jueves, 6 de septiembre de 2018

Recuperada la vértebra de un dinosaurio gigante en Morella

Mide 1,20 metros y podría tratarse del mayor resto óseo de sus características hallado en la península

Réplica de dinosaurio colocada en Morella.
El subsuelo de la comarca castellonense de Els Ports sigue arrojando hallazgos paleontológicos de elevado valor patrimonial e importancia científica. Uno de los últimos, una vértebra cervical de un saurópodo -un dinosaurio herbívoro de cuello muy largo- que el Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i) está recuperando y que podría ser la más grande de sus características localizada hasta ahora en un yacimiento de la península ibérica, según marcan los primeros estudios.

Pudo pertenecer a un saurópodo que podía alcanzar los 25 metros de longitud, con cuello muy largo, cola larga y un peso de hasta 50 toneladas, que habitó el territorio de Els Ports durante el Cretácico Inferior, hace 120 millones de años. La vértebra en cuestión mide un metro y veinte centímetros de longitud y ha sido localizada en los trabajos de restauración que está realizando el IVCR+i en el yacimiento de Sant Antoni de la Vespa enMorella (Castellón).

El resto paleontológico se encuentra en "excelente estado de conservación y apenas está deformado por los procesos de fosilización", han indicado desde el equipo que asume su puesta a punto. Un proceso "muy lento" porque los sedimentos de piedra y tierra están adheridos a la superficie del hueso y hay que levantarlos con medios mecánicos mientras se van consolidando las superficies.

El resto óseo cuenta con todos los elementos anatómicos que permiten su identificación: el cuerpo vertebral y grandes apófisis laterales, lo que va a permitir a los paleontólogos su adscripción a una especie concreta.

La excavación ha sido ejecutada por un equipo interdisciplinar formado por técnicos de la UNED de Madrid, el Instituto Catalán de Paleontología, el Grup Guix de Vila-real y el ayuntamiento de Morella, bajo la dirección de los paleontólogos José Miguel Gasulla, del consistorio morellano, y Andrés Santos, del Grup Guix.

Según explican desde el instituto de restauración valenciano, el hueso estaba integrado en un bloque de tierra y piedras, lo que se conoce como 'momia'. Con los trabajos que están llevando a cabo los técnicos "es cuando se aprecia la importancia del hallazgo". Destaca su valor patrimonial e importancia científica porque corresponde a un animal del que ya hay un buen número de huesos restaurados. Con este último se puede disponer ya "de una parte muy importante de su esqueleto" para definir claramente la especie.

El historial de hallazgos paleontológicos en la comarca castellonense es amplio. Hace dos años, en las entrañas del pequeño municipio de Portell emergieron restos de dinosaurios de hace 130 millones de años, los huesos más antiguos localizados en yacimientos de la provincia de Castellón. En junio de 2017, y en Morella, salía a la luz parte del esqueleto de un dinosaurio saurópodo titanosauriforme: 125 millones de años de antigüedad y grandes dimensiones, 20 metros desde la cabeza a la cola, y entre ocho y nueve de alto. También aquí, en término morellano, bajo una cantera de arcilla se descubría en 2015 una nueva especie de dinosaurio: el Morelladon beltrani (125 millones de años), emparentado con el popular Iguanodon.

Una réplica de dinosaurio a tamaño real se instala en la Alameda de Morella

Precisamente para honrar la prolífica carrera de descubrimientos paleontológicos en esta comarca del interior castellonense, con Morella a la cabeza, la localidad ha instalado este martes una réplica a tamaño real de un dinosaurio carnívoro en el paseo de la Alameda. Se trata de un Allosaurus y forma parte del proyecto de Turismo Camins de Dinosaures, que tiene como objetivo fomentar el patrimonio paleontológico de la zona, una de las más ricas en fósiles de dinosaurios de toda España.

