domingo, 4 de febrero de 2024

Las siete especies de dinosaurios únicas de Salas en imágenes

Los yacimientos donde se localizaron, cómo han aparecido los fósiles, cómo se trabaja en una excavación y qué plasma un ilustrador científico con esos datos. Esta es la investigación voluntaria y científica que reivindica su carácter patrimonial.

Ilustración científica de como podía ser Demandasaurus darwini, el primer gigante descrito en la sierra de la Demanda con 600 fósiles de su esqueleto.JOHN SIBBICK

La comarca de la Demanda lleva marcado a fuego la historia de los Siete Infantes de Lara. Un paralelismo curioso porque la otra seña de identidad de la zona es que son Tierra de Dinosaurios y son siete las especies propias y únicas en el mundo, lo que en ciencia se denomina holotipos, las descritas en esta zona. El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes, CAS, lleva más de 30 años liderando excavaciones sistemáticas en unos pocos de los 150 yacimientos de interés identificados.

Hay nuevas especies de dinosaurios (Demandasaurus darwini, Europatitan eastwoodi y el ornitópodo Vegagete), lagartos (Arcanosaurus) y una tortuga (Larachelus). También hay cientos de huellas, icnitas, que aspiraron a ser Patrimonio de la Humanidad y están declaradas como BIC. Entre ellas hay dos singulares y únicas en el mundo: la huella de Iniestapodus, un braquiosaurio como los que afloran en el yacimiento de Torrelara; y unas huellas esculpidas por la naturaleza en tres dimensiones de un grácil carnívoro que han llamado Atila.

Los dinosaurios de Salas reclaman su sitio

Los gigantes de la Demanda

Siete razones de toneladas de peso, especies propias, argumentan el carácter patrimonial de este rincón. En 30 años de investigación, con fondos limitados, han descrito tres especies de dinosaurios, un lagarto, una tortuga y dos tipos de huellas únicas

Vista general de la zona de Costalomo donde se han descrito cientos de huellas
de icnitas de dinosaurios.
La sierra de la Demanda es Tierra de Dinosaurios. Ya reza en más de un emblema en la comarca que, desde siempre, encontraba piedras raras y grandes huesos al arar la tierra. Así llegó uno de los húmeros de Torrelara, la última zona que ha excavado el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (CAS). Un grupo incansable de vecinos, apasionados del mundo de los dinosaurios que empezaron a finales en 2002 a preocuparse por lo que allí aparecía. Se han formado, doctorado y encabezan publicaciones de prestigio dedicándose a tiempo parcial a un proyecto que no termina de encontrar el cauce para seguir creciendo.

La Junta de Castilla y León ultima la tramitación de la Ley de Patrimonio que desgaja los restos paleontológicos no vinculados al hombre del carácter de bien patrimonial. Los cientos de restos de los Dinosaurios de Salas; la eterna ampliación necesaria del Museo de los Dinosaurios donde se expone un 10% de lo que tienen; y la ampliación de la zona de restauración y estudio que lastra el trabajo científico de los restos que se prolonga durante décadas pasan al área de Medio Ambiente. Como si de un parque natural y una casa del parque se tratara.

Sobre la mesa siete holotipos, fósiles que identifican una especie por primera vez en el mundo, y 30 años de trabajo buscan ese reconocimiento que nunca llega. «No estamos en ninguna lista de prioridades, pero tampoco de cuestione secundarias», lamenta el director del Museo de los Dinosaurios y coordinador de los trabajos científicos y de excavación, Fidel Torcida. Pero siguen ofreciendo resultados. Estos son los dinosaurios cuyo esqueleto podría levantarse en un museo de más de 10 metros de altura y que reivindican el rico patrimonio que podría levantar toda una comarca marcada por la despoblación.

1.- Demandasaurus, el primero de Laurasia

Recreación de Demandasaurus darwini, la especie descrita en 2012 de la
que se obtuvieron 600 fósiles. JOHN SIBBICK
En 2002 el CAS, iniciaba los trabajos en la Tenada de los Vallejos II en la zona de La Revilla-Ahedo en el municipio de Castrillo de la Reina. Aquel yacimiento cambiaría su perspectiva sobre la riqueza paleontológica de la comarca y el potencial de los dinosaurios de la Sierra de la Demanda.

