miércoles, 6 de octubre de 2010

Un nuevo Dinosaurio con unas manos superfuertes encontrado en Arizona

Un nuevo dinosaurio desenterrado recientemente en Arizona poseía unas manos increiblemente fuertes, según un estudio publicado hoy en la revista Proceedings of the Royal Society B.

El nuevo dinosaurio, llamado Sarahsaurus aurifontanalis (Dedicado a la filántropa Sarah Butler) es un sauropodomorfo, un pequeño pero muy cercano ancestro de los saurópodos, los animales terrestes más grandes de la historia. Sus manos fueron probablemente mas poderosas y hábiles que las de cualquier otro de los saurópodos conocidos.

(Illustration: John Maisano)

Sigue siendo un misterio por qué las manos de Sarahsaurus eran relativamente pequeñas y sin embargo tan fuertes.

(Skeletal reconstruction; Credit: Nicola Wong Ken)



"Nunca he encontrado nada como esto en el oeste de América del Norte ", dijo Tim Rowe , quien dirigió el proyecto y es profesor de paleontología en la Universidad de Texas. " Su mano es más pequeño que mi mano, pero es mucho más fuerte que mi mano y tiene estas grandes garras . Es un animal muy extraño. Estaba haciendo algo con sus manos que implicó una gran fuerza y poder, pero no sabemos qué. "

Lo que se sabe es que Sarahsaurus vivió hace unos 190 millones de años durante el Período Jurásico temprano . El dinosaurio tenía algo más de 4 metros de largo. Poseía rasgos físicos por lo general asociados con los animales gigantescos . Por ejemplo , sus huesos de los muslos eran largos y rectos como columnas , sin embargo, no fueron mucho más grandes que los huesos del muslo de un ser humano . Sarahsaurus muestra que los sauropodomorfos comenzaron siendo pequeños y más tarde evolucionaron a un tamaño muy grande.

Uno de los cinco grandes eventos de extinción masiva en la historia de la Tierra ocurrió al final del Período Triásico hace 200 millones de años, acabando con muchos de los competidores potenciales a los dinosaurios . La evidencia de Sarahsaurus y otros dos sauropodomorfos tempranos sugieren que cada uno emigró a América del Norte en oleadas separadas mucho tiempo después de la extinción.

Tim Rowe
" Solíamos pensar en los dinosaurios como criaturas feroces ", dijo Rowe . " Ahora estamos empezando a ver que no es realmente el caso . Fueron más humildes , criaturas más oportunista . Ellos no invadieron el vecindario. Esperaron a que los residentes se fueran y cuando nadie estaba mirando , se trasladaron allí"

Discovery News

Video del yacimiento de Riodeva



Os dejamos el vídeo íntegro del espectacular yacimiento de San Lorenzo en Riodeva (Teruel), donde Alberto Cobos y Raya Royo explican la importancia del hallazgo.

martes, 5 de octubre de 2010

Un niño de 7 años descubre una mandíbula de dinosaurio en Maryland

Un niño de 7 años encuentra una mandíbula en el Parque de Dinosaurios en Laurel. Este descubrimiento es el primero de este tipo en el parque de Maryland

October 03, 2010 By Frank D. Roylance, The Baltimore Sun

Courtesy of Bill Isenstadt
A Aidan Isenstadt, de 7 añitos, le gusta coleccionar cosas. El busca sobre todo bichos y diferentes tipos de rocas y monedas.

El mes pasado, el y varios más trataban de buscar fósiles de dinosaurios en el Parque de Dinosaurios en Laurel. Y apenas 5 minutos despues de empezar su busqueda, Aidan encontró lo que parecía ser un fragmento de mandíbula, con los agujeros donde irían los dientes.

“Primero, se lo enseñe a mi padre, luegos a una de las personas que trabajan aquí.” Dijo él. Su padre, Bill Isenstadt de Elkridge, estaba sorprendido.

Dave Hacker, un paleontólogo amateur y un voluntario del Parque ha comentado: “Yo estaba eufórico y supe lo que era inmediatamente, era algo que nosotros nunca habíamos encontrado aquí antes.

