El fósil «muy completo» de más de 145 millones de años puede verse en el Museo de Dinosaurios de Salas de Salas de los Infantes tras un proceso de restauración y limpieza de más de un centenar de piezas
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Los restos se recuperaron en la excavación en Torrelara de 2019. |
Se trata de una pieza «muy completa» pero que «era muy frágil, llegó en un estado muy complicado de restauración» y, además, con alguna que otra sorpresa. Esta muestra temporal permite al equipo de investigación del Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense (C.A.S.) que «mostrar que es el único centro museístico e investigador en Castilla y León que realiza trabajos de restauración y conservación de este tipo de fósiles», explica el director del centro, Fidel Torcida.
Pero también poner en valor la enorme riqueza y sobresaliente valor del patrimonio paleontológico de la zona y en especial de este yacimiento de Torrelara. «Es un yacimiento excepcional no sólo por la época de transición del Cretácico al Jurásico, que está muy poco representada en el registro, con unos fósiles que han aparecido de una calidad excepcional y una superficie de excavación que, abras donde abras encuentras algo, hemos intentado acotarlo y es que no tiene fin», sentencia la restauradora y conservadora del Museo, Caterine Arias.
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Imagen de la pieza de la espalda que puede verse en el Museo de Dinosaurios de Salas. |
La pieza llegó a la mesa de trabajo de Arias con varias sorpresas y un estado delicado, algo que ya se sabía cuando se extrajo con parte del sedimento en las excavaciones de 2019, llegaba con sorpresa. «Es una pieza muy completa, tanto que llegó con concreciones de minerales de gran dureza, que en algunas partes internas la lámina fósil era tan delgada, con piezas de medio centímetro que hemos tenido que mantener ese mineral», resume la restauradora. Además, la pieza aparecía que muchas raíces que hubo que limpiar. «Fue complicado porque en las cavidades óseas habían salido raíces de plantas actuales que dificultó el montaje del fósil».
Y es que el trabajo consiste por un lado en extraer la pieza con seguridad y envolver en una momia (un cofre de poliuretano) hasta que haya contrato para personal de restauración y espacio en el taller. Años después de su extracción se pudo proceder al trabajo que realizaba en tandas. Sobre la mesa de trabajo Arias despliega las piezas una a una para su limpieza y consolidación y luego se encarga de recomponer. «Tienes una idea concreta de la especie, conoces su anatomía general, pero luego puedes encontrar singularidades».
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Imagen de la pieza antes de iniciar la restauración. |
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