El nuevo dinosaurio de Morella, de ocho metros de longitud, recrea un ejemplar carnívoro de la época del Cretácico Inferior, que podía pesar entre 2.000 y 3.000 kilos y era uno de los depredadores más importantes de la zona. Además, está relacionado con las huellas de dinosaurio que se descubrieron en 1987 en el monte de Vallivana. La réplica a tamaño real se suma a las instaladas ya en otras localidades de la provincia de Castellón como Bejís y Cinctorres.

El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, ha indicado que esta representación "refuerza de manera muy visual el territorio de dinosaurios que había hace millones de años en esta zona".

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Profesores de la UZ descubren conchas gigantes creadas tras la extinción de los dinosaurios

La revista científica "Paleobiology" recoge el hallazgo de unas conchas gigantes aparecidas tras la gran extinción de los dinosaurios. Se trata de un descubrimiento de Ignacio Arenillas y José Antonio Arz, profesores titulares del Departamento de Ciencias de la Tierra, y Vicente Gilabert, FPI, de la Universidad de Zaragoza.

Los autores de la publicación indican que este segundo factor pudo ser el intenso
volcanismo del Decán
El impacto del asteroide Chicxulub en Yucatán (México) hace 66 millones de años, que provocó la extinción masiva de los dinosaurios, originó además una brusca proliferación de conchas con formas "aberrantes" y "monstruosas" en el plancton marino. Se trata de un hallazgo de los profesores de la Universidad de Zaragoza Ignacio Arenillas, José Antonio Arz y Vicente Gilabert y cuyo descubrimiento ha sido publicado en la prestigiosa revista científica "Paleobiology".

Las aberraciones en los foraminíferos se observan como malformaciones en su concha y se producen durante el crecimiento y desarrollo del microorganismo debido a factores ambientales y a mutaciones genéticas. En los ecosistemas actuales, las formas aberrantes de foraminíferos son utilizadas para analizar la contaminación industrial, urbana y agrícola en zonas costeras. El aumento actual de foraminíferos aberrantes está también relacionado con la acidificación de los océanos y el cambio climático que caracterizan el Antropoceno.

La abundancia de formas aberrantes en foraminíferos planctónicos fue máxima en los primeros 20 mil años tras el límite K/Pg, lo que está estrechamente relacionado con los graves daños medioambientales que causó Chicxulub. Sin embargo, la persistencia de una gran cantidad de formas aberrantes durante los siguientes 180 mil años sugiere la existencia de un segundo factor de alteración medioambiental a más largo plazo. Los autores de la publicación indican que este segundo factor pudo ser el intenso volcanismo del Decán. “Aunque el Decán jugó un papel irrelevante en la extinción del límite K/Pg, contribuyó a alterar el medioambiente en los primeros centenares de miles de años del Paleógeno”, señalan los especialistas en foraminíferos planctónicos.

Hasta hace poco se consideraba que la principal fase de erupciones del Decán había ocurrido a finales del Cretácico, iniciando la extinción antes del límite K/Pg. Sin embargo, esta hipótesis entra en contradicción con lo descubierto en Túnez: antes del límite K/Pg se observa una gran estabilidad medioambiental, sin apenas extinciones y con unas tasas de aberrantes similares a las que podemos encontrar actualmente en ecosistemas marinos no alterados.

Los resultados obtenidos son más compatibles con una hipótesis recientemente propuesta por un equipo de geólogos de la Universidad de California, según la cual los terremotos provocados por el impacto de Chicxulub fueron de tal magnitud que activaron los volcanes en todo el mundo, incluyendo los del Decán. Estos autores sugieren que la principal fase eruptiva del Decán se inició tras el impacto meteorítico en el límite K/Pg y no antes, lo que está de acuerdo con la estabilidad medioambiental de finales del Cretácico y el incremento de formas aberrantes a comienzos del Paleógeno.

Estos dos fenómenos naturales del pasado (Chicxulub y Decán) y las alteraciones medioambientales y climáticas que causaron son una advertencia de los daños que la actividad humana puede llegar a generar actualmente en la Biosfera (contaminación, cambio climático, destrucción de ecosistemas, extinción). No obstante, las mutaciones genéticas provocadas por los ecosistemas contaminados durante miles de años pudieron también acelerar la evolución de nuevas especies, permitiendo explicar parcialmente las radiaciones evolutivas de foraminíferos planctónicos que ocurrieron tras la gran extinción del límite K/Pg.