Matew Carrano, el conservador de dinosaurios en el Museo Nacional de la Institución Smithsonian de Historia natural, vio el fósil unas semanas más tarde.

" Esto es parte de la mandíbula inferior de un dinosaurio carnívoro, un dinosaurio predador, " dijo. " Es pequeño, pero la textura del hueso es muy granulada, casi como la madera, que es muy común en dinosaurios juveniles. "

También comentó que los carnívoros de la región variaban de tamaño desde poco más de 1 metro a gigantes de casi 10 metros. Para el dinosaurio de Aidan, Carrano dijo, " mi presentimiento es que ,de estos animales, sea el más pequeño de los clasificados”.

El hallazgo de Aidan es la primera mandíbula de un dinosaurio carnívoro encontrada en Maryland, y el primero  del período Cretácico inferior en los Estados Unidos Orientales.

Inmediatamente después de que Aidan encontró su fósil, Hacker y Peter Kranz, acordonaron el área. Debían proteger los más que posibles fragmentos de mandíbula que pudiera haber allí tras una búsqueda cuidadosa. Dos fragmentos más fueron encontrados, uno de los cuales encajó con el de Aidan perfectamente.

Los restos parecen ser de hace aproximadamente 116 millones de años, según Carrano, durante más de un siglo, el depósito expuesto en el Parque de Dinosaurio se han producido hallazgos de restos fragmentarios de dinosaurios, tortugas, cocodrilos, caracoles, mejillones y piñas.

EL MUSEO DE SALAS EN LAS XI JORNADAS ARAGONESAS DE PALEONTOLOGÍA

Durante los días 1-3 de octubre se celebraron en Ricla (Zaragoza) las XI Jornadas Aragonesas de Paleontología, organizadas por la Universidad de Zaragoza y la asociación Cultural Bajo Jalón. Se trata de otro ejemplo de nuestro país en el que una localidad rural desarrolla proyectos de divulgación científica favoreciendo su dinamización socio-cultural. Algo parecido a lo que ocurre en Salas de los Infantes, donde los dinosaurios son el motor que produce conocimiento, actividad turística y cultura para el beneficio de una amplia comarca.
Fue un encuentro en el que se homenajeó al profesor Eladio Liñán, de la Universidad de Zaragoza, y uno de los más prestigiosos investigadores del mundo sobre el periodo Cámbrico (era Paleozoica, hace 540-490 millones de años atrás).
Fue arropado durante las Jornadas por eminentes investigadores como Emiliano Aguirre y Roberto Wagner. Asistieron paleontólogos, geólogos, estudiantes y aficionados de Aragón, Andalucía, Cataluña, País Vasco, Madrid, Galicia, La Rioja y Valencia.

El tema monográfico de las Jornadas fue “La paleontología en los museos”, que fue abordado desde aspectos y problemáticas variadas. Una de las mesas redondas trataba de los museos paleontológicos gestionados por entidades locales; en la mesa intervino Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas y Patrono de la Fundación Dinosaurios CyL. Fue una nueva oportunidad para exponer en un foro científico nacional la variada e intensa actividad que desarrolla el Museo salense, y que abarca campos como la investigación, la difusión y divulgación científicas y la didáctica, junto a la conservación del patrimonio paleontológico. Pero también para dejar constancia de las limitaciones que aquejan al museo salense, como la falta de espacio para la exposición, el almacenamiento y el trabajo de gabinete, o la escasez de recursos económicos que reduce el número de proyectos a poner en práctica.

A lo largo de las intervenciones de las Jornadas se pudo apreciar que los museos de paleontología españoles sufren problemas semejantes, derivados de una financiación insuficiente que puede llegar a estrangular el futuro de los mismos; y esto es válido tanto para los museos locales como para los gestionados por administraciones provinciales o autonómicos; sin embargo estos últimos tiene mayores recursos para superar momentos críticos y perdurar en el tiempo garantizando la gestión de un patrimonio de tanta importancia en nuestro país. Asimismo en las sesiones de las jornadas se debatió sobre la excesiva atomización de iniciativas museográficas, que se desarrollan en localidades muy pequeñas, con escaso presupuesto, personal no especializado y con pocas garantías para que perduren a largo plazo (lo cual puede ser negativo para garantizar la conservación de las colecciones de fósiles que custodian).

