martes, 7 de julio de 2015

Hallan una nueva especie de plesiosaurio en la Antártida

-GRAN DESCUBRIMIENTO DE INVESTIGADORES ARGENTINOS-














La nueva especie de plesiosaurio, bautizada como Vegasaurus molyi, vivió hace aprox. 70 millones de años y alcanzó los 6,7 metros de longitud. Sus restos se encontraron en la Isla Vega y, tras arduas tareas de rescate, a cargo del Instituto Antártico Argentino y un equipo del Museo de La Plata, se obtuvo su esqueleto casi completo.













Emanuel Pujol (Agencia CTyS) - El paleontólogo José Patricio O'Gorman, autor principal del estudio publicado en la revista científica Journal of Vertebrate Paleontology, comentó a la Agencia CTyS que “si bien los plesiosaurios abundaban en los ambientes marinos en la época de los dinosaurios, el Vegasaurus molyi es la primera especie identificada en la Antártida cuyo esqueleto está casi completo y en muy buen estado de conservación”.

Prácticamente, lo único que faltó encontrar fue su cráneo. “Este ejemplar nos permitió establecer las relaciones de parentesco entre el Vegasaurus y otros plesiosaurios que habitaron en Antártida, Patagonia y Nueva Zelanda hacia fines del Cretácico”, destacó el investigador del Museo de La Plata (MLP) y el CONICET.
Se recuperaron costillas de este espécimen, más de 100 vertebras, la cintura escapular, la cintura pélvica, sus miembros y el cuello completo. “En total, estimamos que el ejemplar alcanzó los 6,7 metros, pero la vértebra cervical que estaba en contacto con la cabeza no era mucho más grandes que la de un humano, de apenas 2 o 3 centímetros de largo, por lo cual, su cráneo era de pequeño tamaño y no podía ingerir animales muy grandes, más allá de que posiblemente era un predador activo”, contó O´Gorman.
La extracción de este ejemplar representó una gran dificultad e implicó décadas de trabajo. De hecho, un equipo de geólogos encabezado por Eduardo Olivero avistó una de sus aletas anteriores en el año 1989 y, recién en el año 1993, se pudo realizar la primera campaña paleontológica de rescate. Luego, en 1999, se continuó con la expedición, que recién pudo ser finalizada en el 2005. Desde entonces, comenzó el estudio de los fósiles hasta la reciente publicación que demuestra que se trata de una nueva especie.
El doctor Marcelo Reguero, encargado de las colecciones del MLP, estuvo presente en las tres campañas y explicó que “para llegar a la Isla Vega se precisa de un helicóptero y una logística compleja, por lo que fuimos a rescatar este ejemplar las veces que nos fue posible y, cuando no, continuamos con las investigaciones en otros sitios de la Antártida”.

Las tareas de rescate y el tendón de Moly
Nunca antes se había realizado campañas paleontológicas en la Isla Vega y, en el año 1993, los paleontólogos Marcelo Reguero y Juan José Moly, junto a dos geólogas, fueron hasta allí para rescatar a este plesiosaurio.
“El principal obstáculo que teníamos para realizar la excavación es que este animal estaba ubicado el permafrost, que es un suelo congelado, y en un momento probamos de ayudarnos con un secador de pelo, pero no funcionó”, recordó Moly.
 “Acampamos allí casi dos meses en 1993 y fue un trabajo con mucha dificultad, por el clima, porque tuvimos que excavar, a pico y pala nada más, y hacer un terraplén, porque los restos estaban incrustados en un cerro”, relató Reguero. Y agregó: “Además, por ahí excavábamos durante dos o tres días y una tormenta cubría y congelaba todo nuevamente”.
El nombre Vegasaurus molyi, alude a la isla en que fue hallado, pero también al hombre que puso más empeño para rescatarlo. Así lo cuenta Marcelo Reguero: “Juan José Moly puso muchísima dedicación para extraer este animal y, desde esa campaña de 1993, arrastra una tendinitis crónica, porque tenía el brazo lesionado y siguió trabajando; es como que llegó a tener una obsesión, que también se notó en la campaña de 2005, cuando estuvo todo el tiempo con el martillo picador”.
Aun con todas las adversidades que debieron afrontar, en esa primera campaña se desenterró casi el 65 por ciento del total del animal. Recién en 2005 se extrajo el último fósil preservado. “Excavamos hasta que llegamos a la pieza sobre la cual debería estar apoyada la cabeza, que lamentablemente no estaba”, contó Moly. Y detalló: “El cuerpo estaba como de costado y en una posición de U, con la cola y el cuello incrustados hacia el interior del cerro”.

