jueves, 30 de junio de 2022

Expedición descubre más de mil huellas de dinosaurios en el norte: “Chile no tiene ningún registro previo de esta envergadura”

El paleontólogo Christian Salazar participó en esta campaña y en Tu Nuevo ADN entregó detalles de este hallazgo inédito en el país.

Nature
En otro episodio de Tu Nuevo ADN, Andrea Obaid conversó con Christian Salazar sobre el descubrimiento de huellas de dinosaurios en Chile.

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Se trata de un hallazgo histórico que tuvo lugar en Huatacondo, a 230 kilómetros al sureste de Iquique, región del Tarapacá. En detalle, fueron más de mil huellas las que se encontraron.

Salazar, paleontólogo y director de la Escuela de Geología de la Universidad Mayor, formó parte de esta expedición y explicó más detalles del suceso.

Hay que destacar que por el momento no se ha publicado en ninguna revista especializada ni se ha compartido un informe, ya que se trata de algo inédito que aún está en proceso de desarrollo. El académico destacó que la Comunidad Quechua de Huatacondo hizo los primeros hallazgos y “nos abrieron las puertas” para esta investigación.

La expedición

Christian Salazar comenzó destacando que Chile ya ha tenido diferentes hitos relacionados a la materia y de ahí surge el interés para comenzar la expedición.

La campaña se llevó a cabo desde el 23 de mayo y el 3 de junio. Ahí, el paleontólogo señaló que “cada día fue un nuevo hallazgo de increíbles y únicas huellas de dinosaurios“.

Christian Salazar.
Si bien ya existía registro de diferentes marcas en cercanías de la zona, nunca se había notado algo tan grande. Frente a eso, fu el propio especialista quien reconoció que se sorprendieron con el nivel de éxito.

Fueron varios los datos y el material que se obtuvo en la exploración del equipo compuesto por Marko Yurac, Javiera Méndez, Mario Suárez y Christian Meyer. Además del propio Christian Salazar.


Antecedentes del hallazgo

El paleontólogo explicó que la fecha a la que corresponden las huellas “están situadas a finales del periodo jurásico, hace 150 millones de años”.

“Preliminarmente están en rocas, lo que representa un ambiente continental, como un sistema de ríos con estaciones secas prolongadas y estaciones húmedas”, apuntó Salazar.

Christian Salazar.
También detalló que “hay variedad de huellas, de diferentes tamaños y diferentes tipos“. Especificó que se trata del suborden de los terópodos y las marcas más grandes están entre los 80 cms y 1 metro.

Según Christian Salazar, este hallazgo podría funcionar como el inicio de importantes trabajos a futuro. Hay que considerar que los datos son recientes y hay mucho por resolver e hipótesis por plantear.

“Chile no tiene ningún registro previo de esta envergadura, de más de mil huellas de dinosaurios. Es el comienzo de un gran proyecto de todo lo que debemos trabajar y resolver“. 

“Es un terreno de prospección para el futuro. Ya tomamos una serie de datos que son para iniciar poco a poco y avanzar en esta investigación que nos abrió una ventana gigante”, sostuvo.

adnradio.cl

miércoles, 29 de junio de 2022

Explicación al misterio climático tras la mayor extinción en la Tierra

Menos organismos marinos que secretan sílice por la extinción del fin del Pérmico exacerbó el calentamiento global y causó el retraso de 5 millones de años en la recuperación de temperaturas anteriores.

Representación de un artista de las condiciones durante la extinción masiva del
final del Pérmico, que acabó con casi toda la vida en la tierra.
- VICTOR LESHYK - Archivo
Es lo que sugiere una investigación publicada en Nature Communications por científicos de la Universidad de Waikato, centrada en encontrar explicación al misterioso comportamiento del clima durante el evento de extinción masiva más severo registrado en la Tierra, hace 252 millones de años.

Si bien el comienzo de este evento de extinción fue impulsado por un evento de calentamiento extremo y rápido, la recuperación tanto del clima global como de los ecosistemas fue extremadamente lenta. Las temperaturas se mantuvieron letalmente calientes y los ecosistemas permanecieron agotados durante más de 5 millones de años.

Según nuestra comprensión actual de cómo funciona el ciclo del carbono y el clima, las temperaturas deberían haberse recuperado mucho más rápido.

Esta recuperación retrasada se destaca de todos los demás eventos de extinción masiva conocidos y ha desconcertado a los científicos durante muchos años sin ninguna explicación real.

Por primera vez, el nuevo estudio ofrece una explicación completa de por qué las temperaturas tardaron tanto en recuperarse a lo que eran antes del evento de extinción masiva.

Los minerales arcillosos se forman en los océanos y en el proceso liberan CO2. Los minerales arcillosos están constituidos fundamentalmente por sílice, por lo que no pueden formarse sin él. Los organismos secretores de sílice compiten por esta sílice, lo que significa que un ecosistema silíceo saludable que utiliza grandes cantidades de sílice actuará para reducir la cantidad de CO2 liberado de la formación de minerales arcillosos.

Está bien establecido que hubo una pérdida generalizada de organismos secretores de sílice en los océanos durante el evento de extinción masiva de finales del Pérmico, y que estos organismos no se recuperaron durante 5 millones de años. Esta investigación demuestra, utilizando un modelo del ciclo del carbono y también un análisis mineralógico, que esto habría llevado a una mayor liberación de CO2 a la atmósfera durante este tiempo, manteniendo altas las temperaturas en la Tierra durante un período prolongado de tiempo.  

Esta investigación proporciona la primera evidencia directa de que los organismos secretores de sílice juegan un papel muy destacado en la regulación del clima en la Tierra que nunca antes se había reconocido.

europapress.es

Huellas de dinosaurios que fueron tomadas como evidencias divinas

Algunas icnitas han sido atribuidas al cuervo de Noé, al Pájaro del Trueno o al Caballo de Santiago.

Imagina por un momento que desconoces por completo la existencia de dinosaurios en el pasado. Supongamos que una tarde, caminando por el campo, encuentras huellas enormes que no sabes identificar con ningún animal que conozcas. Tienen tres dedos y dejan una pisada como si una gallina gigante hubiese paseado por allí. Te agachas a tocar el molde que ha quedado en el suelo y descubres que es roca pura y dura lo que estás tocando. ¿Qué animal tan pesado podría dejar huellas en un material tan duro?

