miércoles, 20 de agosto de 2025

El potencial arqueológico de Burgos más allá de Atapuerca

La Diputación provincial de Burgos apoya 28 proyectos de excavación con subvención a través de los Ayuntamientos. Estos son los pequeños pueblos de Burgos que tendrán su excavación en la que «se busca implicar a los vecinos»

Cueva San Millán, en el Parque de Sabinares del Arlanza, ha ofrecido 2.200 restos
de una nueva cultura tecnológica del paleolítico, el Arlanziense.
POLICARPO SÁNCEZ YUSTOS
El objetivo de los Ayuntamientos que se presentan a la convocatoria de subvenciones a excavaciones arqueológicas de la Diputación Provincial de Burgos es impulsar un nuevo recurso turístico que se convierta en foco de atracción de visitantes y personas a la localidad. Pero no siempre se consigue. «No todo es musealizable hay mucho trabajo arqueológico que tiene un gran valor a nivel científico, pero no siempre se puede visibilizar, aunque todos los municipios lo ven beneficioso», remarca Rosa Cuesta. Como ejemplo expone los dinosaurios de Salas de los Infantes, imposible exponer las grandes piezas en conexión anatómica sin un gran museo regional, pero siguen ampliando actividad y potenciándolo. «Los trabajos científicos innovadores de Salas, las tumbas de Comunero de Revenga o Sotopalacios se intervienen por un interés plenamente científico», señala Cuesta.

Este año se han aprobado 28 ayudas en total que se pueden dividir en tres categorías. De menos de 5.000 euros de aportación son las intervenciones en Guzmán, Merindad de Sotoscueva, Padilla de Arriba. Entre 5.000 y 10.000 euros están los trabajos en Belorado, Brizuela, Canicosa de la Sierra, Huérmeces, Mambrillas de Lara, Montorio, Puentedey, Valle de Mena, Valle de Valdelucio, Villadiego y Villarcayo. De 10.000 a 15.000 euros van a los proyectos arqueológicos de Haza, Merindad de Río Ubierna, Modúbar de San Cibrián, Moradillo de Roa, Quintanarraya, Santa Gadea del Cid, Sargentes de la Lora, Sasamón, Tardajos, Torregalindo y Villafranca Montes de Oca. En el top de la concesión, entre 15.000 y 20.000 euros por proyecto, están la Comunidad de Villa y Tierra, Quintanar de la Sierra y Salas de los Infantes.

¿Qué requisitos hay que cumplir?

Los ayuntamientos reciben una subvención que puede alcanzar el 60% del proyecto de intervención arqueológica. «Es fundamental contar con el permiso de excavación de la Junta de Castilla y León o, en caso de ser un terreno de propiedad privada donde se va a intervenir, tener el permiso del propietario», avanza Rosa Cuesta. Además, la documentación debe cumplir ciertos requisitos como: el interés científico a través de un proyecto de investigación, utilizar metodología innovadora e información de lo que puede aportar a la provincia. Los ayuntamientos deben incluir un apoyo específico en sus presupuestos del 20 al 30% de la intervención.

Es necesario también realizar una planificación y cronograma de las actividades a desarrollar y ejecutar a lo largo del tiempo para rescatar esa historia envuelta en piedra. Debe tener detallado el presupuesto para determinar el coste de la intervención.

Los municipios y los equipos de investigación deberán después justificar el trabajo realizado presentando una memoria final y un registro de justificación de la campaña. Este año se han establecido novedades como que sólo se puede optar a un proyecto por municipio al año para ampliar el grado de acción de estas actividades arqueológicas a un mayor número de municipios.

Los vecinos, un arqueólogo más

Uno de los factores principales de la convocatoria es implicar a los vecinos de cada pueblo. De esta manera, se potencia la participación en la localidad con charlas de puertas abiertas, difusión y divulgación de lo que están haciendo e incluso hacer partícipes a los vecinos en el desarrollo de la actividad científica.

Un ejemplo es Prado Vargas. El asentamiento neandertal que cuidó a la pequeña, Vera, cuyo diente apareció hace unos años y que «dará sorpresas próximamente», realiza una convocatoria para que «los propios vecinos del pueblo colaboren con nosotros en el lavado del sedimento con voluntariado del río», explica Marta Navazo. Será del 18 al 22 de agosto en el que se recluten un máximo de 16 vecinos excavadores por día. «Siempre intentamos implicar a la población, hacerles partícipes a los vecinos del pueblo porque además nos conocen y son ellos mismos los que ponen en valor la información que vamos obteniendo», señala Alfonso Benito.

También permite proteger el territorio por quienes lo habitan a diario, herederos de ese valor patrimonial. Mucha historia de la provincia que mira a donde se pierde la memoria. Desde Pink en Atapuerca, hace casi 1,4 millones de años, hasta el medievo. Todo está registrado en el suelo de Burgos y poco a poco, va saliendo a la luz generando una industria del conocimiento, un valor de orgullo de cada pequeño pueblo y una información científica de primer nivel.

Cata de excavaciones de Segisamo, un poblamiento romano del I a C hasta la época tardoantigua entre Sasamón y Olmillos de Sasamón. ROMANARMY.EU

1/6 Excavaciones en Sasamón

Exploración del poblado aravaco de Klounioq en Quintanarraya. D-ARGYA

2/6 Trabajos arqueológicos en Klounioq

Exploración con georradar en Segisamo. D-ARGYA

3/6 Exploración con georradar en Segisamo

Los trabajos arqueológicos en Prado Vargas cumplen diez años. MARTA NAVAZO

4/6 Trabajos arqueológicos en Prado Vargas

Los trabajos arqueológicos en Cueva Kaite en Ojo Guareña. MARTA NAVAZO

5/6 Primeras intervenciones en Cueva Kaite

Cueva Millán, a la derecha con una cubierta, ha ofrecido la nueva tecnología, el arlanziense. En frente la Cueva del Estillín que se excavará este año y contiene registro del Paleolítico Superior. POLICARPO SÁNCEZ YUSTOS

6/6 Zona de yacimientos de San Millán y el Estillín

elcorreodeburgos.com

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