Las conferencias y mesas redondas se acompañaron de una visita al yacimiento paleontológico de Murero (Zaragoza), que ha proporcionado una de las series más completas de fósiles del periodo Cámbrico que se conocen en el mundo.









lunes, 4 de octubre de 2010

¿Cuánta ciencia y cuánto arte?

Así titula El Pais de hoy un interesantísimo reportaje sobre el mundo de la paleoilustración que tanto nos apasiona.

El Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios que organizamos y que el próximo año estará ya en su tercera edición, nos demuestra el gran número de paleoilstradores que hay a nivel mundial y la habilidad de estos especialistas que combinan el saber paelontológico con el artístico y que hacen que nos imaginemos como eran los dinosaurios.

Como dice José Luis Sanz en el artículo, paleoilustradores como Martín o Antón son capacaces de insuflar la chispa de la vida a estos seres que nadie ha visto nunca.

Te lo dejamos íntegro para que lo disfrutes:

¿Cuánta ciencia y cuánto arte?

La paleontología necesita ilustrar los hallazgos de fósiles reconstruyendo el aspecto de animales extintos - Se busca la fidelidad, pero hay sitio para la imaginación

El taquillazo de 1993 Parque Jurásico representó una novedad respecto al cine de dinosaurios. Por primera vez, se alejaba del mito del monstruo y el director, Steven Spielberg, asesorado por el paleontólogo Jack Horner, intentó reflejarlos como animales. Tiranosaurio Rex, neandertal, el hombre de Atapuerca... seres extintos hace miles de años pero vivos dentro del imaginario colectivo gracias a películas, documentales y dibujos. Los científicos utilizan reconstrucciones para ilustrar descubrimientos que, de otro modo, serían la fotografía de unos huesos fosilizados.

Mientras que la reconstrucción del esqueleto y del sistema muscular es muy fiable, el color de los dinosaurios es pura suposición- R. MARTÍN

Un paleoilustrador debe ser capaz de dar a su trabajo un aspecto vivo

Su fidelidad a la realidad pretérita depende de la cantidad de información que puedan aportar los científicos y donde el pasado calla, entra la habilidad de unos especialistas que combinan el saber paleontológico con el artístico: los paleoilustradores. Si en un futuro remoto hallasen los huesos de un pato y encargasen una reconstrucción, el resultado ¿se parecería al animal real, no al famoso Donald? ¿Cuánto hay de rigor científico y cuánto de creatividad artística?

Raúl Martín es el responsable del aspecto de Pepito, el Concavenator corcovatus, un lagarto terrible bípedo y jorobado de seis metros de largo, con protoplumas y pies pequeños que vivió en la sierra de Cuenca hace 125 millones de años. Como material de partida contó con una reproducción del esqueleto, completada con la medida exacta de las proporciones de cada segmento e indicaciones sobre detalles importantes como los pequeños bultos del hueso del antebrazo, similares a los que sirven de punto de inserción para las plumas remeras en las aves actuales.
"Según el conocimiento del linaje [grupo de dinosaurios] que se trate, es necesario tener alrededor del 80% del esqueleto para una hipótesis de reconstrucción", explica José Luis Sanz, uno de los tres descubridores de Pepito, "que sea congruente con las relaciones espaciales y topográficas entre los huesos desde un punto de vista anatómico". La segunda parte son los músculos y tendones. "Usé como referencia aves-dinosaurios especializados-terrestres como el avestruz o el emú y reptiles como cocodrilos o iguanas", cuenta Martín. "Fue relativamente sencillo, ya que está muy bien conservado y articulado". La piel, si no se encuentra junto a los huesos ningún resto, se le supone una del mismo linaje.
"Hasta aquí lo racional", puntualiza Sanz, "el color es pura suposición, no tenemos ni idea". La única indicación cromática que recibió Martín para reconstruir Pepito fue que joroba y cabeza se distinguieran del resto del animal. Pese a desconocer las funciones de la chepa del reptil, los científicos suponen que, como en los animales actuales, una de ellas sería la exhibición. "Podría tener colores llamativos para atraer la atención de las hembras o asustar a otro macho", explica Martín.
Frente al esqueleto excepcionalmente completo del Concavenator corcovatus, la mayoría de los restos fósiles son parciales.

