En los últimos días se han llevado a cabo los trabajos de restauración de los troncos de árboles fosilizados hallados en el entorno del Embalse de Aguilar
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| Plantas del Cretácico cuentan cómo era el paisaje del Geoparque Las Loras hace millones de años. La Razón |
Un buen ejemplo de ello son los troncos fosilizados descubiertos y recuperados a finales de 2022 en el entorno del Embalse de Aguilar. Sobre ellos ha estado trabajando Caterine Arias, conservadora-restauradora del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos). Las piezas, todas de gran tamaño y belleza, dejan constancia de que hace muchos millones de años -en el Cretácico Inferior- en esta parte del Geoparque crecían las Bennettitales, un grupo de plantas extintas que, en la actualidad, podrían asemejarse a una palmera, aunque no están emparentadas con estas.
Pero, ¿cómo han llegado estos fósiles hasta nuestros días? La fosilización de un tronco es un proceso geológico que transforma la madera en roca a través de la permineralización. Dicho de otro modo, el agua subterránea rica en minerales se filtra a través de los restos de madera enterrados, reemplazando gradualmente la materia orgánica por minerales como la sílice. Los minerales se precipitan dentro de los espacios celulares de la madera, creando una réplica de roca que conserva los detalles de la estructura original del árbol y dando lugar a lo que también se conoce como madera fósil.
Y ese es, precisamente, el material con el que ha podido trabajar Caterine Arias a lo largo de estos días. La experta en conservación y restauración también ha explicado los detalles de su delicada labor al público gracias a una jornada de puertas abiertas que congregó a alrededor de 40 personas, todas ellas muy interesadas en conocer esta parte de la historia del territorio.

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