Un hallazgo en Nueva Gales del Sur, Australia, revela restos de la especie Ferruaspis brocksi tan bien conservados que muestran las últimas comidas de los peces, aportando nueva información sobre la época del Mioceno, según Smithsonian Magazine
Jochen Brocks, geocientífico de la Universidad Nacional de Australia, explicó que el hallazgo se produjo cuando partió una roca y encontró un fósil con un esqueleto articulado y tejidos blandos intactos. Además, aseguró que su sorpresa fue aún mayor al identificar decenas de ejemplares en un estado de conservación similar.
Los peces quedaron atrapados en una matriz de goethita, un mineral rico en hierro que, según detalló Kate Trinajstic, paleontóloga de la Curtin University, logró preservar los tejidos blandos con un detalle excepcional.
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Se descubrió una gran cantidad de fósiles de Ferruaspis brocksi conservados en goethita, un mineral rico en hierro que preservó incluso los tejidos blandos de los peces (Museo de Australia) |
Una nueva especie en un ecosistema desaparecido
Los análisis permitieron identificar a los peces como miembros de una especie hasta ahora desconocida, bautizada Ferruaspis brocksi.
Según explicó el equipo de investigación, el nombre combina el término latino “ferru”, en referencia al hierro presente en la goethita, con el apellido de Jochen Brocks, el investigador que realizó el hallazgo.
Dieta y detalles anatómicos revelados por la tecnología
Uno de los aspectos más sorprendentes de los fósiles es la conservación del contenido estomacal. Los científicos identificaron restos de larvas de mosquito fantasma, insectos y bivalvos dentro de los cuerpos de los peces. Según explicaron los investigadores, esto permite reconstruir su dieta con una precisión inusual en el registro fósil.
Además, afirmaron que uno de los especímenes presentaba un parásito adherido a su cola, una larva de mejillón de agua dulce conocida como gloquidio, lo que sugiere interacciones ecológicas similares a las de especies actuales.
Según precisó el equipo de investigación, estos datos permitieron reconstruir el patrón de color del pez, que presentaba un vientre claro, una espalda oscura y dos franjas laterales. Tal y como aseguraron los especialistas, esta es la primera vez que se emplea esta técnica para determinar la coloración de un pez extinto.
Claves para comprender la evolución de los Osmeriformes y el cambio climático
El descubrimiento de Ferruaspis brocksi aporta información relevante sobre la evolución de los Osmeriformes, un grupo de peces de aletas radiadas que incluye especies como el pejerrey australiano.
Según afirmaron los paleontólogos, hasta ahora no se habían encontrado fósiles de este orden en Australia, lo que dificultaba conocer su origen y evolución en el continente.
Por otra parte, los fósiles ofrecen una ventana a los cambios ambientales ocurridos en Australia durante el Mioceno, un período de transición climática. Michael Frese, virólogo de la Universidad de Canberra y coautor del estudio, aseguró que este hallazgo permite comprender los efectos del cambio climático a lo largo de la historia.
“Es una lección geológica sobre lo que sucede cuando el clima cambia de manera fundamental”, sostuvo el especialista.
Según Smithsonian Magazine, este descubrimiento no solo amplía el conocimiento sobre la fauna prehistórica, sino que también refuerza la importancia de explorar depósitos de hierro en la búsqueda de fósiles excepcionales.
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