Posibles causas de su extraordinaria conservación
Hoy, la Antártida alcanza temperaturas muy bajas, de -15 C° en las noches de verano, pero, a fines del Cretácico, poco antes de la extinción de los dinosaurios, el clima era muy diferente: en la península antártica había bosques, un clima templado y se estima que este plesiosaurio quedó cubierto rápidamente en un ambiente marino, lo cual ayudó a su preservación y a que los animales carroñeros no llegaran a desmembrar su cuerpo.
No obstante, antes de que el cadáver fuera sepultado por sedimentos, hubo animales que comenzaron a depredarlo y, quizás, alguno de ellos arrastró su cabeza. “Entre sus vértebras, se encontró una docena de nautiloides, que son moluscos carnívoros, y también una vértebra de tiburón clavada en una de sus vértebras”, precisó Reguero.


También es posible imaginar que la mordida de tiburón haya sido mientras este Vegasaurus vivía. “Una de las hipótesis es que los plesiosaurios acostumbraban a flotar, cerca de la superficie y, desde abajo, un tiburón lo podría haber atacado”, sopesó Moly. Y bromeó: “No sé si fue el causante de su muerte, pero que lo quiso comer, seguro”.

viernes, 3 de julio de 2015

Boletín Informativo nº 60 de la Fundación Dinosaurios CyL

Ya está disponible, en versión digital, el nuevo boletín informativo nº 60 correspondiente a la primavera de 2015. Puedes descargarlo aquí.




jueves, 2 de julio de 2015

Descubierto en Zierbena (Vizcaya) el yacimiento cuaternario de mamíferos más antiguo de Euskadi

Se identificó un colmillo inferior perteneciente a un felino dientes de cimitarra de la especie 'Homotherium latidens'

SAN SEBASTIÁN, 29 (EUROPA PRESS)


Un investigador de Ikerbasque en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Asier Gómez Olivencia ha descubierto en el yacimiento cuaternario de la Cantera de Punta Lucero, en Zierbana (Vizcaya), encontrado por Iñaki Líbano en 1987, los restos de mamíferos más antiguos de Euskadi.

En un comunicado, la UPV/EHU he explicado que este yacimiento se excavó a finales de los 80 y principios de los 90, antes de su destrucción por la cantera adyacente al super-puerto.

Por ello, una parte de la colección había permanecido "inédita" hasta ahora y su estudio ha permitido conocer la presencia de especies cuya presencia "era hasta ahora desconocida en el País Vasco", ha destacado. Como ejemplos desde la UPV/EHU han citado el felino dientes de cimitarra 'Homotherium latidens', el jaguar europeo 'Panthera gombaszoegensis' y el antepasado del lobo 'Canis mosbachensis'.

Junto con estas especies había restos de un rinoceronte, tres ciervos, un ciervo gigante, varios grandes bóvidos (seguramente tanto uros como bisontes), y un zorro.

Al parecer, el yacimiento actuó como una trampa natural donde varios animales cayeron y murieron, siendo seguramente una pequeña sima en las faldas del monte Punta Lucero. Las mismas fuentes han destacado que los yacimientos más cercanos en los que se han encontrado fauna parecida son los enclavados en la Sierra de Atapuerca, a unos 120 kilómetros de distancia.

El yacimiento tendría un mínimo de 400.000 y probablemente no más de 600.000 años por criterios biocronológicos y se situaría, por tanto, en el Pleistoceno medio. Sería contemporáneo o algo más antiguo que los yacimientos que muestran las actividades más antiguas de seres humanos en el País Vasco.

COLMILLO

Gómez Olivencia ha señalado que la identificación de un canino (colmillo) inferior dentro de los restos de Punta Lucero como perteneciente a un felino dientes de cimitarra de la especie Homotherium latidens fue lo que hizo a los investigadores darse cuenta de que este yacimiento "podría ser más antiguo de lo que se pensaba", lo que llevó a revisar todo el material fósil.

Por su parte, Líbano, descubridor del yacimiento, ha indicado que "los restos del antepasado del lobo se encontraron en la parte más alta del yacimiento, siendo los últimos restos en depositarse".

Descubren nueva especie de dinosaurio tras estudiar fósiles olvidados durante décadas

Dos paleontólogos argentinos han anunciado el descubrimiento en Sudáfrica de una nueva especie de dinosaurio que vivió hace 200 millones de años. El hallazgo tuvo lugar después de estudiar unos huesos que habían estado guardados durante 80 años en un almacén de una universidad sudafricana.

A computer-generated image of Sefapanosaurus. Photograph: Wits University
















Según informa el periódico ‘The Guardian‘, los restos de varios ejemplares de esta especie de dinosaurio previamente desconocida, bautizada como ‘Sefapanosaurus’, fueron desenterrados en la década de 1930 en Zastron, en la provincia de Free State (Sudáfrica). Entonces los huesos terminaron entre los miles de fósiles que integran la colección de la Universidad de Wits, en Johannesburgo, y permanecieron en un almacén durante 80 años.

