El Correo de Burgos
Opinión
Ricardo Gª Ureta
INOCENTE de mí, pensaba yo que el tiempo de las ocurrencias
legislativas había pasado a la historia en Castilla y León y las divagaciones
de Ciudadanos las había borrado Vox con su supuesto sentido común aplicado a la
política. Pero por lo visto, el nuevo socio de gobierno del PP en la Comunidad
ha decidido que merecía la pena preservar uno de tantos errores del legado de
la extinta, por algo será, formación naranja. Se lo pude preguntar
personalmente al consejero de Cultura en una comparecencia en Burgos y entonces
demostró porqué es uno de los aficionados al toreo con más conocimientos de la
Comunidad. Con su peculiar tono pausado y calmo me arreó dos largas cambiadas y
cuando desperté del adormecimiento me había cambiado el tercio y ya no había
opción de banderillear. Me quedó claro, no obstante, que esta patata caliente
no iba para él sino que el destinatario final será el consejero multitarea al
frente del Medio Ambiente, la Vivienda, la Ordenación del Territorio y ahora
también de los dinosaurios. Porque el Proyecto de Ley de Patrimonio Cultural de
Castilla y León consagra que las excavaciones arqueológicas de todo lo que no
sean fósiles del género Homo corresponden a Medio Ambiente. Santonja se queda
con Atapuerca o Siega Verde, donde manda su hermano, y le endosa a Suárez
Quiñones los dinosaurios, las icnitas y los trilobites que cantaba Siniestro
Total en ‘Pueblos del mundo, extinguíos’. Es lo que merecemos por saber meter
la pata tan a conciencia. Lo de sacar a los dinosaurios del ámbito de la Cultura
ya se le ocurrió a los ínclitos de Ciudadanos en la pasada legislatura. Pero
insistimos en el error de forma que «Castilla y León va en sentido opuesto al
resto de comunidades autónomas», tal y como critica el portavoz del Colectivo
Arqueo-Paleontológico de Salas de los Infantes y posiblemente el mayor experto
autonómico en dinosaurios. Qué tendrán que ver las especies de dinosaurios
únicas en el mundo que llevan el nombre de Salas con la repoblación de truchas
en el río Nela o la compra de la casa del cura de no sé qué pueblo para
repoblar el medio rural con jóvenes, todas ellas competencias que le caen a la
Consejería de Medio Ambiente. Otras autonomías hacen de sus mucho más escasos y
relevantes, desde el punto de vista científico, restos de dinosaurios un auténtico
reclamo turístico que ayuda a crear y mantener empleo rural. Aquí se ha
institucionalizado el olvido de los restos de dinosaurios de la comarca de
Pinares. El museo dedicado a estos hallazgos en Salas tiene el tamaño de una
garita y se le salen por los garajes las piezas amontonadas mientras la Junta
lleva más de veinte años relegándolo. El resto de los partidos políticos son
cómplices porque entre las tropecientas enmiendas a la nueva ley que están
ahora en debate no aparece ni una triste mención a los dinosaurios. Ni siquiera
por la UPL leonesa ni por Soria Ya, donde también tienen restos de dinosaurios.
Vamos a la extinción.
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