Hoy día esta situación resulta cómica, pero hubo quien se topó por primera vez con fósiles de seres extraños que ya no viven entre nosotros y se tuvo que hacer preguntas similares. De hecho, sorprendentemente, sigue habiendo personas que creen que lo de los dinosaurios es una farsa. Ya sabes que ahora está de moda el negacionismo de temas sumamente contrastados. Pues bien, de entre las diversas teorías que el ser humano ha podido extraer de la observación de fósiles de dinosaurios, se han dado muchos casos que, cómo no, han adjudicado esos restos a la presencia de seres divinos o relacionados a mitos y leyendas de distintas religiones y creencias a lo largo del mundo.

Animales del cristianismo

En 1802 se hallaron huellas de dinosaurios en el valle de Connecticut. Tenían morfología tridáctila, es decir, con tres dedos, por ello se pensó que serían huellas de aves. Se interpretó que podían ser marcas producidas por el paso de aves de corral, pero probablemente eran las huellas del cuervo que Noé envió desde su arca para comprobar si encontraba dónde posarse o todo seguía inundado.

La bahía de Lagosteiros, en Portugal, es una de las áreas más destacadas para el estudio de icnitas (huellas fosilizadas dejadas por un organismo) en la Península Ibérica. Las marcas de este lugar fueron identificadas como el rastro que dejó una mula que transportó a la Virgen desde la costa hacia el interior.

En la Rioja existen huellas tridáctilas con un nivel de conservación excepcional. También son tridáctilas, pero ello no impidió que los campesinos y pastores de la zona atribuyeran las marcas al caballo de Santiago.

El Pájaro del Trueno

Entre las culturas indígenas de Norteamérica es muy importante la conexión con la naturaleza. Todas sus creencias ofrecen, en mayor o menor medida, relaciones entre lo divino y lo terrenal a través de plumas, pieles, animales, plantas y, en definitiva, todo aquello que supone el entorno de sus hábitats.

Por Texas corren las aguas del río Paluxy. En sus inmediaciones se encuentran yacimientos de huellas de dinosaurios con bastante fama en el país. Jim Farlow, paleontólogo estadounidense, argumentó que estas huellas pudieron ser tomadas por los indios de la zona como rastros del Pájaro del Trueno.

Indios Hopi. Blog Made in Pangea.
Pero todavía más interesante resulta la relación entre los indios hopis y las icnitas. Esta cultura amerindia se ubica en los actuales estados de Arizona y Colorado. Los hopis realizan la “Danza de la Serpiente” para pedir al cielo y a sus seres mitológicos que llueva. Este ritual se repite de manera similar en otras culturas vecinas. La “Danza de la lluvia” es una ceremonia vital para unas culturas que viven en zonas tan secas.

En el caso de los indios hopis se visten con sus mejores galas. Tocados con plumas, pinturas por el cuerpo y el rostro, colgantes, brazaletes y pulseras. Entre la vestimenta, nos interesan las faldas que portan durante el rito, en ellas podemos ver símbolos con formas de huellas tridáctilas. Es evidente que este pueblo descubrió huellas de dinosaurios hace mucho y las atribuyó a algún ser poderoso de sus creencias. Es por ello que, al igual que las plumas y otros símbolos relacionados con divinidades, se envuelven en huellas de dinosaurios, para ellos evidencias del paso por la tierra de divinidades.

Huellas de dragones

La medicina tradicional china tiene a los fósiles por restos de dragones con capacidades curativas. Son artículos comerciales muy solicitados y estos “dientes de dragón” o “huesos de dragón” se siguen vendiendo para tratar afecciones de riñones, del hígado y el aparato digestivo o como remedio para la epilepsia y las pesadillas entre otros problemas.

En Alemania se descubrieron icnitas de Cheirotherium, un reptil arcosaurio parecido a un cocodrilo. En 1941 todavía había quien relacionaba estas huellas con el dragón al que mató Sigfrido. En los mitos que tienen a dragones como protagonistas, es común encontrar la figura del matador de dragones. El cristianismo tiene a san Jorge como máximo exponente de esta tradición, pero un poema épico alemán del siglo XIII, “Los nibelungos”, relata cómo el héroe Sigfrido mató a un dragón. Para algunos, la bestia dejó sus huellas marcadas en la roca.

Referencias:

Sanz, J. L. 1999. Mitología de los dinosaurios. Taurus.

Zanza López, G. 2015. ¿Huellas de dinosaurio en la ropa delos indios Hopi? blogmadeinpangea.blogspot.com

muyinteresante.es

El tamaño del meteorito que provocó la extinción de los dinosaurios es... bastante inesperado

Difícil imaginarse un instante más catastrófico, más apocalíptico, en toda la rotunda inmensidad de la palabra, que el protagonizado hace unos 66 millones de años por el meteorito que acabó con los dinosaurios. Si hubo un momento que se merezca la etiqueta de cataclismo es ese. Sin duda.

Imagen | NASA, ESA, M.A. Garlick (space-art.co.uk), University of Warwick,
and University of Cambridge
Repasemos: el meteorito generó una explosión tan descomunal que los científicos la comparan con 10.000 millones de bombas atómicas como la de Hiroshima, provocó incendios forestales a más de 1.448 kilómetros de distancia y desató un tsunami que convierte cualquiera de los que hayamos visto hasta ahora en pequeñas ondas de piscina, con olas que llegaron a superar el kilómetro de altura y se extendieron desde el actual Golfo de México por todos los océanos del planeta.

Y no es no es todo. Por si incendios y tsunamis no hubiesen sido suficiente, elevó a la atmósfera miles de millones de toneladas de CO2 y azufre que desencadenaron un largo invierno.

Tan demoledora fue la colisión y sobre todo sus consecuencias que los investigadores creen que cambió el clima del planeta durante varios años y provocó la extinción de alrededor del 75% de las especies que poblaban la Tierra, un amplio porcentaje que incluye a los dinosaurios.

Un cambio de perspectiva

Imagen | NASA, ESA, M.A. Garlick (space-art.co.uk), University of Warwick,
and University of Cambridge
No está mal.

