De un 'Spinosaurus'
El diente le costó el equivalente a 100 euros. A pesar de lo que pensó en un principio, era auténtico, pero su procedencia no era la que el comprador pensaba
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| El diente de 'Spinosaurus' que compró por internet (CNN/Toby Hancock) |
Según explica en el artículo, la pieza llegó a su domicilio cuidadosamente embalada, con un certificado de autenticidad y la promesa de proceder del norte de África. A simple vista, parecía legítima: su coloración terrosa, textura pétrea y forma cónica coincidían con la de los fósiles conocidos de este depredador del Cretácico. Sin embargo, las grietas visibles en su superficie despertaron dudas sobre su origen y autenticidad, lo que llevó al comprador a buscar la opinión de expertos.
Un fósil auténtico con un trasfondo ilegal
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| Otra imagen del diente de 'Spinosaurus' (CNN/Toby Hancock) |
La legislación marroquí exige contar con un permiso de excavación y otro de exportación, ambos concedidos por el Ministerio de Energía Transición y Desarrollo Sostenible. Sin embargo, muchos ejemplares terminan en el mercado internacional sin la documentación necesaria. Aunque el comprador no incurre en delito, sí adquiere una pieza cuya trazabilidad podría ser dudosa, lo que pone en evidencia la falta de control global en el comercio de fósiles.
Un mercado multimillonario y sin fronteras
El caso no es aislado. Las subastas de fósiles han disparado el valor de estos objetos. Esqueletos completos como el Tyrannosaurus rex “Stan” o el Stegosaurus “Apex” se han vendido por cifras millonarias, atrayendo tanto a inversores como a coleccionistas privados. Este fenómeno ha convertido a los fósiles en símbolos de estatus y en un negocio global que mueve decenas de millones de euros cada año, según estimaciones de expertos del sector.
El auge de las plataformas digitales ha facilitado la venta de estos restos. Tiendas online, ferias internacionales como la de Tucson o redes sociales como Instagram se han transformado en escaparates donde se ofrecen desde simples fragmentos de huesos hasta piezas casi completas de especies prehistóricas. Sin embargo, los especialistas alertan de que gran parte de estas operaciones se realizan sin garantías de origen ni de legalidad.
En regiones como Hassi el Begaa, dentro de la formación Kem Kem, los mineros fósiles trabajan bajo condiciones extremas, con herramientas rudimentarias y escasas medidas de protección. Según el investigador David Martill, “los mineros se adentran decenas de metros bajo tierra, sin máscaras ni luz natural”, lo que pone en riesgo su salud y su vida. Pese a ello, su labor sostiene una industria que se ha convertido en el sustento de miles de familias marroquíes.
El dilema ético y científico sigue abierto. Mientras algunos expertos, como Maidment, defienden que los fósiles son patrimonio común de la humanidad y no deben venderse, otros, como Martill, opinan que los ejemplares más comunes, como los dientes sueltos, “no tienen un interés científico relevante” y pueden comercializarse si su procedencia es transparente. En cualquier caso, los especialistas recomiendan evitar las compras online sin certificación y adquirir únicamente piezas con origen comprobado.


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