Descubren un nuevo tipo de dinosaurio carnívoro de hace 70 millones de años

Los restos se encuentran junto a lo que hoy es uno de los embalses de la cabecera del Tajo, entre las provincias de Cuenca y Guadalajara

Francisco Ortega muestra en este montaje la imagen de uno de los ejemplares
que habrían vivido en lo que hoy es el embalse de Buendía FOTO: TWITTER 
Estos días, los paleontólogos del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED están de enhorabuena. “Hemos encontrado al mejor representante de un dinosaurio carnívoro de finales del Cretácico Superior de Europa”.

Se trataría de un ‘Abelisaurio Arcovenator’, un dinosaurio bípedo de grandes dimensiones. Vivió al mismo tiempo que los Tiranosaurios Rex en Estados Unidos - esos que tantas veces hemos visto en las películas,-, pero estos eran algo más pequeños (entre siete y ocho metros frente a los diez de los Rex) y “muy primitivos entre los carnívoros”, aunque ambos tuvieron el mismo papel en los ecosistemas. 

La única referencia de su existencia encontrada hasta ahora estaba en el sur de Francia. El hallazgo, dice el director del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, Francisco Ortega, “nos va a servir para la proyección de las faunas en esta zona y compararlas con las del resto de Europa”.

Los nidos de dinosaurio, todavía grandes desconocidos

Ha sido un descubrimiento casual durante los trabajos -por motivos bien distintos- realizados en un yacimiento del Cretácico Superior junto al embalse de Buendía, en el antiguo término municipal de Santa María de Poyos -inundado por el pantano- muy cerca tanto de Sacedón (Guadalajara) como de Buendía (Cuenca).

Estos trabajos forman parte de la segunda campaña “sistematizada” de excavaciones en la zona, tras la de 2017, pero que empezaron unos cuantos años atrás cuando un pescador encontró unos restos que el equipo procedió a evaluar. “No nos parecieron excesivamente importantes”, dice Ortega. Eso cambió cuando localizaron cáscaras de huevos de dinosaurio.

“Nos llamó la atención y hace cuatro años ya no fueron solo cáscaras. Encontramos ejemplares de huevo en una posición peligrosa, que la erosión se podía llevar. Por eso pedimos permiso para extraerlos”. En el proceso de retirada descubrieron mucho más: “Había huesos en varios niveles”.

Francisco Ortega, reconoce que apenas han dado los primeros pasos en un yacimiento “en vertical”, que avanza hacia el norte unos diez kilómetros y que data de hace más de 70 millones de años. No todo es accesible, muchos de los restos están bajo las aguas de la cabecera del Tajo.

El palentólogo explica el terreno sobre el que han trabajado: “En este tipo de estructuras de nidificación lo que tenemos son huevos de dinosaurio en una superficie próxima a lo que fue una marisma costera”. Pero lo cierto, reconoce, es que apenas se sabe nada sobre los patrones de nidificación y cría de estos gigantes de hace millones de años.

Los expertos miran hacia la Patagonia argentina (Neuquén), donde hay yacimientos similares (aunque ocupan casi lo que sería media provincia de Cuenca) y en los que se han encontrado ejemplares de ‘saurópodo’, los enormes titanosaurios de cuello largo. “Es uno de los modelos de este tipo de nidificación. Y ellos han conseguido identificar al dinosaurio porque tienen pequeños huesos”.

¿Cuál es el problema en el yacimiento castellano-manchego? “La morfología de las cáscaras y el aspecto de los huevos (que son muy grandes) no coinciden del todo con lo encontrado en Argentina”, comenta. Y por eso han decidido “poner en cuarentena” que puedan ser lo mismo. “Podrían ser de un grupo de ornitópodos”, otro tipo de dinosaurio.