Sobre todo cuando nos alejamos de las cifras de pesadilla, las comparaciones con bombas atómicas e "inviernos nucleares" y nos fijamos en las características del "proyectil".

En la cuenta de Twitter Tim Urban lo han hecho y el resultado es… chocante, como mínimo. No porque descubra nada que no pudiéramos intuir hasta ahora, sino por lo impactante que resulta a nivel visual a la hora de establecer una proporción entre la Tierra y el meteorito.

Digamos que si hubiésemos visto cómo se acercaba a nuestro planeta desde un palco privilegiado en el espacio creeríamos se parecía, más o menos, a una letal y demoledora mota de polvo.

Repasemos los datos de nuevo.

Aunque todavía nos faltan claves y casi todos los años se publican investigaciones que arrojan datos sobre cómo fue la colisión, la mayoría de científicos coinciden en que hace unos 66 millones de años un enorme asteroide o cometa se estrelló en la actual península del Yucatán, generando lo que hoy conocemos como el cráter de Chicxulub, de 180 km de diámetro y casi 20 de profundidad.

Se cree que el diámetro de ese demoledor proyectil rondaba entre los 10 y 14 kilómetros, dimensiones considerables, desde luego; pero que se ven con otra perspectiva cuando se ponen en la escala de la Tierra. El diámetro de nuestro planeta ronda los 12.800 kilómetros y su circunferencia, la distancia alrededor del ecuador, supera los 40.000 km. El dato es algo menor en la circunferencia meridional, pero ayuda a entender por qué el gráfico de Tim Urban resulta tan chocante.

Se trata, en cualquier caso, de una nueva perspectiva para acercarse y comprender uno de los episodios más decisivos en la historia de nuestro planeta. 

La realidad sigue siendo la misma: hace 66 millones de años la Tierra tuvo un encontronazo con un bólido del tamaño de la isla de Manhattan que se desplazaba a una velocidad estimada de entre 20 y 25 km/s y generaría una hecatombe que arrasaría con la vida del planeta, llevándose por delante el 75% de las especies animales y vegetales de la superficie y la mitad de las marinas.

xataka.com

martes, 28 de junio de 2022

Los animales subieron de nivel tras la extinción del Fin del Pérmico

El mundo natural se recuperó vigorosamente después de la Extinción del Final del Pérmico, con depredadores más agresivos y animales de presa que se adaptaron a nuevas formas de supervivencia.

Fauna posterior a la Extinción del Final del Pérmico.  - Universidad de Bristol. 
En una revisión de estudios previos, publicada en la revista Frontiers in Earth Science, paleontólogos concluyen además que los ancestros de los mamíferos y las aves se volvieron de sangre caliente y podían moverse más rápido.

Al final del período Pérmico, hace 252 millones de años, hubo una extinción masiva devastadora, cuando casi toda la vida se extinguió, y esto fue seguido por uno de los momentos más extraordinarios en la historia de la vida. El período Triásico, de hace 252 a 201 millones de años, marca un dramático renacimiento de la vida en la tierra y en los océanos, y fue una época de aumento masivo de los niveles de energía.

"Todo se estaba acelerando", dijo en un comunicado el profesor Michael Benton de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol, autor principal del nuevo estudio.

"Hoy en día, hay una gran diferencia entre las aves y los mamíferos por un lado, y los reptiles por el otro. Los reptiles son de sangre fría, lo que significa que no generan mucho calor corporal por sí mismos y, aunque pueden morder con bastante rapidez, tienen no tienen energía y no pueden vivir en el frío", dijo el profesor Benton.

"Es lo mismo en los océanos", dijo el Dr. Feixiang Wu del Instituto de Paleontología de Vertebrados en Beijing. "Después de la extinción masiva de finales del Pérmico, los peces, las langostas, los gasterópodos y las estrellas de mar muestran nuevos estilos de caza desagradables. Eran más rápidos, ágiles y fuertes que sus antepasados".

El Dr. Wu ha estudiado sorprendentes conjuntos nuevos de peces fósiles del Triásico de China, y estos incluyen muchos tipos de depredadores que muestran cómo aparecieron nuevos modos de caza antes de lo que se pensaba. Ha encontrado tiburones de estilo moderno y el pez largo Saurichthys, que era muy común en todo el mundo y era un cazador de emboscada. Este pez de un metro de largo acechaba en mares turbios y poco profundos y se lanzaba hacia adelante para atrapar todo tipo de presas en sus mandíbulas llenas de dientes.

"Otros peces triásicos de China se adaptaron a triturar conchas", dijo el Dr. Wu. "Varios grupos importantes de peces, e incluso algunos reptiles, se convirtieron en trituradores de conchas, con grandes pavimentos de dientes. Incluso encontramos el pez volador más antiguo del mundo, y esto probablemente fue para escapar de los nuevos depredadores".

En tierra también hubo cambios revolucionarios. Los últimos reptiles del Pérmico generalmente se movían lentamente y usaban una especie de postura extendida, como los lagartos modernos, donde las extremidades sobresalían a los lados. Cuando caminaban, probablemente por lo general se movían lentamente y a gran velocidad, podían correr o respirar, pero no ambas cosas al mismo tiempo. Esto limitó su resistencia.

"Los biólogos han debatido durante mucho tiempo los orígenes de la endotermia, o sangre caliente, en aves y mamíferos", dijo el profesor Benton. "Podemos rastrear su ascendencia hasta el Carbonífero, hace más de 300 millones de años, y algunos investigadores han sugerido recientemente que ya eran endotérmicos en ese entonces. Otros dicen que se volvieron endotérmicos solo en el Jurásico, digamos hace 170 millones de años. Pero todo tipo La evidencia del estudio de las células en sus huesos, e incluso la química de sus huesos, sugiere que ambos grupos se volvieron de sangre caliente después de la gran extinción masiva del final del Pérmico, a principios del Triásico".

Los orígenes de la endotermia en aves y mamíferos en el Triásico temprano a medio se sugieren por otros dos cambios: sus antepasados adoptaron principalmente una postura erguida en este momento. Al pararse sobre sus extremidades como los perros, caballos y pájaros modernos, podían dar zancadas más largas. Esto probablemente va de la mano con cierto nivel de endotermia para permitirles moverse rápido y por períodos más largos.

