Un nuevo estudio señala que los dinosaurios con dientes
tenían una clara desventaja, frente a aquellos con pico, durante la extinción
masiva hace 66 millones de años
El pico de ciertos dinosaurios fue una ventaja en el entorno
de la extinción masiva.
Crédito imagen: Temprbo
|
Al final del período Cretácico, unos 66 millones de años atrás,
la extinción masiva provocó la desaparición del 75% de las especies conocidas.
Los más damnificados fueron los dinosaurios que no pertenecían a la familia de
las aves modernas.
Los expertos han estudiado durante décadas la extinción del
Cretácico y aún así las causas, los plazos y la ecología son aspectos muy debatidos. Intentar una
respuesta consensuada es muy importante para averiguar lo que desencadenó el
origen de las aves modernas, estrechamente relacionada con la extinción de sus
primos cercanos.
Ahora un nuevo estudio, publicado en Current Biology,
dirigido por Derek Larson, analizó más de 3100 piezas dentales de diferentes
grupos de dinosaurios para ver cómo cambió la disparidad hasta la extinción
masiva. La disparidad es la diversidad de diferencias anatómicas relacionados
con funciones específicas. Una medida simple de la disparidad podría ser la
curvatura de un diente, o la distancia desde la raíz a la corona.
Los dientes son particularmente útiles para estudios de este
tipo, ya que no sólo son relativamente frecuentes en el registro fósil, sino
que también nos revelan mucho sobre la ecología de los dinosaurios en este
momento, como por ejemplo su alimentación. La investigación se basó
principalmente en maniraptores, el grupo de dinosaurios que incluye al
Velociraptor y a las aves modernas y las conclusiones muestran que tener un
pico les confirió una ventaja al proporcionarles la capacidad de comer
semillas. Cuando los animales del entorno mueren en masa por el impacto de un
meteorito, esto sería una herramienta muy útil para explotar la escasez de
recursos. Esto es similar a lo que se observa tras los incendios forestales:
las aves se encuentran entre las primeras en recolonizar las áreas dañadas
gracias a su capacidad para alimentarse de las semillas que han quedado.
Los expertos descubrieron que hasta la extinción, la
disparidad se mantuvo bastante alta en los grupos de dinosaurios terópodos como
dromaeosaurios y troodóntidos, incluyendo las aves. Lo que indica una
estabilidad del ecosistema, cada animal se especializa en diferentes
configuraciones para sacar partido de los recursos disponibles.
"Hemos utilizado los dientes de estos antepasados de
las aves – explica Larson – para demostrar que estos dinosaurios eran una parte
consistente y estable del ecosistema que conduce hasta el final del Cretácico.
Mediante el análisis de las dietas conocidas de las aves modernas, podemos ver
muchos grupos que probablemente sobrevivieron a la extinción lo habrían hecho
comiendo semillas, uno de los pocos recursos abundantes que estaban disponibles
durante las secuelas del impacto del asteroide. Los dinosaurios sin pico y sin
los dientes adecuados no habrían podido
acceder a estos recursos y habrían quedado relegados a la extinción”.
Una notable diferencia entre los pequeños manirraptores y
las aves tempranas en aquellos tiempos fue la presencia en este último grupo de
un pico de queratina, una característica clave de su supervivencia y su
posterior evolución. Incluso hoy en día, hay más de 10.000 especies de aves, lo
que destaca el éxito de esta innovación evolutiva.
Así, solo queda preguntarse…¿qué hubiera ocurrido si el T.
rex tuviera pico? Quizás se hubiera salvado de la extinción masiva.
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