“Los embriones de dinosaurio son muy raros en el registro mundial”, explica. Apenas hay pistas. Los huevos encontrados en Guadalajara y que están enteros se analizan con el escáner. Algunos son vaciados para indagar en su interior. “Hasta ahora, lo que hemos encontrado, o son huevos vacíos o el animal no se había desarrollado lo suficiente como para encontrar huesos”.

También han podido comprobar algo más: En los que están abiertos, las cáscaras que el dinosaurio rompió para salir están depositadas en el fondo de cada huevo junto a la tierra desplazada para salir del nido. “Es un patrón típico de los huevos eclosionados”. Todavía trabajan para encontrar un embrión.

España es uno de los pocos países del mundo considerados como depósito de huevos de dinosaurio (en las dos vertientes de los Pirineos) junto a la Patagonia argentina y Estados Unidos. Ahora, este yacimiento entre Cuenca y Guadalajara empieza a ofrecer una nueva fuente de investigación asociada a la cercana excavación de ‘Lo Hueco’, en la provincia de Cuenca y que es todo un referente para los paleontólogos. “Son dinosaurios de la misma edad, en la misma formación geológica y a pocos kilómetros”, explica este experto.

Los hallazgos de la campaña serán trasladados al laboratorio de la Facultad de Ciencias de la UNED, en Madrid, en la que el Grupo de Biología Evolutiva tiene su sede y donde se procederá a estabilizar los restos para su posterior estudio. “Será un proceso largo de análisis”, explica el paleontólogo, antes de publicar sus investigaciones para buscar la aceptación del resto de la comunidad científica.

Después serán depositados en el Museo de la Paleontología de Castilla-La Manchadonde serán expuestos “con un argumento veraz porque si no, no tendría sentido”. De momento, puede verse en una de sus vitrinas parte de uno de primeros huevos encontrados en Guadalajara. Es apenas una minucia comparada con lo que ahora manejan los investigadores y que esperan exponer al público en breve.

Huesos de dinosaurio y el esqueleto humano más antiguo descubierto en América

El Museo Nacional de Brasil contiene más de 20 millones de piezas de diferentes periodos históricos

Funcionarios recuperan objetos del museo. En vídeo, así era el museo incendiado. 
MARCELO SAYÃO (EFE)
El Museo Nacional de Brasil, la institución científica y de historia natural más antigua del país, contiene unos 20 millones de piezas que se teme hayan sido destruidos por las llamas que arrasan el edificio desde la tarde del domingo. Su colección contiene desde la zoología y la arqueología hasta la etnología, geología, paleontología y antropología biológica, según enumera la misma página web del museo. Sus ejemplares datan de diferentes periodos históricos. Entre ellos se encuentran el esqueleto humano más antiguo descubierto en América, animales disecados, momias, meteoritos, fósiles y decenas de huesos de dinosaurios.

Creado por el rey Juan VI de Portugal en 1818 y ubicado en Río de Janeiro, el Museo Nacional es considerado el quinto mayor del mundo por su patrimonio e incluye colecciones compuestas por decenas de miles de objetos provenientes de varias civilizaciones de América, Europa y África, aunque muchos de los 20 millones de piezas que forman parte de su acervo no están expuestos, informa el diario brasileño O Globo.

La institución cuenta con la mayor colección de arqueología egipcia de América Latina, pero su pieza más importante es Luzia, el esqueleto humano más antiguo hallado en el continente americano. Los huesos de esta mujer, que murió de manera violenta hace unos 12.000 años, fueron encontrados en 1975 en el Estado de Minas Gerais. Todavía se desconoce si sus restos han sido consumidos por las llamas.

Lo que sí se ha resistido al incendio es un meteorito, según informa la vicedirectora del museo y recoge O Globo. La institución posee la mayor colección de meteoritos del país, con 62 piezas. El más famoso es el Bendegó, encontrado durante el siglo XVIII, informa el rotativo brasileño.