En segundo lugar, ahora parece que los ancestros de aves y mamíferos del Triásico temprano y medio tenían algún tipo de aislamiento, pelos en la línea de los mamíferos, plumas en la línea de las aves. Si esto es cierto, y los nuevos descubrimientos de fósiles parecen confirmarlo, toda la evidencia apunta a cambios importantes en estos reptiles a medida que el mundo se reconstruyó después de la extinción masiva del final del Pérmico.

"En total, los animales en la tierra y en los océanos se aceleraban, usaban más energía y se movían más rápido", dijo el profesor Benton. "Los biólogos llaman a este tipo de procesos 'carreras armamentistas', refiriéndose a la Guerra Fría. A medida que un lado acelera y se vuelve más de sangre caliente, el otro lado también tiene que hacerlo. Esto afecta la competencia entre comedores de plantas o la competencia entre depredadores. También se refiere a las relaciones depredador-presa: si el depredador se vuelve más rápido, la presa también lo hace para escapar".   

"También fue lo mismo bajo el agua", dijo el Dr. Wu. "A medida que los depredadores se volvieron más rápidos, ágiles e inteligentes al atacar a sus presas, estos animales tuvieron que desarrollar defensas. Algunos adquirieron caparazones más gruesos, o desarrollaron espinas, o ellos mismos se volvieron más rápidos para ayudarlos a escapar".

"Estas no son ideas nuevas", dice Benton. "Lo que es nuevo es que ahora estamos descubriendo que aparentemente ocurrieron casi al mismo tiempo, a través del Triásico. Esto enfatiza una especie de aspecto positivo de las extinciones masivas. Las extinciones masivas, por supuesto, fueron noticias terribles para todas las víctimas. Pero la limpieza masiva de los ecosistemas en este caso brindó un gran número de oportunidades para que la biosfera se reconstruyera, y lo hizo con un octanaje más alto que antes de la crisis”.

europapress.es

Descubren en Brasil el bosque fosilizado de mayor extensión hasta el momento

El hallazgo ha tenido lugar en el sur de Brasil

El bosque fosilizado encontrado en Brasil. / RICARDO CHICARELLI / AFP
Un equipo de investigadores ha descubierto un bosque fosilizado en posición vertical de una antigüedad estimada en 290 millones de años en el sur de Brasil, considerado una "ventana al pasado" para el estudio de la evolución de las plantas.

El hallazgo de este conjunto de 164 troncos de licófitas (sin frutos, flores ni semillas) de una variedad extinguida es "el más importante en el hemisferio sur", por cantidad y calidad de la preservación, explicó Thammy Mottin, geóloga y doctorada de la Universidad Federal de Paraná, quien lideró la investigación con colaboradores de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul y la Universidad de California.

"Con una edad estimada en 290 millones de años, estas plantas representan formas muy primitivas en la historia de la Tierra", destacó Mottin, que estudia el periodo posglaciar, en el cual el clima se volvió más cálido y propicio al surgimiento de bosques densos como este.

El descubrimiento en el municipio de Ortigueira, en el estado de Paraná, da "acceso al modo cómo las primeras plantas colonizaban el ambiente, cómo se distribuían en el espacio (...) y la interacción con el entorno", entre otros puntos, ha evaluado.

Ha habido solo otros dos hallazgos similares en el hemisferio sur, pero de menores dimensiones, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul (sur) y en la Patagonia argentina.

El bosque de Paraná fue hallado a finales de 2018, cuando se abrió en la zona una ruta para dar acceso a una planta industrial. Los geólogos fueron allí para estudiar las rocas expuestas, pero, para su sorpresa, se toparon con un bosque fosilizado.

Entonces, comenzó una larga investigación, publicada en febrero en la revista científica "Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology", del grupo holandés Elsevier, y difundida recientemente por la prensa brasileña.

La peculiar preservación de este bosque fue posible gracias a que los árboles "fueron soterrados rápidamente cuando estaban vivos, y fueron cubiertos progresivamente por sedimentos, hasta que murieron por asfixia", explicó Mottin.

El evento que "prácticamente congeló ese bosque de la forma que era" fue una gran crecida de un río en cuyas márgenes se encontraban los árboles, determinaron los investigadores.

elmundo.es

Derretimiento de glaciar expone fósiles de ictiosaurios

14 de enero de 1986.
A medida que los glaciares se derriten en nuestro mundo cada vez más cálido, han expuesto piezas del pasado, desde artefactos de la Edad de Piedra hasta reliquias de guerra. Pero el retroceso del glaciar Tyndall en Chile ha descubierto algo mucho más antiguo: un cementerio prehistórico de ictiosaurios.

Los ictiosaurios eran reptiles marinos, o “peces lagartos”, que se asemejaban a las marsopas de hoy en día. Nadaron en los océanos entre 250 y 90 millones de años atrás, casi al mismo tiempo que los dinosaurios caminaban por los suelos y los pterosaurios se elevaban en el aire. Estas criaturas están ahora extintas, pero sus fósiles continúan informando a los científicos sobre la especie y cómo evolucionaron.

17 de enero de 2022.
Hasta ahora, los paleontólogos han encontrado 76 ictiosaurios en el lecho rocoso adyacente al glaciar Tyndall en el campo de hielo de la Patagonia Austral. Algunos de los fósiles fueron descubiertos durante una expedición al sitio en marzo y abril de 2022, cuando los científicos lo visitaron para extraer a “Fiona”, un esqueleto fosilizado completo de una hembra de 4 metros de largo con varios embriones. El fósil, con una antigüedad de entre 129 y 139 millones de años, fue descubierto en 2009 por Judith Pardo-Pérez de la Universidad de Magallanes. La fotografía de abajo muestra a Pardo-Pérez y a Fiona junto al glaciar Tyndall en 2010.

2010.
Hace solo unas décadas, los paleontólogos probablemente se habrían perdido algunos de estos descubrimientos. Camilo Rada, glaciólogo de la Universidad de Magallanes, estimó a partir de fotografías que Fiona ha estado descubierta desde al menos 1965. “Pero otros fósiles de ictiosaurios en el área fueron descubiertos mucho antes, otros mucho más recientemente y, con toda probabilidad, algunos están siendo descubiertos mientras hablamos”, dijo Rada.

