El asteroide que impactó contra la Tierra hace 66 millones
de años pudo caer en una región rica en petróleo que ardió cientos de años y
provocó la extinción de estos animales
Un asteroide y múltiples meteoritos marcaron el final de la
supremacía de los dinosaurios en
la Tierra (Mark Stevenson/Stocktrek Images / Getty) |
Hace 66 millones de años un asteroide de entre 10 y 14 km de
diámetro entró en la Tierra a 44.000km/h e impactó contra la Península de
Yucatán, en México. Y con una potencia equivalente a mil millones de bombas
atómicas como la de Hiroshima, lanzó a la atmósfera una nube de millones de
toneladas de polvo. Esa nube provocó un efecto pantalla evitando que la luz del
Sol incidiera sobre el planeta; y entonces las plantas murieron. Y tras ellas
los herbívoros y, finalmente, los carnívoros. Y la Tierra se sumió en una
especie de frío invierno nuclear.
Esta es la hipótesis con la que desde los años 80 se trabaja
para intentar explicar la extinción masiva de los dinosaurios, los animales que
reinaron en el planeta durante 160 millones de años, desde el principio del
Mesozoico hasta el final del Cretácico.
Dinosaurios Tiranosaurio rex escapando del fuego provocado
por el impacto de un meteorito
(Elena Duvernay/Stocktrek Images / Getty)
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Sin embargo, esta hipótesis presenta lagunas importantes.
Para empezar: ¿por qué se extinguieron los dinosaurios y no, en cambio, otros
animales como los cocodrilos, con un estilo de vida similar?
Para intentar arrojar algo de luz sobre esta cuestión, un
equipo de investigadores japoneses, de la Universidad de Tohoku, en la
provincia de Sendai, plantean una hipótesis novedosa, que recoge la revistaScientific Reports: ¿y si el asteroide hubiera caído sobre un terreno repleto
de petróleo?
“Si ese hubiera sido el caso, sería como estar quemando
petróleo de forma brutal durante cientos de años”, apunta Albert G. Sellés,
investigador del Mesozoico del Institut Català de Paleontologia Miquel
Crusafont (ICP). Lo que hubiera lanzado a la atmósfera terrestre millones de
toneladas de hollín.
¿Por qué se extinguieron los dinosaurios y no, en cambio, otros animales como los cocodrilos, con un estilo de vida similar?
Hasta el momento, se pensaba que el impacto del bólido había
formado aerosoles de ácido sulfúrico que se habían condensado en la
estratosfera terrestre, habían provocado lluvia ácida y habían sido los
causantes del efecto pantalla de la luz solar.
Pero a los científicos nipones esta idea no les cuadraba,
puesto que diversos experimentos recientes ya habían demostrado que los
aerosoles sulfúricos no pueden ni formarse ni persistir durante largos periodos
de tiempo, como hasta ahora se pensaba.
Cuestión de hollín
Para intentar arrojar luz sobre este episodio, los investigadores
de la Universida de Tohoku examinaron, por un lado, sedimentos del denominado
límite K-T, con el que los paleontólogos se refieren al fin del Cretácico e
inicio del Paleógeno (antes conocido como Terciario), de hace 66 millones de
años, hallados en Haití, muy cerca del lugar de impacto del asteroide, y
también en España. Y hallaron restos de hollín, lo que casaba con la idea de
que el asteroide podría haber caído sobre una región rica en petróleo y haber
provocado una nube de partículas de este producto, un potente aerosol capaz de
absorber la luz solar cuyo tiempo de vida es más largo que el de los aerosoles
sulfúricos.
A continuación, implementaron modelos matemáticos con los
datos obtenidos y observaron que ese hollín, procedente sobre todo del impacto
pero también de los incendios que se desataron, se distribuía por la atmósfera
pero que tenía sobre todo un efecto brutal y devastador en el ecuador
terrestre, la zona donde de hecho cayó el asteroide. Y eso provocó una
disminución de las temperaturas, pero no en todo el planeta por igual, como se
pensaba hasta ahora, sino de forma distinta en cada región.
“Algunos animales, como los mamíferos y los cocodrilos
sobrevivieron, según la hipótesis expuesta por los investigadores japoneses,
porque los efectos del hollín sobre su ecosistema no fueron tan fuertes”,
explica Sallés, del ICP, que no ha participado en esta investigación.
Últimos días de los dinosaurios durante el período del
Cretácico (Stocktrek Images / Getty)
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Nuevos interrogantes
Ahora bien, apunta Sallés, crítico, “los autores de este
trabajo interpretan que pájaros, tortugas y mamíferos sobrevivieron en zonas
alejadas del ecuador comiendo detrito, cosas podridas. Y no está tan claro que
un animal pueda sobrevivir décadas comiendo cosas en descomposición. Este
trabajo aporta nuevas ideas interesantes sobre la extinción de los dinosaurios,
pero abre interrogantes”.
Para empezar, los autores del trabajo sólo analizan
sedimentos en dos puntos geográficos, Haití y España, lo que resulta pobre para
argumentar su hipótesis. En segundo lugar, el estudio defiende que esa
estratificación que se produce en el globo terrestre, por la que queda más
afectada la zona del ecuador y menos, las más alejadas, también se produce en
los océanos. Los nipones sugieren que el hollín afectó a las capas más
superficiales de los mares, acabando con el plancton y los organismos que las
habitaban. En cambio, aquellos que vivían a mayor profundidad sobrevivieron, ya
acostumbrados a temperaturas más bajas y mayor oscuridad.
“Pero es que los animales que viven a mayor profundidad se
alimentan de los que viven en las capas superficiales. Si estos últimos mueren,
¿cómo sobreviven los de abajo?”, cuestiona Sellés, para quien algunas de las
conclusiones a que llegan los investigadores japoneses entran en contradicción
con el conocimiento actual sobre el proceso que dio lugar a la extinción de los
dinosaurios.
De hecho, otro estudio publicado recientemente, esta vez enla revista PNAS, apuntaba que estos animales ya se estaban extinguiendo
millones de años antes de que cayera el asteroide. Y alegaba que el motivo era
que habían perdido la capacidad de diferenciarse en nuevas especies mejor
adaptadas a los cambios en el entorno, lo que pudo contribuir a su incapacidad
para recuperarse de la crisis ambiente provocada por el impacto del bólido.
“Resulta más interesante pensar que la Tierra estaba sumida
en un cambio climático. El planeta experimentaba una auténtica revolución
faunística y vegetal, las especies se regeneraban de manera natural y eso
coincidió en el tiempo con el gran impacto, que acabó acelerando el proceso de
transformación de la vida en el planeta”, sugiere el experto del ICP.
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