Para llegar a Australia, los gigantescos dinosaurios
llamados titanosaurios quizá hayan tenido que recorrer un continente aún más al
sur: la Antártida. Esa es la conclusión extraída del árbol genealógico de los
saurópodos recientemente elaborado.
Michael Geshko National - Geographic Society ©2017
Ilustración de Travis R. Tischler |
Los saurópodos constituyen un grupo de dinosaurios
herbívoros de cuello largo, en el que se encuentran los animales terrestres más
grandes que haya habido en la Tierra. El reporte está basado en fósiles de
saurópodos recientemente encontrados en Australia, de 95 a 98 millones de años
de antigüedad. Entre ellos está un género y una especie nuevos llamada
Savannasaurus elliottorum.
Los hallazgos -publicados el 20 de octubre de 2016 en
Scientific Reports- indican que los saurópodos de Australia, entre ellos los
titanosaurios, no llegaron al continente sino hasta hace unos cien millones de
años, decenas de millones de años después de que ya habían llegado otros tipos
de dinosaurios.
Aún más, el árbol genealógico apunta muy sólidamente a que
los saurópodos de Australia descienden de antepasados sudamericanos. Si esos
resultados se sostienen, entonces eso significa que los saurópodos tuvieron que
haberse desplazado por tierra desde Sudamérica hasta Australia durante el
cretáceo, cuando los continentes a la deriva estaban casi en la misma posición
que tienen ahora.
¿Cuál era la única ruta terrestre en ese tiempo? Una
Antártida sin hielo, habitable para los saurópodos gracias por una antigua
racha de calentamiento global natural.
"Comparando la evolución de estos saurópodos con el
cambio en la posición de los continentes, es posible que hayamos podido
determinar cuándo emigraron estos titanosaurios", explica el autor del
estudio, Stephen Poropat, paleontólogo del museo australiano Era de los
Dinosaurios en Winton, Queensland, Australia.
No hubiera sido posible trazar la ruta de los titanosaurios
por la Antártida sin los huesos recién estudiados, que son un agregado vital en
el registro fósil de Australia, que por mucho tiempo había estado escaso en
saurópodos. Además del Savannasaurus, entre los restos se halla el primer
cráneo de saurópodo que se haya encontrado en Australia, que pertenece a una
especie que ya se conocía llamada Diamantinasaurus matildae.
"Australia siempre ha sido uno de los desafortunados
hoyos negros", comentó en un mensaje de correo electrónico Stephen
Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo que no participó en el
estudio. "Sabemos muy poco acerca de los dinosaurios que vivieron ahí y eso
ha dificultado estudiar cómo se desplazaron los dinosaurios por todo el
mundo."
Agrega que "el esqueleto recién descubierto de
Savannasaurus (...) nos ofrece un muy buen atisbo a cómo pudieron haber sido
los gigantescos saurópodos de cuello largo que hicieron su hogar en
Australia."
Un dinosaurio en su propia categoría
Como sugiere el nombre del Savannasaurus, sus huesos fueron
hallados en una pradera del este de Australia en 2005. Los restos fueron
detectados por David Elliott, un criador de ovejas australiano y entusiasta de
los dinosaurios que revitalizó el estudio de los fósiles australianos, fundando
el Museo Australiano Era de los Dinosaurios.
Las excavaciones de 2005 sacaron más restos de
Savannasaurus, incrustados en piedra más dura que el concreto. Se necesitaron
años de trabajo de voluntarios para extraer los huesos de su estuche, y todavía
más años para que Poropat y sus colegas examinaran los restos.
"Se ha necesitado mucho tiempo para llegar a conocer al
dinosaurio descrito, pero ha sido en extremo emocionante", señaló Elliott
en una declaración. "Es muy diferente de la mayoría de los demás
saurópodos de todo el mundo."
Como todos los saurópodos, el Savannasaurus tenía huesos
huecos y bolsas de aire por todo el cuerpo, un intento evolutivo de aligerar su
enorme esqueleto. El dinosaurio probablemente tenía unos 6.5 metros de altura y
ha de haber pesado de 15 a 20 toneladas.
Pero en cierto sentido, el Savannasaurus es una clase
aparte, literalmente. Uno de los autores del estudio, Paul Upchurch, paleobiólogo
y experto en saurópodos del Colegio Universitario de Londres, asegura que las
caderas del dinosaurio eran en extremo anchas, lo que posiblemente le diera
estabilidad y flexibilidad al caminar por ambientes de tierra adentro.
La pelvis también le parece peculiar a Upchurch. "Hay
sitios donde los huesos son delgados como papel", indica. "Nunca
había visto una lámina de hueso tan delgado en la pelvis de un saurópodo."
Poropat agrega que el vientre del dinosaurio debió haber
sido enorme, lo que indica que el sistema digestivo era intricado y extenso,
capaz de absorber más nutrientes de los alimentos que el de sus parientes más
esbeltos.
"El Savannasaurus parecía una enorme cuba de
fermentación (...) y un hipopótamo de cuello largo y patas largas, en términos
de la constitución actual del cuerpo", explica Poropat.
Pero los dos investigadores aseguran que falta mucho trabajo
por hacer para conocer al Savannasaurus y sus parientes. Y para descubrir cómo
llegaron al Continente Austral.
Poropat asegura que el equipo pronto redoblará esfuerzos y
estudiará a fondo los fósiles recién descubiertos, confirmando la asignación de
especies.
Y Upchurch revela que el equipo ya está mejorando el árbol
genealógico recién publicado, lo que podría ayudar a conocer cómo vivieron esos
titánicos animales, cómo se dispersaron por toda la tierra en la antigüedad y
cómo murieron.
"Esos dinosaurios estaban explorando los límites, en
términos de lo que pueden hacer los animales terrestres", afirmó.
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