El par de imágenes satelitales en la parte superior de esta página muestran el borde del glaciar el 14 de enero de 1986 y el 17 de enero de 2022. Las imágenes fueron adquiridas por el Cartógrafo temático a bordo del satélite Landsat 5, y por el Generador operacional de imágenes de tierra (OLI, por sus siglas en inglés) a bordo del satélite Landsat 8, respectivamente. El color añadido permite emparejar mejor el color entre las dos imágenes recogidas por diferentes sensores.

Fiona ya habría estado expuesta al momento de estas imágenes. Pero según Dean Lomax, paleontólogo de la Universidad de Manchester: “Estoy seguro de que muchos de los especímenes estaban bajo el glaciar en la imagen de 1986”. Eso incluye un cráneo completo bien conservado, previamente descubierto por Lomax, quien formó parte de la reciente expedición para excavar a Fiona.

7 de abril de 2022.
El lecho rocoso expuesto corresponde a una zona donde, durante un año típico, el derretimiento de la nieve y el hielo ha superado la nueva acumulación de nieve. Una vista detallada de esta área de ablación a lo largo del lado oriental del glaciar es visible en la imagen en color natural de arriba, adquirida por el satélite Landsat 8 el 7 de abril de 2022, en uno de los pocos días despejados durante la reciente expedición de un mes. Las líneas indican las ubicaciones anteriores del borde de hielo, incluyendo su última extensión máxima alrededor del año 1700 durante la Pequeña Edad de Hielo, y su posición en retroceso a partir de 1986. En las últimas décadas, partes del borde del glaciar han retrocedido hasta 2 kilómetros.

En 2004, cuando Pardo-Pérez comenzó a explorar esta área, los científicos estimaban que el sitio fósil abarcaba unos 5 kilómetros cuadrados. Pero a medida que el borde del hielo retrocedía y el paisaje cambiaba, y a medida que las expediciones posteriores localizaban más fósiles, el sitio se ha expandido a unos 15 kilómetros cuadrados (casi seis millas cuadradas), o casi toda el área de roca expuesta visible en esta imagen. La roca es parte de la Formación Zapata, que contiene rocas sedimentarias y fósiles que datan desde finales del período Jurásico hasta principios del Cretácico.

La fosilización ocurrió millones de años antes de que apareciera el glaciar, cuando la zona estaba cubierta de agua de mar. Los científicos piensan que algunos de los ictiosaurios murieron por causas naturales. Otros probablemente perecieron en eventos de mortalidad masiva causados por el rápido flujo de agua en pendiente descendente, conocido como una corriente de turbidez. “En estos casos”, dijo Pardo-Pérez, “los ictiosaurios podrían haber quedado atrapados por la corriente de turbidez y haber sido arrojados al abismo, ahogados, desorientados y enterrados casi instantáneamente en un entorno anóxico que evitó la descomposición bacteriana y mantuvo articulados sus esqueletos”.

El hielo glacial que finalmente cubrió los fósiles no ha ayudado a preservarlos. Por el contrario, Rada señaló que antes de que el hielo se derritiera, había estado “fluyendo” durante mucho tiempo. Este flujo de hielo transporta rocas y tierra en su base, que Rada compara con una pesada hoja de papel de lija, que muele la roca madre y los fósiles dentro de ella.

En la Patagonia, las tasas de erosión varían de 1 a 100 milímetros (0.04 a 4 pulgadas) por año, y probablemente están en el extremo inferior de ese rango en el lado del glaciar Tyndall. “Pero incluso con tasas de erosión de unos pocos mililitros a un centímetro al año”, dijo Rada, “Fiona se habría convertido en polvo si hubiera permanecido cubierta por el glaciar unas cuantas décadas más”.

Sin embargo, la pérdida del hielo plantea otros problemas. Los fósiles han quedado vulnerables a la fractura por los ciclos de congelación y deshielo y a la erosión por el viento y el agua. “Es importante encontrar formas de proteger estos valiosos registros del pasado”, dijo Rada.

Es probable que cerca de otros glaciares hayan quedado expuestos fósiles, ya que todo el campo de hielo de la Patagonia Austral se está derritiendo. Pero hasta que los paleontólogos realicen más expediciones de prospección, el sitio cerca del glaciar Tyndall sigue siendo un hallazgo paleontológico único. “Hasta donde sabemos, no hay otro sitio en el mundo donde tantos fósiles excepcionales estén quedando expuestos debido a un glaciar en retroceso”, dijo Lomax.

El sitio está protegido por la Corporación Nacional Forestal de Chile (CONAF), y sus fósiles están protegidos por la ley chilena que prohíbe la extracción o excavación sin permiso. “Este lugar es un ecosistema frágil, ubicado en una zona periglacial dentro del Parque Nacional Torres del Paine”, dijo el gerente de la CONAF, Gonzalo Cisternas. La zona está cerrada al turismo y a las actividades recreativas, y solo pueden visitarla científicos autorizados.

Imágenes del Observatorio de la Tierra de la NASA por Joshua Stevens, utilizando datos de Landsat del Servicio Geológico de Estados Unidos. Fotografía por Alejandra Zúñiga/Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Reportaje por Kathryn Hansen.

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ciencia.nasa.gov

Un huevo fosilizado dentro de un huevo revela un nuevo secreto sobre los dinosaurios

Este descubrimiento de huevos de titanosaurio es un hallazgo insólito y plantea nuevas preguntas sobre la evolución. Sugiere que los dinosaurios tenían una biología reproductiva similar a la de las aves.

En diciembre de 2021, los científicos encontraron un embrión de dinosaurio de 66 millones de años dentro de un huevo fosilizado en China. El espécimen es uno de los embriones de dinosaurio más completos que se conocen y, en particular, tiene una postura más cercana a las que se ven en los embriones de aves que las que se encuentran generalmente en los dinosaurios.

Ahora, un nuevo hallazgo que perturba lo que conocíamos hasta ahora sobre los dinosaurios. Un equipo de paleontólogos ha descubierto en la India el primer "huevo dentro de un huevo" de dinosaurio. Este huevo se encontró en un nido de dinosaurio titanosáurido que se remonta a la Formación Lameta del Cretácico Superior, de hace unos 66 millones de años a 100 millones de años. Es un descubrimiento verdaderamente excepcional.

