Difícil imaginarse un instante más catastrófico, más apocalíptico, en toda la rotunda inmensidad de la palabra, que el protagonizado hace unos 66 millones de años por el meteorito que acabó con los dinosaurios. Si hubo un momento que se merezca la etiqueta de cataclismo es ese. Sin duda.
Imagen | NASA, ESA, M.A. Garlick (space-art.co.uk), University of Warwick, and University of Cambridge |
Y no es no es todo. Por si incendios y tsunamis no hubiesen
sido suficiente, elevó a la atmósfera miles de millones de toneladas de CO2 y
azufre que desencadenaron un largo invierno.
Tan demoledora fue la colisión y sobre todo sus
consecuencias que los investigadores creen que cambió el clima del planeta
durante varios años y provocó la extinción de alrededor del 75% de las especies
que poblaban la Tierra, un amplio porcentaje que incluye a los dinosaurios.
Un cambio de perspectiva
Imagen | NASA, ESA, M.A. Garlick (space-art.co.uk), University of Warwick, and University of Cambridge |
Sobre todo cuando nos alejamos de las cifras de pesadilla,
las comparaciones con bombas atómicas e "inviernos nucleares" y nos
fijamos en las características del "proyectil".
En la cuenta de Twitter Tim Urban lo han hecho y el
resultado es… chocante, como mínimo. No porque descubra nada que no pudiéramos
intuir hasta ahora, sino por lo impactante que resulta a nivel visual a la hora
de establecer una proporción entre la Tierra y el meteorito.
Digamos que si hubiésemos visto cómo se acercaba a nuestro
planeta desde un palco privilegiado en el espacio creeríamos se parecía, más o
menos, a una letal y demoledora mota de polvo.
Repasemos los datos de nuevo.
Aunque todavía nos faltan claves y casi todos los años se
publican investigaciones que arrojan datos sobre cómo fue la colisión, la
mayoría de científicos coinciden en que hace unos 66 millones de años un enorme
asteroide o cometa se estrelló en la actual península del Yucatán, generando lo
que hoy conocemos como el cráter de Chicxulub, de 180 km de diámetro y casi 20
de profundidad.
Se cree que el diámetro de ese demoledor proyectil rondaba
entre los 10 y 14 kilómetros, dimensiones considerables, desde luego; pero que
se ven con otra perspectiva cuando se ponen en la escala de la Tierra. El
diámetro de nuestro planeta ronda los 12.800 kilómetros y su circunferencia, la
distancia alrededor del ecuador, supera los 40.000 km. El dato es algo menor en
la circunferencia meridional, pero ayuda a entender por qué el gráfico de Tim
Urban resulta tan chocante.
Se trata, en cualquier caso, de una nueva perspectiva para acercarse y comprender uno de los episodios más decisivos en la historia de nuestro planeta.
La realidad sigue siendo la misma: hace 66 millones de años
la Tierra tuvo un encontronazo con un bólido del tamaño de la isla de Manhattan
que se desplazaba a una velocidad estimada de entre 20 y 25 km/s y generaría
una hecatombe que arrasaría con la vida del planeta, llevándose por delante el
75% de las especies animales y vegetales de la superficie y la mitad de las marinas.
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