Un nuevo estudio identifica afinidades entre 'Salterella' y 'Volborthella', dos fósiles del Cámbrico que podrían revelar cómo surgieron las primeras conchas minerales en los animales
Qué indica el estudio
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| 'Volborthella' de la Formación Wood Canyon en el sur de Salt Spring Hills, California. 'Journal of Paleontology' (2025). DOI: 10.1017/jpa.2025.10164 |
El Cámbrico temprano fue una etapa de innovación biológica sin precedentes. En apenas unos millones de años, los océanos se llenaron de organismos capaces de formar esqueletos y conchas mineralizadas, una estrategia evolutiva que marcó el inicio de las cadenas tróficas complejas. En este contexto, los fósiles de Salterella y Volborthella representaban una rareza: sus conchas estaban compuestas por partículas de sedimento aglutinadas o por capas finas de carbonato cálcico, sin un patrón claro de mineralización. Esa ambigüedad los convirtió en uno de los grandes enigmas de la paleontología.
Las técnicas de la investigación y dos evoluciones distintas
El nuevo estudio combina técnicas de microscopía electrónica, difracción de rayos X y reconstrucciones tridimensionales mediante tomografía para examinar ejemplares procedentes de Estados Unidos y Canadá. Gracias a estas herramientas, los investigadores identificaron estructuras internas laminadas y una composición mineral semejante a la de los primeros corales escleractinios. Además, observaron que ambos organismos seleccionaban activamente los granos de sedimento que incorporaban a su concha, un comportamiento biológico y no puramente mecánico.
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| 'Salterella' de la Formación Harkless cerca de Gold Point, Nevada. 'Journal of Paleontology' (2025). DOI: 10.1017/jpa.2025.10164 |
Los autores interpretan esta transformación como un paso clave en la evolución de los esqueletos marinos. La transición de una cobertura orgánica a una mineralizada pudo deberse tanto a cambios químicos en los océanos, como el aumento de la concentración de calcio, como a la presión selectiva de los depredadores. En palabras del estudio, “Volborthella y Salterella representan dos capítulos sucesivos de una misma historia: el experimento biológico que dio origen a las conchas animales”.
Un papel destacado en el árbol de la vida
La identificación de un vínculo cnidario también tiene implicaciones profundas para la reconstrucción del árbol de la vida. Hasta ahora, los fósiles del Cámbrico se dividían entre los pertenecientes a linajes modernos y los llamados “enigmáticos” o “huérfanos”, sin parientes vivos evidentes. Este hallazgo sugiere que muchos de esos organismos podrían ser antepasados tempranos de grupos actuales, aunque en etapas iniciales de su desarrollo morfológico.
Más allá de su interés taxonómico, el estudio arroja luz sobre la evolución de la biomineralización, un proceso que permitió a los animales colonizar nuevos entornos y desarrollar estructuras defensivas y locomotoras. Comprender cómo surgió esa capacidad, y en qué grupos apareció primero, es esencial para explicar la complejidad biológica del planeta tal como la conocemos hoy.
Los investigadores destacan que su trabajo abre nuevas vías para examinar otros fósiles del mismo periodo, en especial aquellos con conchas híbridas, parte orgánicas y parte minerales, con el fin de determinar si la aparición de esqueletos fue un fenómeno único o un proceso paralelo que ocurrió en distintos linajes a la vez.



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