Este tipo de huevo solo se ha observado en aves (como las gallinas, por ejemplo) y surge cuando un huevo es empujado hacia el sistema reproductivo de la madre y se incrusta con otro huevo recién formado. Y es que las aves tienen un útero especializado que pone un huevo antes de ponerse a trabajar en el siguiente, lo que se cree que está relacionado con la formación de estos huevos dobles deformados. Este nuevo hallazgo indica que la patología del óvulo in ovo no es exclusiva de las aves y que los dinosaurios podrían tener una función reproductiva similar.

Un huevo dentro de un huevo

El huevo dentro de otro huevo proviene de un dinosaurio titanosáurido, lo que revela pistas sobre la morfología de su oviducto, que probablemente era más similar a la de las aves que están bien adaptadas para la puesta secuencial de huevos. La microestructura del huevo patológico y la de un huevo adyacente en el mismo nido fue asociada a la de los dinosaurios saurópodos titanosáuridos, según un comunicado de la universidad. ¿Qué indicaría? Que este grupo de dinosaurios saurópodos también era capaces de sacar huevo tras huevo, como sus parientes actuales.

El huevo fue encontrado en un lugar llamado Nest p7 en el lugar de excavación donde se han encontrado otros fósiles de dinosaurios, incluidos huevos, pero todos ellos de titanosaurios. Los fósiles de este tipo de dinosaurio saurópodo están muy extendidos y se encuentran en todos los continentes modernos del planeta.

Concretamente, los huevos se encontraron en la piedra caliza arenosa / arenisca calcárea del valle inferior de Narmada. Durante múltiples trabajos de campo realizados por los autores en las áreas de Bagh-Kukshi del distrito de Dhar, se identificaron 108 nidos de titanosaurios, incluidas nidadas intactas, huevos aislados y varios fragmentos de cáscara de huevo.

Los titanosaurios fueron el último grupo sobreviviente de saurópodos de cuello largo, y los taxones aún prosperaban en el momento de la extinción al final del Cretácico. El equipo encontró un total de 52 nidos en el área cerca del pueblo de Padlya, cerca de la ciudad de Bagh. El huevo fosililizado objeto de estudio, fue hallado en un nido con un total de 11 huevos de dinosaurio.

¿Cómo es?

El extraordinario huevo tiene dos capas de cáscara continuas y circulares separadas por un amplio espacio y sus restos fosilizados dejan claro que se trata de un huevo dentro de otro huevo. "El contorno de la sección transversal del huevo patológico muestra una organización física de las dos capas de la cáscara similar a los huevos de óvulos en huevos informados anteriormente en las aves. Esto abre la posibilidad de que los titanosáuridos se hayan adaptado para la puesta secuencial de huevos", explican los autores.

Si bien los autores insisten en que se necesita más investigación para sacar conclusiones firmes, el descubrimiento de este insólito huevo demuestra que esta peculiaridad oológica no es exclusiva de las aves. Y también sugiere que los saurópodos tenían más en común con las aves y los cocodrilos que con los reptiles no arcosaurios. Un hallazgo de proporciones globales.

Referencia:

Harsha Dhiman et al, First ovum-in-ovo pathological titanosaurid egg throws light on the reproductive biology of sauropod dinosaurs, Scientific Reports (2022). DOI: 10.1038/s41598-022-13257-3

muyinteresante.es

Muere a los 87 años Yves Coppens, el paleontólogo francés que descubrió a la homínida Lucy

El paleoantropólogo francés Yves Coppens, uno de los descubridores del célebre homínido Lucy, considerado durante años como el más antiguo antepasado del hombre, falleció el pasado miércoles 22 de junio a los 87 años, tal y como ha informado su editorial.

Yves Coppens, en 2004. FRED TANNEAU. AFP
Nacido en Bretaña el 9 de agosto de 1934, hijo de un físico nuclear, Coppens siempre tuvo claro que quería estudiar la parte más escondida de la historia.

En 1974, junto con sus colegas Donald Johanson y Maurice Taieb, cuando excavaban en el valle del Afar, en Etiopía, hallaron un esqueleto casi completo de un individuo femenino datado en 3,2 millones de años, que decidieron bautizar como Lucy porque estaban escuchando la canción de los Beatles "Lucy in the sky with diamonds".

NUEVA ESPECIE

Durante años se consideró que Lucy era un antepasado directo del Homo sapiens, hasta que, otros descubrimientos llevaron a pensar al propio Coppens que se trataba de otra especie, que bautizaron como Austrolopithecus Afarensis.

Este hallazgo fue mundialmente reconocido y marcó un antes y un después en los conocimientos actuales sobre la prehistoria y la paleontología.

El descubrimiento de Lucy fue especialmente importante porque sus huesos mostraban señales de ser bípeda, es decir, de mantenerse erguida y andar sobre dos extremidades, una de las características definitorias en el desarrollo de los seres humanos.

Coppens fue también profesor emérito en el Collège de France, una de las instituciones educativas y de investigación más prestigiosas del mundo.

El paleontólogo participó en excavaciones en diversos países del mundo, como en Túnez, Argelia y Etiopía, y publicó a lo largo de su vida numerosos libros relatando sus descubrimientos.

Coppens, que también se dedicó a la docencia y a la investigación de las raíces de los seres humanos, estuvo fascinado por la historia, especialmente la prehistoria, desde una edad temprana, cuando ya mostró su pasión por las excavaciones.

Una dedicación que le llevó a muchos rincones del planeta y que le convirtió en un rostro popular en Francia, donde su barba y bigote blancos aparecían en medios de comunicación para divulgar sus hallazgos.

Colaborador de dos presidentes, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, que apelaron a su sabiduría durante sus mandatos, Coppens presidió varias instituciones científicas en el país y publicó un millar de artículos.

"Tenemos un origen único: todos somos africanos de origen, nacidos hace tres millones de años, y eso debería animarnos a la hermandad", sentenció.

elmundo.es

El patrimonio paleontológico se restaurará en Morella

El IVC+R ha obtenido el programa EPRIEX, gestionado por Labora, que posibilita la contratación de 4 personas que trabajarán en restauración de los restos paleontológicos de Morella

José Miguel Gasulla, la directora y el alcalde han visitado las instalaciones de la
sala de calderas de la Fábrica de Giner donde iniciarán los trabajos el 4 de julio.
Será el próximo 4 de julio cuando inicien su trabajo cuatro restauradores y conservadores gracias a la subvención obtenida por el instituto dentro del programa europeo EPRIEX, gestionado por Labora, tal y como han explicado en la visita Gema Contreras, Directora del IVC+ r y el alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés.