 Mauricio Antón, el único español ganador del premio internacional de paleoilustración Lanzendorf, explica la reconstrucción del Chico de la Gran Dolina, un Homo antecessor de hace cerca de 800.000 años hallado en el yacimiento burgalés de Atapuerca. Como refleja Antón en su libro El secreto de los fósiles, la metodología básica es la misma que hace ya más de un siglo usaba el maestro estadounidense Charles Knight (1874-1953). Estudiar los huesos del ser desaparecido y compararlos con especies actuales emparentadas hasta reconocer las principales zonas de inserción de las masas musculares para reconstruir, desde dentro hacia afuera, el volumen del animal hasta llegar a su contorno externo.
Este sistema no está exento de errores. La imagen clásica de los neandertales como homínidos encorvados, con la cabeza hundida entre los hombros y las piernas arqueadas se debe a la reconstrucción del paleontólogo francés Marcelin Boule en 1913 de un esqueleto hallado en La Chapelle-aux-Saints (Francia).
La recreación es muy precisa pero los huesos pertenecían a un anciano aquejado de patologías óseas, por lo que no se le puede considerar representativo de un individuo sano de la misma especie. El consenso actual es que tenían más masa muscular que los humanos, con una talla media ligeramente menor (1,7 metros para machos y 1,6 en las hembras) y con extremidades proporcionalmente más cortas. El rostro con el que suele retratárseles es, a entender de Antón, veraz. "La morfología del cráneo no deja dudas respecto a estos rasgos".
Otros fallos resultan más cómicos, como el cometido por el retratista estadounidense Charles Wilson Pelae (1741-1827) al poner los enormes colmillos de un mamut americano en las orbitas oculares.
Antón disponía del frontal y el maxilar pertenecientes al mismo individuo y un fragmento de mandíbula de otro joven Homo antecessor. Con conocimiento sobre las relaciones geométricas y proporcionales de los cráneos de humanos, simios y otros homínidos extintos, Antón cruzó las líneas de los huesos para minimizar los errores y trabajó con las referencias de homos emparentados evolutivamente con el Chico de la Gran Dolina como el Homo erectus o el Homo ergaster, hasta lograr la suposición razonada del cráneo.
Sobre esta base comienza la labor de situar los músculos y tendones. "Los más profundos, de inserción tendinosa y carnosa que modifican la geometría del cráneo, son los más fiables", explica Antón, "los superficiales, como los de la expresión, son pura inferencia y supones que se insertarían de la misma manera que en nosotros y los grandes simios". Las alas de la nariz se marcan con un porcentaje de la apertura nasal que es común tanto en simios como en humanos.
Antón obtiene estos conocimientos consultando a científicos. "No basta con uno" puntualiza, "el grado de especialización es muy alto y el que más sabe de la anatomía craneal de los homínidos primitivos no domina el campo de la locomoción y del resto del esqueleto". Las lagunas las resuelve gracias al anatomista de la universidad de Valladolid Juan Francisco Pastor, que le avisa cuando va a diseccionar un espécimen del interés de Antón, como un gran simio o un león. Una de sus obsesiones son los felinos dientes de sable.
En la parte más superficial, como piel o pelo, "hay que buscar el razonamiento funcionalista en relación con lo que suponemos de la meteorología de la época, la locomoción del homínido y su postura corporal...". La teoría en boga es que al convertirse los homo en bípedos, se conserva el pelo en la cabeza que es lo que queda expuesto al sol y en el resto del cuerpo se vuelve más importante el intercambio térmico a través del sudor. "Son especulaciones razonadas, con una base menos tangible y en las que estás supeditado a la hipótesis más de moda", reflexiona.
"Uno de los retos del futuro es saber cómo diablos se movían estos seres", afirma Sanz, "y una de las técnicas para comprobarlo es la animación en tres dimensiones". Antón lleva explorando cuatro años este camino junto al animador Juan Pérez-Fajardo, de la empresa The Fly Factory. "Al principio, él ponía los conocimientos y yo el trabajo", explica Pérez-Fajardo, "pero ahora él ya hace los modelados por ordenador de los personajes y yo me encargo de animarlos". Su trabajo combinado hace posible ver a mamuts y dientes de sable interactuando en el lago asturiano de Covadonga.
Sanz aclara la capacidad más intangible de un paleoilustrador. "Nadie ha visto nunca a estos seres, pero Martín y Antón", comenta, "son capaces de insuflarles la chispa de la vida"
Esta vitalidad se ve en la reconstrucción realizada por Antón de los 32 preneandertales de la Sima de los Huesos, también en Atapuerca. Una foto de familia de hace más de 350.000 años, de la que conocen el número de miembros gracias a encontrar 32 fragmentos del mismo hueso, algunos de niños y otros con rasgos menos pronunciados, que se suponen de hembras. El cráneo número 5, el primero completo de un Homo heidelbergensis, le dio a Antón en 1995 un canon con el que trabajar. A este individuo ideal se le bautizó Miguelón en honor al ciclista Miguel Indurain, entonces en la cima de su carrera.
Algunos de los personajes portan lanzas de madera, un complemento que se pudo incorporar después del hallazgo anterior en Alemania de ocho astas conservadas milagrosamente, ya que la madera no fosiliza. "Antes teníamos una serie de herramientas de piedra con restos de haber afilado troncos de árboles, evidencias circunstanciales", y bromea Antón, "pero claro, con esas no ganas un juicio".