De acuerdo con el diario, en un principio los restos de los sefapanosaurios fueron confundidos con los de otro dinosaurio que habitaba en la zona, el ‘Aardonyx’. Sin embargo, cuando el paleontólogo argentino Alejandro Otero y su colega Emil Krupandan, ambos de la Universidad de Ciudad del Cabo, llegaron a Johannesburgo para examinar su inmensa colección de fósiles, se dieron cuenta de que estaban ante una especie completamente nueva. Los científicos afirman que han podido identificar restos de al menos cuatro sefapanosaurios, entre ellos huesos de las extremidades y varias vértebras.

“Este hallazgo demuestra lo importante que es volver a observar material antiguo que solo se ha estudiado por encima en el pasado, para evaluar con nuevos datos las ideas preconcebidas sobre la diversidad de los sauropodomorfos”, dijo Krupandan.

Fuente: ActualidadRT

Hallaron en Rumanía fósiles de un ancestro del elefante

Un equipo de paleontólogos descubrió en un pueblo del este del país varios fósiles de Deinotherium, un descubrimiento "excepcional".


Gherghesti.- Un equipo de paleontólogos rumanos descubrió en un pueblo del este del país varios fósiles de un ancestro del elefante, el Deinotherium, un descubrimiento "excepcional", según los científicos.
"Es un descubrimiento excepcional, conseguido después de muchos años de investigaciones en la región", dijo a la AFP Laurentiu Ursachi, del museo Vasile Parvan de Barlad.
Los especialistas del museo y de la facultad de Geología de Iasi desenterraron una mandíbula de 66 cm, nueve dientes muy bien conservados (entre ellas un premolar de 12,1 cm) así como varios fragmentos de las defensas del animal, una cintura pelviana y miembros anteriores y posteriores.
"La edad de los fósiles es de siete millones de años, está probado por la presencia de flujo piroclástico volcánico", indicó Bogdan Ratoi, un universitario de la facultad de Iasi.
Según los investigadores, este Deinotherium ("bestia terrible" en griego) medía unos cinco metros de alto.
El descubrimiento tuvo lugar en el pueblo de Gherghesti, en una región donde en los últimos años también se han hallado fósiles de los ancestros del rinoceronte y del bisonte.
Las excavaciones paleontológicas se aceleraron a mediados de junio tras el descubrimiento del primer fragmento de Deinotherium cerca de una carretera en una colina de Gherghesti.
Se trata del segundo descubrimiento de este tipo en Rumanía, donde en 1891 ya se encontró un esqueleto de Deinotherium que actualmente está expuesto en el museo de historia natural de Bucarest. (AFP)

Localizado en un pueblo de Salamanca el fósil trilobite más antiguo del mundo

El equipo de paleontólogos creen que la pieza encontrada en La Rinconada de la Sierra podría tener 520 millones de años

EFE. Imagen del trilobite encontrado
















Una expedición de paleontólogos de diferentes universidades españolas ha localizado en La Rinconada de la Sierra (Salamanca) el que hasta el momento puede ser el fósil de trilobite más antiguo del mundo, con al menos 520 millones de años.

Ha sido localizado gracias al trabajo desarrollado por varios geólogos, entre ellos el paleontólogo Eladio Griñán, de la Universidad de Zaragoza, y el profesor de Geología de la Universidad de Valencia Rodolfo Gozalo.

Este tipo de trilobites (artrópodos que vivieron en la era del Paleozoico), con tantos millones de años de antigüedad, sólo se podían ver hasta el momento en Siberia, Marruecos y en una zona fronteriza entre Estados Unidos y México. De ahí la relevancia del hallazgo, ha explicado Gozalo en una entrevista con Efe.

El hallazgo se produjo hace unas semanas, a raíz de un proyecto de investigación, ya que los paleontólogos forman parte de un equipo de la Unesco que lleva trabajando desde hace algún tiempo para redefinir el período denominado Cámbrico, el primero de la Era Primaria, entre 570 millones y 500 millones de años de antigüedad.

La Sierra de Francia, ubicada en el sur de Salamanca y perteneciente al Parque Natural de Las Batuecas, es uno de os lugares más propicios para la investigación de este período, ya que en diferentes pueblos como Monsagro, El Maíllo, El Cabaco o Serradilla del Arroyo existe laderas de montaña muy erosionadas donde incluso se pueden contemplar fósiles de hace varios cientos de millones de años.

En La Rinconada de la Sierra se conoce desde 1972, merced al estudio del geólogo salmantino Carlos García Figuerola, la posible existencia de este tipo de fósiles, debido a los pliegues estructurales del terreno.

