martes, 26 de julio de 2016

¿SE HUBIERA EXTINGUIDO EL T. REX DE HABER TENIDO PICO? QUIZÁS NO.

Un nuevo estudio señala que los dinosaurios con dientes tenían una clara desventaja, frente a aquellos con pico, durante la extinción masiva hace 66 millones de años

El pico de ciertos dinosaurios fue una ventaja en el entorno de la extinción masiva. 
Crédito imagen: Temprbo

















Al final del período Cretácico, unos 66 millones de años atrás, la extinción masiva provocó la desaparición del 75% de las especies conocidas. Los más damnificados fueron los dinosaurios que no pertenecían a la familia de las aves modernas.
Los expertos han estudiado durante décadas la extinción del Cretácico y aún así las causas, los plazos y la ecología  son aspectos muy debatidos. Intentar una respuesta consensuada es muy importante para averiguar lo que desencadenó el origen de las aves modernas, estrechamente relacionada con la extinción de sus primos cercanos.
Ahora un nuevo estudio, publicado en Current Biology, dirigido por Derek Larson, analizó más de 3100 piezas dentales de diferentes grupos de dinosaurios para ver cómo cambió la disparidad hasta la extinción masiva. La disparidad es la diversidad de diferencias anatómicas relacionados con funciones específicas. Una medida simple de la disparidad podría ser la curvatura de un diente, o la distancia desde la raíz a la corona.

Los dientes son particularmente útiles para estudios de este tipo, ya que no sólo son relativamente frecuentes en el registro fósil, sino que también nos revelan mucho sobre la ecología de los dinosaurios en este momento, como por ejemplo su alimentación. La investigación se basó principalmente en maniraptores, el grupo de dinosaurios que incluye al Velociraptor y a las aves modernas y las conclusiones muestran que tener un pico les confirió una ventaja al proporcionarles la capacidad de comer semillas. Cuando los animales del entorno mueren en masa por el impacto de un meteorito, esto sería una herramienta muy útil para explotar la escasez de recursos. Esto es similar a lo que se observa tras los incendios forestales: las aves se encuentran entre las primeras en recolonizar las áreas dañadas gracias a su capacidad para alimentarse de las semillas que han quedado.
Los expertos descubrieron que hasta la extinción, la disparidad se mantuvo bastante alta en los grupos de dinosaurios terópodos como dromaeosaurios y troodóntidos, incluyendo las aves. Lo que indica una estabilidad del ecosistema, cada animal se especializa en diferentes configuraciones para sacar partido de los recursos disponibles.
"Hemos utilizado los dientes de estos antepasados de las aves – explica Larson – para demostrar que estos dinosaurios eran una parte consistente y estable del ecosistema que conduce hasta el final del Cretácico. Mediante el análisis de las dietas conocidas de las aves modernas, podemos ver muchos grupos que probablemente sobrevivieron a la extinción lo habrían hecho comiendo semillas, uno de los pocos recursos abundantes que estaban disponibles durante las secuelas del impacto del asteroide. Los dinosaurios sin pico y sin los dientes  adecuados no habrían podido acceder a estos recursos y habrían quedado relegados a la extinción”.
Una notable diferencia entre los pequeños manirraptores y las aves tempranas en aquellos tiempos fue la presencia en este último grupo de un pico de queratina, una característica clave de su supervivencia y su posterior evolución. Incluso hoy en día, hay más de 10.000 especies de aves, lo que destaca el éxito de esta innovación evolutiva.
Así, solo queda preguntarse…¿qué hubiera ocurrido si el T. rex tuviera pico? Quizás se hubiera salvado de la extinción masiva.

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