Los tres pisos del museo incluyen documentos que se remontan a la época del Imperio, fósiles y colecciones de minerales. La exposición está organizada en distintas secciones, desde la historia de la Tierra y la evolución del hombre (con los restos del Maxakalisaurus topai, uno de los dinosaurios más grandes encontrados en Brasil), hasta las áreas dedicadas a las distintas culturas: las mediterráneas, con piezas grecorromanas de la emperatriz Teresa Cristina de Borbón, la egipcia, que empezó a ser adquirida por el emperador Pedro I, la arqueología precolombina y la brasileña, a la que pertenece Luzia. Hay además unas partes dedicadas a la etnología indígena brasileña y a las culturas del Pacífico, y diversas secciones dedicadas a la zoología, en la que destacan las colecciones de conchas, corales, mariposas e insectos.

El museo cumplió en mayo 200 años y cada mes recibía la visita de entre 5.000 y 10.000 personas de media.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Un cómic para explicar a los niños que la Tierra es plana y rescatarles del “adoctrinamiento de los terrabolistas”

“Soy padre de un niño de cinco. Le educamos en casa. Estoy feliz de formar parte de un grupo que valora la educación por delante del adoctrinamiento: ciencia observable, comprobable y respetable frente a “cientifismo” teórico”. Es uno de los comentarios que puede encontrarse en el grupo de Facebook Flat Earth Kids (“Bienvenidos a la verdad”), que trata de persuadir a los niños de que no vivimos en una esfera -como nos hacen creer los de la NASA- sino en una especie plato en suspensión.

El grupo, originalmente en inglés, ya tiene su versión en castellano y promete horas de diversión para los internautas de todo el globo (con perdón). Una de las secciones estrella es un cómic en el que un terraplanista llamado “Ario” (sic) explica al niño protagonista, Johnny/Juanito, las “mentiras” que trata de inculcarnos la “versión oficial”.

La historieta comienza con una visita al museo de ciencias naturales, donde Johnny aprende que los “dinosaurios nunca existieron” y los supuestos fósiles que se siguen encontrando están en realidad “manufacturados”, son un fake, vaya. ¿Y cuál es el interés de fabricar miles de falsos fósiles y esqueletos y repartirlos por todo el planeta? Según Ario, “la idea es hacernos creer en la evolución y en una tierra globo para negar la existencia del Creador”. ¿No querías conspiración? Toma dos tazas: los terraplanistas se llevan también por delante la teoría de la evolución.

La segunda parte de la aventura de Ario y Juanito transcurre en las instalaciones de la NASA, que viene a ser el cuartel general de los “terrabolistas”. Este es el lugar escogido para quitarle al crío cualquier ilusión de ser astronauta: “Nos quieren hacer creer que los transbordadores abandonan la Tierra y se ponen en órbita, pero en realidad aterrizan en el océano, allí donde nadie puede verlos… Incluso la Estación Espacial Internacional no está realmente allí, es un avón llamado “Zero-G”. Emosido engañados, Juanito.

Esperamos ávidos el tercer episodio de esta emocionante aventura. Si nos están leyendo los terraplanistas sugerimos situarlo en Australia, un territorio que -según aseguran algunos seguidores de la Tierra plana- no existe, y sus “presuntos” habitantes son en realidad un puñado de actores (alrededor de 20 millones) pagados por, cómo no, la NASA para mantener su mentira en marcha.

Seguiremos informando.

Visto en Facebook.

Hallan una familia de una extraña criatura que convivió con los dinosaurios

Se trata de una madre y sus 38 crías que podrían arrojar luz sobre por qué los mamíferos tienen pocos bebés y cerebros más grandes

Recreación de un Kayentatherium con una cría / @MARKWITTON
Investigadores de la Universidad de Texas, en Austin (Estados Unidos), ha descubierto toda una familia de fósiles (una madre y 38 de sus crías) de una especie extinta de criatura que vivió junto a los dinosaurios. Pero lo más llamativo, según los científicos, es que esta criatura fue precursora de los mamíferos y, sin embargo, se reproducía de manera similar a los reptiles.

