lo Barremiense superior, la cuarta edad del Cretácico inferior. De este modo, la investigación, que acaba de ser publicada por la revista Cretaceous Research, permite identificar la flora que conformaba estos ecosistemas hace 125 millones de años y, por lo tanto, determinar que las coníferas y los helechos eran la base de la alimentación de los dinosaurios herbívoros en aquel período.

El estudio fue realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Vigo, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la UNED, de la Universidad de Bonn y del Museo de Historia Natural de Suecia. El autor principal del artículo es Iván Rodríguez-Barreiro, que junto con José Bienvenido Diez, ambos del Departamento de Xeociencias mariñas e ordenación do territorio, son los representantes de la UVigo en este proyecto, en el que también colabora Artai Santos, que realizó su doctorado en la universidad olívica pero ahora está incorporado Naturhistoriska riksmuseet, en Estocolmo.

Coníferas gigantescas y helechos arborescentes

El estudio se centra en los sedimentos que afloran en la comarca de Els Ports, y más concretamente, en la localidad de Morella (Castellón). Esta es una zona de especial relevancia para la paleontología en la península ibérica por la abundancia de restos fósiles de dinosaurios que habitaron esta región hay unos 125-120 millones de años, durante lo Cretácico Inferior. No obstante, en las últimas décadas fueron muy pocos los trabajos que se centraron en investigar sobre la vegetación que conformaría los ecosistemas y, por lo tanto, una parte importante de la dieta de dinosaurios como Iguanodon o Morelladon.

Este nuevo trabajo presenta una detallada descripción de los restos palinológicos de uno de los últimos yacimientos localizados en la Concesión Minera Vega del Moll, que además sacó a la luz un nuevo, y aún por estudiar, ejemplar de dinosaurio relacionado con la especie Iguanodon bernissartensis. En total, los investigadores pudieron documentar un total de 27 géneros de esporas, pólenes, algas y dinoflagelados y, con los datos obtenidos, identificar que “las comunidades de plantas que acompañaban las poblaciones de este dinosaurio estaban dominadas por coníferas que podían alcanzar grandes dimensiones”, como el grupo de las extintas Cheirolepidiaceae.

Además, añaden los investigadores, “estaban acompañadas de helechos arborescentes del grupo de las ciateáceas y otras coníferas que alcanzaron gigantescas alturas pertenecientes al grupo de las podocarpáceas, actualmente restringidas al hemisferio sur”. Toda esta vegetación, explican, estaría secundada por uno denso sotobosque formado por helechos de pequeño tamaño y plantas hepáticas, entre las que se moverían las poblaciones de Iguanodon y otros dinosaurios de costumbres gregarios.

Conocida la flora de este ecosistema, los investigadores pusieron el foco en los hábitos alimenticios de dinosaurios como Iguanodon o Morelladon, y los resultados obtenidos sugieren que tanto las frondes de estos dos grupos de helechos como las hojas de esas coníferas podrían estar entre las principales fuentes de alimento de las poblaciones europeas más meridionales de Iguanodon bernissartensis.

Un ecosistema cálido y húmedo

En estos trabajo los investigadores también estudiaron el ambiente sobre lo que se depositaron los materiales que dieron lugar al yacimiento y discutieron su relación con los ambientes sedimentarios de otras localidades europeas en las que también se hallaron restos fósiles del dinosaurio Iguanodon bernissartensis. En concreto, la evidencia fósil tanto florística como sedimentolóxica indica, según los expertos, que el ecosistema en esta región peninsular se correspondía con un bosque costero muy próximo la una zona deltaica en la que las condiciones ambientales eran cálidas y húmedas.

Finalmente, de este análisis comparativo también se pudo determinar que esta especie de dinosaurio herbívoro, ampliamente distribuido por la región más occidental del que actualmente es Europa, presentaba una amplia plasticidad en cuanto a la selección de ambientes, lo que le permitió ser uno de los dinosaurios con un mayor éxito ecológico dentro de las comunidades con dinosaurios del Cretácico Inferior europeo.

metropolitano.gal