Copias en tamaño natural / El Museo Feruglio, de Chubut,
construye a pedido réplicas de Titanosaurios, el animal más grande de todos los
tiempos. Furor en Nueva York y pedidos de Miami, Los Angeles y Londres.
Dinosaurios ragentinos for export en Trelew / Daniel
Feldman.
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Aurelio Fernández iba en su caballo recorriendo El Sombrero,
una estancia a 260 kilómetros de Trelew. Se detuvo frente a unos huesos que
asomaban sobre la tierra seca. Bajó y los inspeccionó con sus ojos de baqueano.
No eran los que solía encontrar cada día cuando cuidaba animales de la familia
Mayo, dueña de esos campos. Por eso se lo contó enseguida a sus patrones, que
ya estaban alertados sobre la posibilidad de estar parados sobre un verdadero
parque jurásico.
En enero de 2013, un grupo de científicos del Museo Egidio
Feruglio de Trelew se instaló en ese lugar donde en verano se soportan 40
grados y en invierno la nieve cubre buena parte de algunas elevaciones que
parecen proteger la historia de la humanidad. Después de trabajar y desenterrar
huesos, se dieron cuenta de que tenían a la vista al dinosaurio más grande que
haya pisado el planeta. Un Titanosaurio de 40 metros de largo y 12 metros de
alto. Su peso, 72 toneladas. Para tener una idea: sólo su fémur pesa mil kilos
.
Las piezas están sostenidas por una estructura de hierro /
Daniel Feldman.
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El impacto del hallazgo en la comunidad científica fue alto.
Pero la fama mundial llegó en enero de este año cuando una réplica de su
estructura fue exhibida con toda la pompa en el Museo de Historia Natural de
Nueva York. Para que entrara el esqueleto completo tuvieron que remodelar una
de sus paredes. Nunca habían tenido en sus salas un esqueleto de ese tamaño.
El éxito de la muestra también tuvo repercusiones en Trelew.
Las instalaciones del Museo Feruglio, donde se construyeron y ensamblaron las
piezas de esa réplica celebrity que podrá verse en Nueva York hasta 2020, se
transformaron en una auténtica fábrica de dinosaurios. En los últimos meses
recibieron más pedidos de otros museos que quieren tener una copia del gran
dino argentino. En estos días están construyendo otro que, apenas esté
terminado, iniciará un largo recorrido por Miami y Los Angeles, y continuará en
Londres posiblemente a principios de 2018.
Viva visitó la fábrica y pudo ver el proceso de construcción
del Titanosaurio, por el momento su apodo hasta que los científicos le
encuentren un nombre propio. El gran taller no sólo impresiona por sus piezas
for export. También hay réplicas de dinos pequeños: 50 centímetros por 30
centímetros, hechas con fidelidad asombrosa.
Cuando encontraron la pieza original del fémur, los expertos
advirtieron que se trataba de un animal gigantesco / Daniel Feldman.
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Hueso a hueso. Armar una copia del tamaño del titanosaurio
es toda una aventura para quienes trabajan en el gran taller del Parque
Industrial de Trelew. Son galpones, propiedad de la familia Benetton, que
alguna vez supieron almacenar la lana que los fabricantes de ropa traían del
sur de la provincia. Allí trabajan unas diez personas. En esta época del año,
el lugar es frío por sus enormes dimensiones. Todos trabajan muy abrigados.
Javier García Díaz, gerente de exhibiciones del museo,
recibió a Viva y acompañó la recorrida. Saltan chispas de una moladora que
pretende perforar un hierro. Hay personal con cascos y soldadoras. La imagen es
la de cualquier herrería sólo que en ese lugar se le está dando forma al
esqueleto del animal más grande del mundo: un dinosaurio del grupo de los
saurópodos,herbívoro, que habitó la Tierra hace 100 millones de años en los
comienzos del Período Cretácico Superior, lo que no es un dato menor ya que
significa la última era de los dinosaurios.
A pesar de su tamaño, las piezas fabricadas, aun de las
partes más importantes del cuerpo, resultan livianas y pueden ser transportadas
a mano por cualquiera de los trabajadores.Están hechas de resina y rellenas con
poliuretano. Se les da la forma tomando el original y haciendo un encamisado de
arcilla. Para graficarlo: es lo que hace un dentista cuando debe tomar muestras
para hacer una dentadura nueva.