Ante esta interesante iniciativa, el Ayuntamiento de Morella colabora con el proyecto con la cesión de la antigua nave de las Calderas ubicada en la Fàbrica de Giner, lugar donde ya se trabaja actualmente como laboratorio paleontológico, gracias a la colaboración con la empresa Vega del Moll. Allí, desde hace meses, ya se realizaban tareas de clasificación y conservación que ahora se verán ampliamente aumentadas con las cuatro nuevas incorporaciones.

El alcalde y la directora, junto a técnicos, han visitado el sitio para ultimar el inicio de los trabajos y han podido observar la gran cantidad de fósiles y los interesantes estudios que ya están en marcha.

Se espera que, gracias al trabajo de restauración y conservación, muchas de las piezas estén en condiciones óptimas para poder ser expuestas y que este patrimonio, lejos de estar almacenado y no estudiado, como hasta ahora, tenga una importante repercusión, tanto a nivel de trabajo científico como cultural y turístico por el público general.

Varios son los pueblos de Els Ports que cuentan con hallazgos de dinosaurio y otros restos paleontológicos y, desde estos municipios, siempre se ha reivindicado que puedan ser tratados para exponerse y que posteriormente se queden en las localidades donde han sido encontradas por al enriquecimiento cultural y patrimonial de las mismas, sin dejar de lado el atractivo turístico que suponen para los municipios.

El alcalde de Morella, Rhamsés Ripollés, ha querido agradecer ''la cooperación entre las instituciones para hacer realidad este proyecto que llevará a cuatro profesionales aquí a nuestra ciudad y sobre todo posibilitará tener un excelente patrimonio en condiciones y convertirlo en un motor de estudio científico, así como cultural''. Además, ha querido recalcar que ''contar con un equipo de estas características era muy necesario porque muchas veces se olvida que Morella y la comarca de Els Ports es uno de los lugares con unos yacimientos y colecciones de dinosaurios más importantes de toda Europa, como hoy nos han recordado a los expertos''.

cope.es

sábado, 18 de junio de 2022

Dinomanía: un recorrido por la historia para explicar nuestra obsesión por los dinosaurios

¿DE DÓNDE VIENE ESTA PASIÓN?

El paleontólogo Stephen Jay Gould decía que la popularidad de estas criaturas prehistóricas se debe a tres virtudes: ser grandes, feroces y estar extinguidos, pero el asunto no es tan simple

Fuente: iStock.
Con 'Jurassic World: Dominion' recién estrenada y a punto de convertirse en una de las películas más taquilleras de este verano, no hay duda de que los dinosaurios continúan sobrevolando nuestras cabezas en un poderoso ejercicio de control sobre la imaginación de los humanos, pero también sobre la propia conciencia. A estas alturas están en todas partes, y la pantalla es solo un reflejo de esa popularidad, aunque tal vez alguna vez fue el portal mismo que la hizo posible. Con toda una asombrosa variedad de sus restos como evidencia del Cretácico tardío, dispuesta en medio de las sombras de muchas salas de museos, con réplicas en miniatura en todos los escaparates de tiendas infantiles y con representaciones en forma de dibujos animados, series, cine de gran presupuesto y, cómo no, publicidad, los dinosaurios llevan siendo referentes culturales desde mucho antes de lo que creemos.

Pero ¿por qué unos animales prehistóricos, que nadie ha visto jamás, resultan tan perpetuamente fascinantes? El paleontólogo Stephen Jay Gould decía que esta popularidad se debe a tres virtudes: ser grandes, feroces y estar extinguidos. Y aunque todo ello puede tener mucho que ver, no parece la única respuesta, o al menos es necesario desarrollar cada uno de los términos para encontrar alguna idea clara.

Emblemas de la modernidad

Para empezar, su descubrimiento, a principios del siglo XIX, estuvo íntimamente ligado a nuestra conciencia del tiempo geológico. Encontrar restos de criaturas que sobrepasaban lo entendido hasta entonces, saber que fueron el pasado mismo de nuestra existencia, daba brillo a la percepción que se había tenido sobre el mundo. Asimismo, su gran tamaño, propio de animales bestialmente potentes, recordaba a la gran red maquinaria que se estaba empezando a forjar. Desde ferrocarriles, acorazados hasta fábricas, aquella similitud marcada convirtió a los dinosaurios, paradójicamente, en emblemas de la modernidad.

iStock.
Deinos sauros', en griego "lagarto terrible", fue acuñado por primera vez en 1842 por el fundador del Museo de Historia Natural de Londres, Richard Owen. Todo en ese momento era progreso tecnológico, aunque lo de la tecnología aún se les escapara. El primer Parque Jurásico del mundo se presentaría una década más tarde, en 1854, con la aterradora pieza central del diorama, un Megalosaurio. Con escamas como un cocodrilo, rechoncho y voluminoso como un rinoceronte, su sonrisa amenazante atestiguaba cuán bien, como el biólogo y paleontólogo William Buckland había observado décadas antes, sus dientes y mandíbulas estaban "adaptados para efectuar el trabajo de la muerte con mayor rapidez".

Ilustración realizada en 1885 donde recrea la posición en la que murió
un 'Iguanodon bernissartensis'. (Wikipedia)
No obstante, esto ocurrió en Occidente, pero en otros lugares del mundo ya se habían topado con restos de ellos. En China, por ejemplo, fueron identificados como huesos de dragón, mientras que en América del Norte, como ha demostrado la historiadora Adrienne Mayor, los relatos de los indios de las llanuras sobre el llamado Pájaro del Trueno se inspiraron, al menos en parte, en el espectáculo de los fósiles de pterosaurios. "Parece que nunca hubo un tiempo ni una cultura en la que los huesos misteriosos no cautivaran a quienes los contemplaban", apunta Tom Holland en 'The Guardian'.

