Te dejamos íntegra la noticia publicada hoy por el Correo de Burgos
La jornada de hoy es la del fin de la IX Campaña de Excavaciones Paleontológicas, que, organizada por Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense (CAS), la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León y el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, se ha desarrollado en diferentes emplazamientos de la comarca desde el 18 de julio.
Y los propios organizadores, y toda la comarca, están expectantes ante la decisión que antes del 3 de agosto emitirán los expertos de la Unesco, que están reunidos en Brasilia (Brasil), sobre la declaración de la Candidatura IDPI (Icnitas de Dinosaurios de la Península Ibérica) a Patrimonio Mundial.
A ese respecto, el director de las excavaciones, y del Museo de Dinosaurios, Fidel Torcida Fernández-Baldor, manifestaba en el yacimiento ‘Las Ereas’ que, ante esa coyuntura, «queremos enfriarnos un poco, aunque la lógica nos invita a pensar que hay muchas posibilidades porque es una candidatura fuerte y universal».
«Si fuera así, toda la comarca se beneficiaría de ello porque se pondría en valor todo el patrimonio paleontológico que tenemos, no sólo Costalomo, y esto sólo tiene consecuencias positivas», concluía Torcida.
Respecto a las actividades realizadas en la última prospección, centradas, durante esta semana, en el megayacimiento de ‘Las Ereas"’, próximo a Quintanilla de las Viñas, el responsable de la convocatoria resaltaba que en los afloramientos 6 y 7, objeto del estudio, se «encuentran un centenar de huellas de grupos diversos de dinosaurios, sobre todo saurópodos (herbívoros cuadrúpedos de gran tamaño) y terópodos (carnívoros bípedos) de tamaños grande y mediano».
«También hemos hallado rastros de estegosáuridos (herbívoros cuadrúpedos, dotados de placas óseas en el dorso del cuerpo y cola), y posibles indicios de actividades natatorias de algunos dinosaurios», añadía el coordinador de las excavaciones.
Una vez realizadas las actividades de limpieza del terreno y de las marcas, «algunas de las cuales tienen incluso las marcas de las uñas de los bichos», los investigadores tendrán que realizar el trabajo de laboratorio para obtener un mapa paleobotánico del terreno.
«Tenemos varios objetivos previstos, que se pueden resumir en reconstruir la escena del crimen», refería Fidel Torcida para intentar averiguar qué dinosaurios había, en qué ambiente se movían y cómo lo hacían.
A ese respecto, «que luego se irá ampliando», el paleontólogo apuntaba que lo más importante era «encontrar un buen rastro de huellas para poder hacer conjeturas, de esa locomoción, acerca del tamaño del animal y de la respuesta del terreno a la pisada».
Foto: El Correo de Burgos
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