«En La Rinconada se encuentras uno de los mejores cortes para analizar el Cámbrico», según Rodolfo Gozalo, ya que en estos pueblos se localiza la denominada «Arenisca de Tamames», una clase de roca que hace pensar en la existencia de este tipo de fósiles.

El equipo de paleontólogos, aprovechando el corte de una carretera construida hace más de una década, decidió iniciar una serie de prospecciones sobre unas formaciones situadas a dos kilómetros de La Rinconada para ver qué localizaban.

Trasladado a Zaragoza

«Después de un día entero picando descubrimos el fósil de unos 520 millones de años», ha relatado el científico. Ahora, el fósil de trilobite se encuentra depositado en el Museo de la Universidad de Zaragoza y en las próximas semanas se ofrecerán todo tipo de explicaciones de este hallazgo en una publicación científica.

Un avance ya se pudo leer hace unos días en la Revista Científica de Cambridge, una de las más seguidas sobre este tipo de investigaciones.

En España, según los investigadores, este tipo de trilobites sólo se pueden ver en yacimientos con los de la sierra de Córdoba o en la parte leonesa de Baños de Luna.

De momento, el fósil localizado en la provincia de Salamanca ha sido bautizado como «Lunagraulos Tamamensis» y «sólo hay uno algo similar en la zona de Alconera, en Badajoz», ha apuntado.

miércoles, 1 de julio de 2015

El fin de los dinosaurios dio paso a la moderna 'Edad de los Peces'

-EL EVENTO REVIRTIÓ EL ECOSISTEMA MARINO-


Foto: E. Sibert and B. House.






















MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) - 
  
Los vertebrados más numerosos del mundo -los peces de aletas radiadas-, comenzaron su dominio de los océanos hace 66 millones de años, ayudados por el evento que acabó con los dinosaurios.

Los paleobiólogos de la Institución Oceanográfica Scripps Elizabeth Sibert y Richard Norris analizaron los dientes microscópicos de los peces que se encuentran en los núcleos de sedimentos alrededor del mundo y encontraron que la abundancia de dientes de peces con aletas radiadas comenzó a eclosinar en las secuelas de la mortandad masiva de especies provocada por un impacto de asteroide en la península de Yucatán. Los científicos se refieren a este episodio como la Extinción masiva de especies provocada por un impacto de asteroide en la península de Yucatán. Los científicos se refieren a este episodio como la Extinción masiva del Cretácico-Terciario.

El noventa y nueve por ciento de todas las especies de peces en el mundo - desde los peces de colores al atún y el salmón - están clasificados como peces con aletas radiadas. Ellos se definen como especies con estructuras óseas del esqueleto y tienen dientes que están bien conservados en el barro del océano profundo. Los tiburones, por el contrario, tienen esqueletos cartilaginosos y están representados por los dientes y escamas mineralizadas, también conocidas como dentículos, en los sedimentos marinos.

"Encontramos que el evento de extinción marcó un punto de inflexión ecológica para los vertebrados marinos pelágicos", escriben los autores en el estudio. "La extinción del Cretácico-Terciario parece haber sido un factor importante en el aumento de los peces con aletas radiadas y la razón de que sean dominantes en los océanos abiertos hoy en día."

El gran avance para los investigadores en llegar a su conclusión llegó a través de su enfoque en los dientes fosilizados de tiburón. En los núcleos de numerosas cuencas oceánicas, se encontraron con que, si bien el número de tiburones se mantuvo estable antes y después del evento de extinción, la relación de los dientes de peces con aletas radiadas en relación a los dientes y escamas de tiburón aumentó gradualmente, duplicándose primero y haciéndose ocho veces más abundante 24 millones años después de la extinción. Ahora hay 30.000 especies de peces con aletas radiadas en el océano, por lo que esta clase es la numéricamente más diversa y ecológicamente dominante entre todos los vertebrados en tierra o en el mar.

Los científicos sabían que la diversificación principal de los peces con aletas radiadas había sucedido generalmente hace entre 100 millones y 50 millones de años.

"La diversificación de peces nunca había sido asociada a un evento en particular. Lo que encontramos es que aquella extinción masiva fue en realidad cuando los peces realmente despegaron en abundancia y variedad", dijo Sibert. "Lo que hemos encontrado es que cuando el asteroide golpeó, se revirtió completamente cómo funcionaban los océanos. La extinción cambió quiénes eran los actores principales."

Sibert y Norris creen que algunos cambios clave en los océanos podrían haber ayudado a los peces con aletas radiadas. Los grandes reptiles marinos desaparecieron durante la extinción masiva, al igual que los ammonites, un grupo cefalópodo antiguo similar al nautilo. Aquellas especies habrían sido depredadores de peces o competidores con las especies de aletas radiadas por los recursos.

El estudio aparece el 29 de junio en la versión de la edición temprana de la revista Proceedings.