Fue un primo lejano de los mamíferos y, aunque no era parte de este grupo, ya poseía numerosos rasgos mamalianos, como un paladar óseo bien desarrollado y dientes complejos, explicaron los investigadores
“Es una nueva especie de lo que se conoce como cinodonte probainognatio. Era un bicho pequeño, no mayor a una comadreja actual. Fue un primo lejano de los mamíferos y, aunque no era parte de este grupo, ya poseía numerosos rasgos mamalianos, como un paladar óseo bien desarrollado y dientes complejos”, explicó Agustín Martinelli, investigador del Conicet e integrante del equipo integrante del equipo Archosaur Research Group (ARG) y de la Asociación Paleontológica Argentina (APA).
“Recién en septiembre de 2014 encontramos el cráneo, en el campo en la Formación Chañares”, repasó la investigadora del Conicet Julia Desojo, quien coordinó los trabajos de campo al Parque Nacional Talampaya y es presidenta de APA.
“Es uno de los tantos casos donde mostramos el trabajo interdisciplinario que realizamos, entre geólogos, paleontólogos, técnicos y becarios, tanto locales como internacionales”, rescató la científica.
La descripción del Riojanodon nenoi fue publicada en la prestigiosa revista The Anatomical Record. “Encontramos restos de las mandíbulas y dientes. Es algo bastante peculiar lo de este extinto animal, porque es una forma de dentición herbívora dentro de un grupo que era principalmente carnívoro. De alguna forma, se abrió una rama de herbivorismo en esta línea evolutiva”, detalló Martinelli.
Un bautismo que es homenaje
Riojanodón nenoi. La primera palabra significa “diente de La Rioja”. La segunda es un homenaje a Roberto “Neno” Narváez, guardaparque del Parque Nacional Talampaya y actor clave en las campañas paleontológicas en esa región.
“Hace más de diez años que trabajamos en esta zona. Personas como Neno son importantísimas porque conocen al territorio como la palma de su mano”, rescató el paleontólogo Martinelli. “Imaginate que acá no hay caminos ni nada marcado, pero, como un baqueano experto, él nos va diciendo en qué lugar están las rocas de distinto color y, por lo tanto, antigüedad, como ningún mapa lo describe”, elogió el investigador.
Los restos hablan del tiempo pero también del espacio
Para los investigadores, el hallazgo, además de aportar nuevas pistas en términos evolutivos, ofrece nueva evidencia de cómo la fauna prehistórica de Sudamérica de esa época se condice con la del sur de África, abonando la teoría según la cual ambos territorios estaban unidos hace unos cuantos millones de años.
Un potencial enorme
El Riojanodon vivió durante el período Triásico, hace entre 237 y 236 millones de años. No llegó a convivir con los dinosaurios, aunque sí con sus predecesores. Los restos fósiles de este animal fueron encontrados a partir de trabajos de campo en la Formación Chañares, una de los depósitos de rocas continentales triásicas más ricas en contenido fósil de América del Sur.
Debido a su abundancia y diversidad, los especímenes hallados en esta formación constituyen uno de los mejores registros de tetrápodos –grupo de los vertebrados que tienen dos pares de extremidades– del Triásico Medio-Superior.
“Estos fósiles que presentamos son solo una mínima muestra del potencial paleontológico de nuestro patrimonio que debemos cuidar y difundir entre todos”, repasó Desojo. “Para ello, estamos tanto los cultores de la paleontología como las autoridades provinciales y nacionales y la APA, que conecta a todos los activos sobre la paleontología nacional”, rescató la investigadora y titular de APA.
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