Según destacan los investigadores, el hallazgo está "entre los más raros de los más raros", ya que son los primeros fósiles conocidos de bebés procedentes de un precursor de mamífero.

El estudio, publicado esta semana en la revista 'Nature', describe especímenes que los investigadores dicen que pueden ayudar a revelar cómo los mamíferos desarrollaron un enfoque diferente en la reproducción a la de sus antepasados, los cuales producían un gran número de crías.

Este pariente de los mamíferos, de nombre 'Kayentatherium wellesi', pertenecía a una especie extinta de herbívoros del tamaño de un perro de raza beagle que vivió hace unos 185 millones de años y que probablemente tenía pelo.

Los fósiles fueron recogidos hace 18 años de una formación rocosa en Arizona (Estados Unidos). El profesor Timothy Rowe, quien se encargó de ello, pensó que la roca traería un solo espécimen con él, sin tener idea de las docenas de bebés que contenía. Fue Sebastian Egberts, exestudiante de posgrado, quien descubrió, años después (2009), la primera señal de que había más fósiles.

Avances en la tecnología de tomografía computarizada, junto a la experiencia de los técnicos en la instalación de tomografía computarizada de rayos X de alta resolución de la Universidad de Texas, y el extenso procesamiento digital de la investigadora en la Universidad Jackson Eva Hoffman, coautora del estudio, revelaron a la familia fosilizada, pero no solo mandíbulas y dientes sino completos cráneos y esqueletos parciales. Los científicos creen que el adulto era la madre de las crías y que estas murieron nada más nacer.

El análisis que realizó Hoffman encontró que los cráneos de los bebés eran como réplicas a escala reducida de la calavera del adulto (de un centímetro de largo, una décima parte de la de la madre), pero proporcionales. Este hallazgo contrasta con los mamíferos, que tienen bebés que nacen con caras acortadas y cabezas bulbosas para justificar el tamaño grande de sus cerebros.

DESARROLLO CLAVE POCOS MILLONES DE AÑOS DESPUÉS

El cerebro es un órgano que consume mucha energía, y el embarazo, sin mencionar la crianza de los hijos, es un proceso que consume mucha energía.

Por eso, el descubrimiento de que 'Kayentatherium' tenía un cerebro pequeño y muchos bebés, a pesar de tener mucho en común con los mamíferos, sugiere que un paso crítico en la evolución de los mamíferos fue el intercambio de tener grandes camadas por el de tener cerebros grandes, y que este paso ocurrió más tarde en la evolución de los mamíferos.

De hecho, el descubrimiento de esta familia de fósiles supone la mejor evidencia de este desarrollo clave en la evolución de los mamíferos.

"Solo unos pocos millones de años después, en los mamíferos, sin duda tenían un cerebro grande, y sin duda tenían un tamaño de camada pequeño", afirma Rowe.

El enfoque de los mamíferos para la reproducción se relaciona directamente con el desarrollo humano, incluido el desarrollo de sus cerebros. Al mirar hacia atrás a los primeros antepasados mamíferos, los científicos pueden aprender más sobre el proceso evolutivo que ayudó a dar forma a lo que es el Humano como especie, según indica Rowe.

"Hay historias profundas adicionales sobre la evolución del desarrollo y la evolución de la inteligencia y el comportamiento y la fisiología de los mamíferos que se pueden extraer de un fósil notable como este, ahora que tenemos la tecnología para estudiarlo", asegura el investigador.

Torrelara será objeto de nuevas excavaciones de dinosaurios en 2019

ESTAMOS DE VACACIONES -CANAL 54 BURGOS

Entrevista a Víctor Urién, miembro del Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas de los Infantes, que anuncia en Canal 54 la continuidad de los trabajos de excavación en el municipio de Torrelara en 2019, tras una campaña "excelente" en la que se han descubierto numerosos fósiles.

Hablamos además de la cantidad de restos y especies se albergan en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) y de que en un espacio adecuado podrían exponerse muchísimos más fósiles, corpóreos y demás.