Fotos: EL PAIS

Hallan en Francia, el fémur de dinosaurio más grande de Europa con 2,20 metros

París, 30 sep (EFE).- Un fémur de dinosaurio de 2,20 metros de largo hallado por un grupo de investigadores galos en el centro de Francia se ha convertido en el más grande encontrado nunca en Europa al superar los 1,92 metros de longitud del que se presentó la semana pasada en la provincia española de Teruel.


"A priori se trata del más grande de Europa", indicó hoy a Efe el paleontólogo Ronan Allain, uno de los responsables de la excavación de Audoin, en la localidad gala de Angeac en Charente, uno de los yacimientos más ricos de Francia.



El fémur, que todavía se encuentra en el yacimiento, sobrepasa los 2,20 metros, por lo que los responsables del sitio piensan que se trata de un dinosaurio que pudo pesar unas cuarenta toneladas y medir alrededor de 35 metros de largo, explicaron en un comunicado conjunto el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia y la Universidad de Rennes.



El hueso pertenece a un dinosaurio herbívoro denominado saurópodo que vivió hace 130 millones de años en la actual Europa, durante el período conocido como Cretácico Inferior.



Se trata de los restos fósiles de ejemplar de una especie animal que "se asemeja a las de las especies conocidas en la misma época en España", indicaron los investigadores.



El hallazgo francés bate el récord del yacimiento de "San Lorenzo" de Riodeva, en la localidad turolense en la que el pasado 23 de septiembre, un grupo de científicos españoles encontró el que hasta ahora se consideraba el fémur de dinosaurio más grande de Europa, con una talla de 1,92 metros.



El fémur francés se encuentra en un yacimiento en el que los investigadores han encontrado más de 400 huesos, todos del Cretácico Inferior, que sorprenden "por la calidad de la conservación", gracias al rápido enterramiento de los restos en sedimentos arcillosos, agregaron los científicos del CNRS.



