La cáscara fue hallada en un yacimiento de Queensland. Según los primeros análisis, los cocodrilos mekosuquinos habrían mostrado un comportamiento cazador sorprendente
![]() |
| Fragmento de la cáscara de huevo fosilizada (Xavier Panadès) |
Los fragmentos fueron localizados en las cercanías de Murgon, un enclave excavado durante décadas por la Universidad de Nueva Gales del Sur. Allí surgieron evidencias de los denominados drop crocs, apodo que alude a su presunta habilidad para cazar desde las ramas. El paleontólogo Michael Archer explicó que algunos ejemplares, de hasta cinco metros, podían emboscar a sus presas desde alturas elevadas.
“Es una idea extraña, pero algunos de ellos parecen haber sido cazadores terrestres que se movían entre los árboles”, afirmó. Esta hipótesis rompe con la imagen convencional de los cocodrilos como depredadores exclusivamente acuáticos. Su posible agilidad arborícola sorprende incluso a los especialistas.
Un descubrimiento singular
La historia del yacimiento se remonta a 1983, cuando los investigadores pidieron permiso a los propietarios del terreno para excavar su jardín tras detectar formaciones prometedoras. Desde entonces, la zona ha proporcionado fósiles excepcionales que han permitido reconstruir ecosistemas antiguos. Es más, creen que todavía le queda mucho potencial.

No hay comentarios:
Publicar un comentario