Las excavaciones, que contaron con financiación de la Junta de Castilla y León en algunas campañas, finalizaron en 2004. Se obtuvieron 600 piezas fósiles de lo que en 2012 se describió como el único rebaquisaurio de Laurasia que es el supercontinente que hace más de 129 millones de años unía los continentes de Europa, Asia y América del Norte. Es el primer saurópodo diplodocoide del Cretádico descrito en la península ibérica. Y es la insignia de los Dinosaurios de la Sierra de la Demanda. Es Demandasaurus Darwini, el gigante que honra con su nombre a la Sierra de la Demanda donde se encontró y al pope de la evolución, Charles Darwin. Es clave para identificar el movimiento migratorio de gigantes entre los megacontinentes de hace millones de años.

2.- Europatitan, el vaquero más alto de Europa

Europatitan eastwoodi es un gigante con un cuello de hasta 15 metros, con 27
metros de longitud y 35 toneladas de peso. CAS
Hace 125 millones de años, en una sierra de la Demanda plagada de agua y amplia vegetación, paseaba un titán. El Europatitan eastwoodi. En el yacimiento de el Oterrillo II, que se excavó desde 2004 a 2006, están los fósiles casi intactos, que revelan la existencia de este gigante. Pero, también, ha registrado su final. Fue devorado por carnívoros que se dejaron en el proceso de carroñeo hasta los dientes.

Cuenta con nueve rasgos propios en los fósiles descubiertos. Tenía un cuello que podría alcanzar los 16 metros de altura, una longitud de 27 metros y un peso de 35 toneladas. La revista PeerJ publicó su descripción como nuevo holotipo en 2017. Sus piezas se conservan en el museo, pero no se pueden ver. Una recreación virtual permite pasear entre estos gigantes, pero la exposición con su estructura esquelética montada es imposible sin una nueva gran instalación.

3.- Vegagete, el más pequeño de los Gigantes de la Demanda

Ilustración de Vegagete el ejemplar de Rhabdodontomorpha que podría
ser tu mascota. NATHAN ROGERS
La imagen del pie de este Rhabdodontomorpha frente a un pie humano sorprende. Cuando se habla de dinosaurios se piensa en grande. Pero no. Vegagete, llamado así porque los restos de seis individuos que se recuperaron en este yacimiento de Villanueva de Carazo en 1999, era del tamaño de una mascota. La revisión de los 300 fósiles de este ornitópodo, que medía tanto como un Fox Terrier, no podría haber superado los 30 centímetros de altura, en su etapa juvenil y podrían haber alcanzado entre 60 y 70 centímetros al crecer. Es el dinosaurio ornitópodo más pequeño que se conocía en el momento de su definición en la revista Cretaceous Research hace prácticamente un año.

Este pequeño entre gigantes tenía un desarrollo evolutivo propio en el que caminaba sobre cuatro patas en sus primeros años de vida pero acababa siendo bípedo con unas patas especialmente esbeltas. Era herbívoro y podía correr muy rápido pero no grandes distancias lo que le permitía buscar lugares y esconderse en el peligroso mundo de gigantes de hace 125 millones de años en las riberas de los lagos de la Demanda del Cretácico.

4.- Arcanosaurus ibericus

Ilustración de Arcanosaurus ibéricus, cuyos fósiles descansaron 20 años en museos
 hasta que en 2012 pudieron estudiarse en Grenoble, Francia, y descubrir el enigma.
DIEGO MONTERO
En el año 1990 Javier Izquierdo Molinero dirigía una excavación en el yacimiento Viajete, en la localidad de Villanueva de Carazo. Se localizaron en aquella expedición un total de 29 vértebras en un buen estado de conservación. Los restos se donaron al Museo de Salas donde estuvieron guardados durante tiempo. «Eran una joya sin clasificar y un enigma durante años, sabíamos que eran escamosos y poco más», recordaba en la presentación de la publicación científica del hallazgo el director del Museo de Dinosaurios de Salas, Fidel Torcida.

20 años pasaron hasta que el enigma empezó a resolverse. Los fósiles del Cretácico Inferior se parecían a la familia de los denominados escamosos, reptiles, y poco más. Es una especie de la familia de los varanoideos, ancestros del dragón de Komodo y que evolucionaron después hacia los grandes lagartos acuáticos de 15 metros. Con sus 125 años, es el varanoideo más antiguo y una especie única. El Arcanosaurus Ibericus, el lagarto misterioso ibérico que reivindica su lugar.

