En algunos ambientes de humedales costeros y de llanuras de
inundación de estuarios de la zona pirenaica, las plantas con flor todavía
competían con los helechos y las coníferas, mientras que los ambientes
acuáticos estaban dominados por las algas carófitas, un grupo de algas verdes
Las flores aparecieron con los dinosaurios, hace 140
millones de años. Foto/Marta Martínez
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EFEverde.- Las plantas con flores aparecieron a finales del Cretáceo, en la época de los dinosaurios, hace 140 millones de años, según un estudio del Instituto Catalán de Paleontología (ICP) Miquel Crusafont, que rebate la teoría de que las flores ya habían aparecido antes.
El estudio, en el que también han colaborado el Instituto deGeociencias de la Universidad Complutense de Madrid y de la Université Lyon-1,
ha sido dirigido por el paleobotánico Josep Marmi y ha analizado diferentes
ambientes donde ha observado como este grupo de plantas competía en los
antiguos ecosistemas dominados por coníferas, helechos y algas.
Según ha explicado Marmi, la reconstrucción de estas
comunidades vegetales puede aportar información relevante para averiguar cómo
los dinosaurios se adaptaron a estos cambios de vegetación y aporta información
sobre las causas de su extinción.
“La era Mesozoica es conocida popularmente por el reinado de
los dinosaurios en todos los ambientes terrestres. Es menos conocido, sin
embargo, que en el periodo Cretácico -el último de esta era- se produjo una
auténtica revolución biológica que cambió la mayoría de los ecosistemas de las
tierras emergidas”, ha destacado Marmi.
Angiospermas
El estudio concluye que hace 140 millones de años
aparecieron las primeras plantas con flor -llamadas angiospermas en botánica-
en algunos ambientes acuáticos de agua dulce de latitudes bajas.
Según Marmi, en un espacio de 30 a 40 millones de años se
diversificaron por las llanuras de inundación fluviales y otros ambientes
abiertos y acabaron dominando la mayoría de comunidades vegetales del planeta.
El paleobotánico ha analizado, en las comarcas del Berguedà,
Alt Urgell, Pallars Jussà, La Noguera y la Ribagorza aragonesa, rocas
sedimentarias que se formaron durante los últimos seis millones de años del
Cretácico, cuando se extinguieron los dinosaurios.
De esta zona ha recuperado numerosos restos vegetales que
incluyen algas, esporas, granos de polen, semillas, hojas, troncos y raíces que
han sido la base para reconstruir aquellas comunidades vegetales pretéritas.
A finales del Cretácico
El estudio rebate la creencia anterior de que las plantas
con flor ya dominaban todos los ambientes terrestres de latitudes bajas y
medias a finales del Cretácico.
Según Marmi, en algunos ambientes de humedales costeros y de
llanuras de inundación de estuarios de la zona pirenaica a finales de esta
época, las plantas con flor todavía competían con los helechos y las coníferas,
mientras que los ambientes acuáticos estaban dominados por las algas carófitas,
un grupo de algas verdes.
El estudio revela que los únicos ambientes plenamente
dominados por las plantas con flores eran algunas comunidades de ribera que
crecían en las orillas de los ríos.
Según el paleobotánico, el recambio de las plantas más
antiguas -dominadas por carófitas, helechos y coníferas (grupo al que
pertenecen los pinos, abetos, cedros y ciprés, entre otras especies actuales)-
por las floras dominadas por angiospermas, afectó la mayoría de ecosistemas terrestres,
las redes tróficas, la química del suelo y la composición atmosférica.
“La irrupción de las plantas con flor en los antiguos
ecosistemas supuso una auténtica revolución en múltiples niveles. Este cambio
sentó las bases a partir de las cuales evolucionaron posteriormente los
ecosistemas terrestres modernos”, ha afirmado el investigador.
Este estudio también ha aportado datos interesantes para
conocer el clima de la región pirenaica al final de la era de los dinosaurios.
efeverde.com
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