Un mundo lejano imaginado

De una forma u otra, en todas partes y en cualquier momento, estas criaturas permitieron imaginar un mundo mucho más allá de los límites habituales del tiempo, la cultura y la fisiología. Y lo siguen haciendo. Los hemos imaginado de formas diversas y contradictorias, reflejando, en parte, nuestras concepciones cambiantes de nosotros mismos. 

Dinosaurios dragones en la cultura popular coreana. (iStock)
Actualmente, a través de juegos infantiles, los dinosaurios proporcionaron una especie de código que permite hablar indirectamente sobre la posibilidad de nuestra propia extinción desde muy corta edad. Asumir esa posibilidad parece que nos aterra y nos encanta que nos aterre. Como señala Boria Sax en su libro 'Dinomanía: Por qué amamos, tememos y nos encantan los dinosaurios', se necesita mucho tiempo para que unos nuevos descubrimientos arqueológicos migren de revistas especializadas a exhibiciones de museos y libros de texto y luego a películas, juguetes y otros medios de la cultura pop. Hizo falta, concretamente, dos siglos.

Richard Fallon, profesor de literatura inglesa en la Universidad de Birmingham, ha rastreado ese hilo narrativo en su monografía 'Reimaginando a los dinosaurios en la literatura victoriana tardía y eduardiana: cómo el 'lagarto terrible' se convirtió en un icono cultural transatlántico' con el fin de reconstruir o, al menos completar desde otras perspectivas la historia moderna de los dinosaurios.

Entre lo inocente y lo perturbador

Wikipedia.

Así se ha situado sobre sus primeras representaciones a lo largo del siglo XIX en Reino Unido. A través de un examen de los libros de ciencia popular, artículos periodísticos y novelas de ciencia ficción de la época, Fallon muestra cómo muchos aspectos de estas criaturas se nos han quedado atrás por el privilegio que el análisis de la cultura popular de los dinosaurios ha dado a las décadas de finales del siglo XX. Entonces, llegó la prensa amarilla del momento. Fallon explica que muchos periodistas de este período escribieron sobre aquellos animales, favoreciendo los relatos que consideraban emocionantes. Hablaban, así, sobre las llamadas Guerras de los Huesos de los paleontólogos rivales Edward Drinker Cope y Othniel Charles Marsh y tendían a resaltar lo "grotesco" de los dinosaurios descubiertos en las tierras baldías de Estados Unidos, como el Triceratops con cuernos y el Stegosaurus.

Acuarela basada en fósiles encontrados por Mary Anning. (Wikipedia)
Poco a poco, la fantasía fue eclipsando la realidad misma, quizás porque esta última ofrecía posibilidades devastadoras y permitirlas resultaba agonizante. Los dinosaurios como emblema del universo infantil, entre lo inocente y lo perturbador, fueron ganando una popularidad tan grande en tiempos que atravesaban guerras mundiales que aquello no se cuestionó ni un momento.

Un recorrido por su imagen en el cine

Para muchos, precisamente, esta cualidad de popularidad masiva fue lo que los dejó a un lado de la investigación: cosas de niños, nada importante. Sin embargo, lo estaban siendo como pocas cosas. Las "cosas de niños" atravesaban la vida adulta por más que no quisieran reconocerlo. Ahí mismo empezaba esta historia. Ni siquiera el lenguaje de la ciencia puede escapar al ingenio, como sostiene Holland: "Incluso los naturalistas más brillantes pueden tener dificultades para mantener su imaginación bajo control al contemplar de cerca los restos de unos monstruos reptilianos que parecían haber vagado alguna vez por los condados de origen".

Escena de 'The Land Before Time' de 1988. (Cedido)
De la misma forma, nadie escapa hoy a la saga de 'Jurassic Park'. Su primera película fue también la primera en la que se usó CGI (Computer-generated imagery, en español Imágenes Generadas por Computadora) para retratar dinosaurios que podían moverse libremente, sin las sacudidas de encarnaciones anteriores en la pantalla. No obstante, la cultura cinematográfica (o la cultura a lo grande) de los dinosaurios no empezaba entonces: 'Gertie the Dinosaur' (1914), 'The Lost World' (1925), 'King Kong' (1933), 'One Million BC' (1940), 'The Beast from 20.000 Fathoms' (1953), 'Godzilla' (1954), 'The Land Unknown' (1957), 'Viaje al centro de la Tierra' (1959), 'One Million Years BC' (1966), 'The Land That Time Forgot' (1975), 'The Land Before Time' (1988) dejaron antes boquiabierto al público en masas.

Y llegaron los noventa

Lo que sucedió en la década de los noventa era ya como la estela de un mito eterno. No había marcha atrás. Cuando Steven Spielberg presentó Jurassic Park en 1993, los niños y niñas del momento ya convivían con estas criaturas con la cercanía propia que ofrecía la imagen. Más allá de toda la literatura que hablaba de ellas desde hacía más de un siglo, más allá incluso de los juguetes, la serie 'Dinosaurs' aparecía en el televisor cada día desde 1991.

Una familia de clase media compuesta por dinosaurios antropomórficos, Los Sinclair, habían entrado en la cotidianidad de la vida familiar misma. Su escenario era la prehistoria, pero sus vidas eran muy parecidas a las de la sociedad de los años noventa de Estados Unidos y Europa. El paralelismo desconfigurando pasado y presente nos mantenía enganchados. Y entonces llegó 'Mario Bros', y allí estaba él: Yoshi, el mejor amigo de Super Mario. Yoshi debutó en Super Mario World en 1990 en Super 'Nintendo Entertainment System' como el compañero de Mario y Luigi. Era el personaje principal de la serie con su nombre por título, y fue un personaje secundario (pero muy querido) en los juegos derivados de Mario, como Mario Party y Mario Kart, así como en muchos juegos deportivos de Mario que llegaron después.

Y entonces llegó 'Toy Story', y allí estaba él: T-Rex, constatando que en la caja de juguetes de cualquier niño y niña de la época no podía faltar un dinosaurio que, en caso de aventuras peligrosas a espaldas de todo humano, pudiera echar una de sus fuertes patas para evitar cualquier desastre. Podían ser buenos y malos, podían ser todo lo que se nos ocurriese. Mientras tanto, en excavaciones y laboratorios, eran justo lo que quedaba de ellos, un misterio tan inmenso como el tiempo que nos separa.

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