5.- Larachelus Morla, la tortuga más antigua de Salas 

Restos de Larachelus morla expuestos en el Museo de Salas de los Infantes.
Esta tortuga de hábitos terrestres se arrastraba por la Demanda en el Cretácico Inferior. Está datada en entre 140 y 120 millones de años. Esta especie, publicada en Journal of Vertebrate Paleontology, se obtuvieron restos del caparazón tanto de la parte dorsal, denominada espaldar, y de la parte central, denominado peto. Estas dos partes presentan características únicas que convierten a este antepasado lejano de las tortugas marinas de las galápagos o las tortugas terrestres.

La diversidad de este tipo de tortugas del cretácico está muy presente en la cordillera ibérica. Y Larachelus morla, que debe su nombre a la leyenda de los Siete Infantes de Lara y ala famosa tortuga Morla del libro de La historia interminable. El análisis que determinó su holotipo fue realizado por Adrián Pérez (Universidad Complutense de Madrid) y Xavier Murelaga (Universidad del País Vasco) y se publicó en 2010.

6.- La huella de Iniestapodus burguensis

Recreación del dinosaurio que realizó las huellas descritas en Salas de los Infantes.
Tres yacimientos (Sereas 3, Sereas 7 y Sereas 8) cuentan con huellas de Iniestapodus en tres afloramientos rocosos de un complejo, el de las Sereas, que cuenta con un millar de huellas entre Cubillejo de Lara y Mambrillas. Destacan las icnitas a las que da nombre el jugador de fútbol Andrés Iniesta, cuyo gol dio un mundial a España, y apellido la provincia en la que se encuentra.

Estas tres áreas de las Sereas están muy cerca de Torrelara, zona muy rica en fósiles y que se ha excavado en los últimos años ofreciendo, entre una gran variedad de restos, dos saurópodos braquisaurios. ¿A quién podrían pertenecer las singulares huellas de las Sereas? A un saurópodo braquiosaruio. ¿Podría ser el mismo? Hay que seguir excavando e investigando para saber.

7.- Huellas en relieve, el paso de Atila

La huella de un carnívoro esculpida por la naturaleza
 y que la erosión saco a la luz.
Que los humedales de la zona de Salas de los Infantes y alrededores fueron una autopista en el Cretácico ya no es una sorpresa habida cuenta de la riqueza paleontológica registradas en sus yacimientos. Pero, además de los fósiles cuentan con unas huellas únicas. Las de Costalomo son un ejemplo. Se han registrado unas 239 huellas de diferentes especies: 11 de terópodos, una de terópodo aviano, otra de ornitópodo, dos de saurópodos y otras cinco sin determinar su especie.

Pero lo más singular son las icnitas en 3D que quedaron esculpidas por la tierra en Costalomo hace 125 millones de años. Se trata de 12 huellas ce tres dedos esbeltos acabados en garras que quedaron impresas y rellenas en un intenso paseo por las charcas de salas. Estas huellas pertenecieron a un dinosaurio carnívoro de 10 metros de longitud y cuatro de altura cuya cadera estaba a tres metros del suelo. Miden entre 65 y 75 centímetros, el paseo determina que da pasos cortos, lentos «quizás acechando» a alguna presa. De ahí que el CAS lo denominara Atila porque debía ser «un auténtico azote entre las faunas de dinosaurios herbívoros de los que se alimentaba». El registro en tres dimensiones es único en el mundo. 

elcorreodeburgos.com

sábado, 3 de febrero de 2024

Un pez del Devónico desarrolló una de las mordidas más extremas

Un nuevo análisis de restos fosilizados de un antiguo pez descubiertos en Polonia en 1957 indican que puede ser uno de los principales aspirantes a la mordida más extrema de la naturaleza.

BEAT SCHEFFOLD AND CHRISTIAN KLUG
Inicialmente se pensó que tenía un largo conjunto de espinas en las aletas, lo que llevó al nombre de Alienacanthus. Pero el nuevo estudio publicado en la revista Royal Society Open Science revela que estas "espinas" eran en realidad una mandíbula inferior inmensamente alargada y tachonada de dientes, lo que le da a esta especie las mordidas inferiores más antiguas (y una de las más largas) jamás registradas, según el estudio.

"Los nuevos hallazgos de Alienacanthus dejan las cosas claras sobre el aspecto real de este animal, ya que no tiene una extraña aleta espinal, sino una mandíbula inferior bastante única", dijo a livescience.com la autora principal del estudio, Melina Jobbins, paleontóloga de la Universidad de Zúrich.