Entre ellas se cuentan unos 200 restos "de gran interés" de al menos tres tipos de dinosaurios, dos tipos de tortugas y tres especies de cocodrilos.



Aunque poco común en los yacimientos paleontológicos de este tipo, los investigadores han podido recolectar hojas y semillas de que les permitirán "reconstruir la flora del lugar en el que vivían los animales" en aquella prehistórica época.



"Gracias a estos hallazgos excepcionales, los científicos esperan poder describir mejor los ecosistemas del Cretácico inferior, una época inédita y poco conocida en esta parte de Europa", agregan las fuentes.



El espacio paleontológico situado en Angeac-Charente fue descubierto en enero de 2010, y la primera campaña de excavaciones fue iniciada el pasado verano.



El próximo objetivo de los investigadores es estudiar y analizar los huesos y los vegetales fósiles encontrados, así como un proyecto que permita asistir al público en todas las fases de trabajo, desde las excavaciones hasta su traslado a los museos.EFE



Foto 2:
© Didier Néraudeau (CNRS/Université de Rennes 1).



sábado, 2 de octubre de 2010

¿Y si los Museos estuvieran equivocados?

Un grupo de científicos estadounidenses puede cambiar la forma en que miramos las reproducciones y los fósiles de dinosaurios en los museos.
Aseguran que estos animales eran en realidad sensiblemente más altos de lo que creíamos hasta ahora, ya que, al contrario de lo que les sucede a los mamíferos, tenían gruesas capas de cartílagos en sus articulaciones que no han sido tenidas en cuenta, ya que estos tejidos son frágiles y desaparecen con el paso del tiempo. Esto significa que la altura real de un dinosaurio era alrededor de un 10% superior a la estimada. Estos «tacones» varían según el animal. El Brachiosaurus, por ejemplo, podía añadir 30 centímetros a su altura de 13 metros.



Holliday ha explicado que los finales de muchos huesos largos de dinosaurio, que incluyen los huesos de las patas como el fémur o la tibia, son redondeados y fuertes y carecen de las principales estructuras de articulación como los cóndilos, que son proyecciones óseas. Esto indica que estas estructuras estaban formadas por cartílagos muy gruesos.
Los huesos de los dinosaurios son diferentes a los de los mamíferos, incluyendo a los humanos. Los mamíferos tienen pequeñas protrusiones al final de cada hueso que le ayudan a conectarse con otro hueso en una articulación, como dos piezas de un rompecabezas. Los huesos están vinculados por una capa muy fina de cartílago, que les proporciona amortiguación en la articulación. El cartílago a menudo se desgasta y conduce a trastornos dolorosos como la artritis.

Marcas en los huesos

En cambio, los huesos de los dinosaurios tienen terminaciones redondeadas, por lo que no existe una forma clara en que pueda conectarse un hueso con otro. Las estructuras de tejido liso como el cartílago y los músculos dejan marcas en los huesos, lo que permite a los paleontólogos averiguar los atributos físicos de los dinosaurios. Los lagartos tienen huesos redondeados lisos mientras que las avestruces jóvenes tienen superficies rugosas que marcan el lugar en el que los vasos sanguíneos alimentan las grandes estructuras cartilaginosas en las articulaciones. Ambas características son similares en los huesos de los dinosaurios.

Los investigadores estimaron cuánto podían «crecer» los dinosaurios con este factor corrector del cartílago. Muchos dinosaurios terópodos, como el Tyrannosaurus, eran más altos, pero sólo un poco. Sin embargo, los ornitisquios y los saurópodos, como el Triceratops y el Brachiosaurus, respectivamente, eran un 10% más altos o incluso más. El Brachiosurus, al que se tradicionalmente se le atribuye una altura de 13 metros, puede ganar 30 centímetros adicionales.
De ser así, el estudio demuestra que los huesos no siempre hablan por sí mismos, y que los montajes de fósiles de dinosaurios en los museos pueden estar equivocados y no reflejar fielmente la altura real de estas criaturas. El estudio aparece publicado en la revista PLoS ONE.