Cráneo listo del Titanosaurio / Daniel Feldman. |
Este es un proceso práctico, sencillo y rápido. Aunque
requiere del talento de Maximiliano Iberlucea, un paleoartista que trabaja en
la construcción de la réplica. Viva lo encontró en plena tarea, junto a unos
hierros en el centro del taller. “Hacer esto implica una enorme
responsabilidad. No podemos equivocarnos ni un milímetro. Va a recorrer el
mundo y debe ser exacta al animal que encontramos en el campo”, dice. Agrega
que las piezas originales no necesitan de ningún lugar especial para ser
resguardadas. “Son como rocas. No nos olvidemos que estuvieron a la intemperie
durante casi 100 millones de años. Lo único que hay que hacer para preservarlas
es colocarlas en un lugar seguro como el edificio del museo. No es un óleo al
que el sol le puede cambiar los colores. Lugar seguro, temperatura uniforme,
estanterías especiales, evitar cualquier golpe que pueda dañarlo. Eso es todo”,
dice el especialista.
Cuando lo hayan terminado, el esqueleto pesará 5 mil kilos.
El viaje a Estados Unidos será por barco, la única manera de transportarlo. Las
piezas serán embaladas en cajones. Para que no se rompan, serán ensambladas y
fijadas con hierro para protegerlas de cualquier golpe. El Titanosaurio ocupará
un container completo, estima Javier García Díaz.
Magnetismo. Los científicos del Feruglio son conscientes de
que los dinosaurios resultan de un gran magnetismo que no reconoce edades. Para
tener una idea, el museo de Nueva York recibe 5 millones de visitantes por año.
Pero desde que exhibe al Titanosaurio, en seis meses, aumentó esa cantidad en
un 40 por ciento. Por eso después llegaron otros pedidos para hacer más
réplicas.
Florencia Gigena, gerenta institucional del museo de Trelew
y artífice de estos viajes, contó que la relación con el museo neoyorquino
viene desde hace años y por razones científicas. “Hay un intercambio mutuo en
cuanto a viajes de perfeccionamiento en paleontología. Tenemos exportación a otros
museos, pero de ejemplares más chicos. Algunos pueden entrar en el baúl de un
auto. Ocurre que al tratarse del dino más grande del mundo, la trascendencia es
otra”.
Hay varias hipótesis respecto del lugar donde fue hallado el
ejemplar. En principio se creyó que era el elegido por los animales para ir a
morir. Pero tras las investigaciones y el hallazgo de una gran cantidad de
huevos el tema está en discusión. Podría ser el sitio para anidar o también el
lugar donde los dinosuarios iban para protegerse de grandes catástrofes, como
avalanchas o explosiones volcánicas. Pero tampoco es seguro porque no se
hallaron vestigios de plantas carbonizadas. El clima allí era templado, ideal
para que nacieran las crías.
Las copias que se construyen en Trelew pesan 5 mil kilos. Sólo pueden ser transportadas en barcos.
La tierra de Chubut en cuanto a estos hallazgos es inmensa.
“A veces los dueños de estancias tienen cierto temor en denunciar estos
hallazgos. Algunos piensan que los campos serán expropiados. Pero no es así.
Nosotros hacemos el trabajo y nos vamos. Nadie le quita nada a nadie”, expresó
García Díaz y recordó la frase de la señora Mayo dueña del lugar donde se
encontró al Titanosaurio: “En mi campo ya no hay ovejas, pero tengo
dinosaurios”.
El Titanosaurio comía bosques enteros en pocos minutos.
Podía consumir 6 mil kilos diarios y, a pesar de sus dimensiones, se desplazaba
con destreza. Ahora, es el representante argentino paleontológico en el mundo.
Una nueva tendencia hace que los turistas tengan un apetito especial por
apreciarlos. Sobre todo cuando se trata de ejemplares que superan la
imaginación. Lo real se confunde con lo mágico y esa interacción hace que en
los planes del Feruglio figure estar preparado para darles respuesta a más
pedidos de réplicas en el futuro.
Al año de haber descubierto los huesos en El Sombrero,
Aurelio Fernández dejó la estancia y desapareció de los lugares que solía
frecuentar para soportar la soledad a la que su vida de peón de mesetas áridas
lo había acostumbrado. Se fue a buscar otros horizontes, siempre como
trabajador de estancia, como baqueano. La Patagonia tiene extensiones grandes
pero pueblos chicos. Por eso se supo que, poco después de haberse ido, Aurelio
Fernández murió. Dicen que se fue de esta tierra sin saber lo que le había
dejado.
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