Alienacanthus vivió durante el período Devónico (hace 419 millones a 358,9 millones de años), cuando la Tierra estaba separada en dos supercontinentes. Desde el descubrimiento inicial de Alienacanthus, se han encontrado varios especímenes fósiles en las montañas de lo que hoy es el centro de Polonia y en Marruecos, que estaban situadas en las costas noreste y sur, respectivamente, cuando existían estos antiguos peces. La presencia de la misma especie en ambos extremos de este supercontinente sugiere que Alienacanthus migró a través del océano, a pesar de la fluctuación del nivel del mar, escribieron los autores del nuevo estudio en The Conversation.

Para aprender más sobre este extraño pez, los investigadores observaron dos cráneos casi completos descubiertos en la cordillera del Anti-Atlas de Marruecos. Pronto se dieron cuenta de que la larga protuberancia que sobresalía de la cabeza de Alienacanthus era la mandíbula inferior y tenía el doble del tamaño del cráneo del individuo.

Alienacanthus es un placodermo, un grupo de peces con armadura que incluye algunos de los primeros vertebrados con mandíbulas. Pero a diferencia de sus hermanos placodermos, la mandíbula superior de Alienacanthus podía moverse un poco independientemente del cráneo, lo que ayudó a acomodar su larga mandíbula inferior, escribió el equipo en The Conversation. "Este animal es tan único que todo el mecanismo de la mandíbula tuvo que funcionar de manera un poco diferente para adaptarse a la mandíbula inferior", dijo Jobbins a livescience.com.

Los investigadores compararon Alienacanthus con especies modernas con mandíbulas no coincidentes, como el pez espada, para formular tres hipótesis principales sobre cómo estos peces pueden haber capitalizado su mordida inferior: atrapar presas vivas, confundir o herir a las presas, o filtrar sedimentos en la cuenca oceánica.

"La más convincente para nosotros es la primera hipótesis, atrapar presas vivas, que se basa en los dientes", dijo Jobbins. "Los dientes que apuntan hacia atrás impiden que la presa escape de la boca una vez atrapada".

El principal competidor por el título de "peor mordida inferior del mundo" es el medio pico moderno (Hemiramphidae), una familia de peces diminutos con mandíbulas largas en forma de pico que se encuentran en océanos cálidos y algunos estuarios de todo el mundo.

El período Devónico tardío presentó "una diversidad literalmente asombrosa en las formas y proporciones de las mandíbulas evolucionadas", dijo el autor principal del estudio, Christian Klug, profesor adjunto de paleontología en la Universidad de Zúrich. Esto incluía las enormes mandíbulas en forma de varilla del Titanichthys, que se alimenta por filtración, añadió.

Los investigadores están estudiando ahora Alienacanthus para comprender mejor la mecánica de su mandíbula y el aspecto del resto de su cuerpo.

cope.es

Árboles fósiles de aspecto extraterrestre descubiertos en Canadá: ‘A diferencia de cualquiera de los que viven en el presente’

El dosel del árbol tenía 18 pies de ancho, pero su tronco tenía solo medio pie de espesor.

Una ilustración del espécimen (con hojas simplificadas), siluetas humanas a 
escala. Ilustración: Tim Stonesifer.
No tendrás la forma de este antiguo árbol. Un equipo de investigadores encontró una especie de árbol fosilizado de 350 millones de años que parece sacado del Dr. Seuss.

Los fósiles son algunos de los árboles más antiguos conocidos y fueron descubiertos en lo que una vez fue un antiguo lago en el noreste de Canadá. La especie es llamado Sanfordiacaulis densifolia y habría fijado su residencia bajo los miembros más altos del dosel del bosque. Los primeros árboles fósiles se remontan a finales del Período Devónico, y éstos, del primer Carbonífero, son sólo unos millones de años más jóvenes. No está claro qué Sanfordiacaulis Las relaciones más cercanas están en el árbol de la vida (sin juego de palabras), lo que significa que es incertae sedis—un taxón enigmático.

Los árboles Truffula del Dr. Seuss probablemente se inspiraron en un ciprés que murió en 2019, pero se podría argumentar que estos árboles de la vida real eran aún más extraños. La investigación que describe la vegetación antigua desde la hoja hasta el tronco es publicado hoy en Biología Actual.

