martes, 9 de diciembre de 2025

En Transilvania no todo es Drácula: encuentran restos de dinosaurios de hace 72 millones de años en un estado perfecto

Conservación excepcional — Los resultados publicados en PLOS ONE muestran que K2 contiene los vertebrados más antiguos de la zona, lo que permitirá comparar distintas etapas de la fauna local y entender cómo se mantuvo estable el ecosistema

La tierra de Drácula guarda un pasado que va mucho más allá del mito.
 / Eötvös Loránd University 
Los castillos que inspiraron la figura de Drácula han definido durante décadas la imagen exterior de Transilvania. Esa relación con el personaje literario y con el mito del vampiro ha eclipsado otras realidades científicas que laten bajo su suelo. En el subsuelo de esta región montañosa se conservan algunos de los registros fósiles más antiguos y completos de Europa, testigos de un pasado dominado por especies hoy extinguidas.

Las excavaciones realizadas en la cuenca de Hațeg han revelado que este territorio no solo está ligado a leyendas, sino que también fue un escenario importante de la historia evolutiva de los dinosaurios. Esa doble identidad, entre la ficción gótica y la evidencia paleontológica, ha impulsado un interés renovado por comprender su valor natural.

Un yacimiento que reúne una fauna fósil sin precedentes en Europa

El registro fósil recuperado en la zona muestra una variedad sin precedentes. Los investigadores han identificado restos de anfibios, tortugas, cocodrilos, pterosaurios, mamíferos y dinosaurios herbívoros. Entre ellos destacan un ornitópodo de la familia Rhabdodontidae, de dos metros de longitud, y un titanosaurio saurópodo cuya conservación resulta excepcional.

Un hallazgo reciente que redefine la paleontología de Transilvania.
 / Eötvös Loránd University
La capa principal del yacimiento tiene medio metro de espesor y una densidad superior a los cien restos por metro cuadrado. Algunos esqueletos permanecen articulados, lo que permite estudiar sus estructuras anatómicas completas. También se han hallado fragmentos de tortugas del género Kallokibotion y fósiles de reptiles menores y moluscos, además de microfósiles vegetales que ayudan a reconstruir la flora del entorno. La variedad y el estado de los restos convierten este conjunto en un referente científico.

El descubrimiento de este yacimiento, denominado K2, se produjo durante las campañas desarrolladas entre 2019 y 2023 por el Grupo de Investigación de Dinosaurios Valiora. El equipo, dirigido por Gábor Botfalvai, de la Universidad Eötvös Loránd, y Zoltán Csiki-Sava, de la Universidad de Bucarest, excavó una superficie inferior a cinco metros cuadrados en la que recuperó más de 800 fósiles de vertebrados. Botfalvai explicó que aquel primer contacto con el terreno marcó un punto de inflexión, cuando el grupo observó huesos de gran tamaño y una conservación inusual. Desde entonces, las excavaciones sistemáticas han confirmado que la densidad fósil de K2 no tiene equivalente en toda la cuenca de Hațeg.

Los investigadores vinculan los fósiles a la evolución insular de los dinosaurios

Los resultados publicados en la revista PLOS ONE evidencian la trascendencia del hallazgo. Csiki-Sava destacó que este conjunto constituye la acumulación de vertebrados más antigua registrada en la cuenca y que su estudio permite rastrear las etapas iniciales de la fauna insular de Transilvania. El equipo considera que la comparación con yacimientos más recientes del Maastrichtiense mostrará la continuidad de las especies y la estabilidad ecológica de la región durante los últimos millones de años del Cretácico. Estos datos ayudarán a establecer con mayor precisión la evolución y dispersión de los dinosaurios europeos antes de su extinción.

El contexto geológico explica cómo se preservó una concentración tan alta de restos. El análisis sedimentológico realizado por Soma Budai, de la Universidad de Pavía, indica que en el área existió una laguna alimentada por crecidas periódicas. Las corrientes, procedentes de zonas elevadas, arrastraban cuerpos de animales que quedaban depositados al disminuir la fuerza del agua en el delta. Este proceso originó una acumulación densa y bien conservada, con huesos sin abrasión ni deterioro notable. El sedimento gris azulado de arcillas finas selló los fósiles y mantuvo su integridad a lo largo de 72 millones de años.

El conjunto de datos tafonómicos y paleobotánicos permitirá reconstruir con detalle el paisaje y las dinámicas ecológicas del Cretácico en la cuenca de Hațeg, ofreciendo una visión más completa de cómo funcionaban los ecosistemas europeos antes de la extinción global.

eldiario.es

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