Un fósil del árbol de 350 millones de años.
Foto: Matthew Stimson.
“Estimamos que cada hoja creció al menos otro metro antes de terminar”, dijo Robert Gastaldo, paleontólogo de Colby College y responsable del estudio, autor principal, en una celda liberar. “Esto significa que el ‘cepillo para biberón’ tenía un dosel denso de hojas que se extendía al menos 5,5 metros (o 18 pies) alrededor un tronco que no leñoso y sólo 16 centímetros (o 0,5 pies) de diámetro. Sorprendente por decir lo menos.»

Los árboles antiguos en Nuevo Brunswick se preservaron cuando un terremoto empujó el follaje en el borde de un lago hacia el agua, presionando los árboles en el lecho del lago. El artículo reciente se centra en los cinco especímenes de árboles más completos conservados en arenisca y limolita en el antiguo lago. sitio, ahora una cantera.

Basándose en la forma del árbol, con una copa inmensa proporcional al resto de su tamaño, los investigadores concluyeron que Sanfordiacaulis optimizó su crecimiento interceptando la luz de la vegetación en su entorno inmediato. Los fósiles revelan que el árbol podría albergar unas 250 hojas alrededor de su tronco, cada uno de los cuales se extiende casi 6 pies (1,75 metros) fuera del tronco.

“La historia de la vida en la tierra se compone de plantas y animales que no se parecen a ninguno de los que viven en la actualidad”, dijo Gastaldo en una declaración. “Los mecanismos evolutivos que operaron en el pasado profundo dieron como resultado organismos que vivieron exitosamente durante largos períodos de tiempo, pero sus formas, arquitecturas de crecimiento e historias de vida emprendieron diferentes trayectorias y estrategias. Fósiles raros e inusuales, como el árbol de Nuevo Brunswick, es sólo un ejemplo de lo que colonizó nuestro planeta pero fue un experimento fallido”.

Este contenido ha sido traducido automáticamente del material original. Debido a los matices de la traducción automática, pueden existir ligeras diferencias. Para la versión original, haga clic aquí.

es.gizmodo.com

Descubren fósiles de una nueva especie de titanosaurio que vivió hace 90 millones de años

Una nueva especie de titanosaurio fue encontrada en China. Medía 14 metros, lo que la convierte en uno de los saurópodos más pequeños.

XINHUA.
Todavía, bien entrado el siglo XXI, hay gigantes prehistóricos que aguardan a ser descubiertos. Seguimos teniendo recordatorios. Aquí un caso: recientemente, se publicó un artículo científico que presenta el encuentro con los restos de una nueva especie de titanosaurio. Sin embargo, el hallazgo se hizo en 2021.

Detrás de este paso para la paleontología está un equipo de científicos chinos. Ellos hallaron fósiles que después fueron datados con hasta 90 millones de años de antigüedad. Por lo anterior, el dinosaurio descubierto debió vivir en el periodo Cretácico. Ya se le ha nombrado como Gandititan cavocaudatus.

Pequeño entre gigantes

Estos vestigios del titanosaurio se encontraron en unas obras del distrito de Ganxian, en la ciudad de Ganzhou, China. Ahí, la Universidad China de Geociencias y el Instituto de Exploración y Prospección Geológica de Jiangxi empezaron a realizar conjuntamente trabajos de restauración e investigación. En la labor, desenterraron los fósiles.

Según las declaraciones que hizo Han Fenglu, jefe del equipo, a Xinhua, los huesos descubiertos representan en total alrededor del 40 por ciento del esqueleto de un dinosaurio. Entre esos restos está la columna vertebral, misma que permite estimar que el animal debió tener una longitud corporal de 14 metros.

El artículo se publicó en Journal of Systematic Palaeontology. Todo esto, de acuerdo con la agencia de noticias Xinhua, es relevante para el camino que nos lleve a descubrir cómo evolucionaron y se distribuyeron estos dinosaurios.

ngenespanol.com

viernes, 2 de febrero de 2024

Descubren nuevos yacimientos paleolíticos en el valle del río Arlanza en Burgos

Estos nuevos yacimientos permitirán estudiar cómo se movían los grupos humanos entre este valle y la sierra de Atapuerca

Equipo de investigadores del proyecto Cota 1000 en el nuevo yacimiento de
La Revilla en Hortigüela (Burgos). Fotos de la Fundación Atapuerca.
El proyecto de investigación 'Cota 1000' ha descubierto nuevos yacimientos paleolíticos, durante la prospección arqueológica en el tramo del río Arlanza que discurre entre Salas de los Infantes y Hortigüela. El nombre del proyecto hace alusión a la altitud en la que se ha trabajado, ya que es en torno a esta cota donde se pueden conservar depósitos geológicos de esta cronología que alberguen en su interior las herramientas de piedra fabricadas por los primeros grupos humanos que ocuparon este territorio.

En esta primera campaña de prospección se ha trabajado en los municipios de Salas de los Infantes, Hortigüela, La Revilla y Contreras y en ella han participado un equipo de arqueólogos, arqueólogas y estudiantes de Prehistoria de la Universidad de Burgos (UBU).

El trabajo de campo ha consistido primeramente en localizar y seleccionar los puntos susceptibles de contener depósitos de más de millón de años. Seguidamente se ha realizado una visita a dichos lugares donde se ha llevado a cabo una batida del lugar que ha permitido verificar si realmente había restos de herramientas de piedra. En total se han descubierto media docena de lugares en los que se han recuperado una colección de un centenar de herramientas de piedra.



Arriba, prospección arqueológica sobre depósitos de un millón de años en el valle alto del río Arlanza; abajo, sondeo arqueológico en el nuevo yacimiento de La Revilla en Hortigüela (Burgos) y a la derecha, Lasca de cuarzo recuperada durante las prospecciones.

De todos los lugares descubiertos destaca el nuevo yacimiento de 'La Revilla' situado al noroeste de la localidad de Hortigüela. En este lugar se ha llevado a cabo un sondeo arqueológico de ocho metros cuadrados y una profundidad de dos metros y medio, donde se han hallado una docena de herramientas de piedra de cuarcita y cuarzo. El análisis inicial de estas piezas arqueológicas apunta a una forma de talla antigua que se conoce como 'achelense' o 'modo tecnológico II'. Esta tecnología aparece a la península Ibérica hace algo más de medio millón de años y está muy bien documentada en el cercano yacimiento de 'La Revilleja de Valparaiso' (Hortigüela) o en el yacimiento de 'Galería' de la sierra de Atapuerca.

El estudio de estos nuevos yacimientos del valle del Arlanza permitirá modelizar los movimientos realizados por los primeros grupos humanos que ocuparon este tramo del río y relacionarlos con los yacimientos de la sierra de Atapuerca de esta cronología. En palabras de Eudald Carbonell, codirector del proyecto, «durante el Paleolítico los ríos Arlanza y Arlanzón funcionaron como auténticas autopistas por las que se desplazaban continuamente los grupos humanos en su camino hacia la sierra de Atapuerca. Por lo tanto, el estudio de estos nuevos yacimientos será clave para entender cómo se produjeron las primeras llegadas de estos grupos cazadores y recolectores a este lugar de Europa occidental». Del mismo modo el análisis del conjunto de herramientas líticas permitirá comprender cómo era su tecnología y qué estrategias desarrollaron estos grupos humanos para gestionar este territorio.

'La Revilleja de Valparaíso'

Lasca de cuarcita descubierta en el nuevo yacimiento
de La Revilla en Hortigüela (Burgos).
El desarrollo del nuevo proyecto 'Cota 1000' da continuidad de la excavación del yacimiento de 'La Revilleja de Valparaiso' (Hortigüela) realizada por este mismo equipo en los años 2021 y 2022. En esta excavación se documentó una importante colección de herramientas líticas de hace medio millón de años. Por su parte, el nuevo proyecto 'Cota 1000' permitirá profundizar cronológicamente y entender cómo evolucionó la tecnología de los primeros grupos humanos que llegaron a este tramo del río Arlanza.

Estos trabajos de prospección han sido dirigidas por Eudald Carbonell i Roura (Catedrático de Prehistoria de la Universidad Rovira Virgili, Profesor Colaborador Honorífico en la Universidad de Burgos y vicepresidente de la Fundación Atapuerca), Marta Santamaría Díez (beneficiaria de una ayuda económica para investigación de la Fundación Atapuerca), Marta Navazo Ruiz (Profesora Titular de Prehistoria de la Universidad de Burgos), Alfonso Benito Calvo (Investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, CENIEH) y Rodrigo Alonso Alcalde (Museo de la Evolución Humana – Universidad de Burgos).

Esta intervención arqueológica organizada por la Fundación Atapuerca y la Universidad de Burgos, ha sido posible gracias a la colaboración del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, los Ayuntamientos de Hortigüela, Cascajares de la Sierra, Barbadillo del Mercado, Contreras, La Revilla y Salas de los Infantes.

burgosconecta.es