martes, 11 de abril de 2017

Titánicos dinosaurios que recorrieron la Antártida para llegar a Australia

Para llegar a Australia, los gigantescos dinosaurios llamados titanosaurios quizá hayan tenido que recorrer un continente aún más al sur: la Antártida. Esa es la conclusión extraída del árbol genealógico de los saurópodos recientemente elaborado.

Michael Geshko National - Geographic Society ©2017

Ilustración de Travis R. Tischler
Los saurópodos constituyen un grupo de dinosaurios herbívoros de cuello largo, en el que se encuentran los animales terrestres más grandes que haya habido en la Tierra. El reporte está basado en fósiles de saurópodos recientemente encontrados en Australia, de 95 a 98 millones de años de antigüedad. Entre ellos está un género y una especie nuevos llamada Savannasaurus elliottorum.

Los hallazgos -publicados el 20 de octubre de 2016 en Scientific Reports- indican que los saurópodos de Australia, entre ellos los titanosaurios, no llegaron al continente sino hasta hace unos cien millones de años, decenas de millones de años después de que ya habían llegado otros tipos de dinosaurios.

Aún más, el árbol genealógico apunta muy sólidamente a que los saurópodos de Australia descienden de antepasados sudamericanos. Si esos resultados se sostienen, entonces eso significa que los saurópodos tuvieron que haberse desplazado por tierra desde Sudamérica hasta Australia durante el cretáceo, cuando los continentes a la deriva estaban casi en la misma posición que tienen ahora.

¿Cuál era la única ruta terrestre en ese tiempo? Una Antártida sin hielo, habitable para los saurópodos gracias por una antigua racha de calentamiento global natural.

"Comparando la evolución de estos saurópodos con el cambio en la posición de los continentes, es posible que hayamos podido determinar cuándo emigraron estos titanosaurios", explica el autor del estudio, Stephen Poropat, paleontólogo del museo australiano Era de los Dinosaurios en Winton, Queensland, Australia.

No hubiera sido posible trazar la ruta de los titanosaurios por la Antártida sin los huesos recién estudiados, que son un agregado vital en el registro fósil de Australia, que por mucho tiempo había estado escaso en saurópodos. Además del Savannasaurus, entre los restos se halla el primer cráneo de saurópodo que se haya encontrado en Australia, que pertenece a una especie que ya se conocía llamada Diamantinasaurus matildae.

"Australia siempre ha sido uno de los desafortunados hoyos negros", comentó en un mensaje de correo electrónico Stephen Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo que no participó en el estudio. "Sabemos muy poco acerca de los dinosaurios que vivieron ahí y eso ha dificultado estudiar cómo se desplazaron los dinosaurios por todo el mundo."

Agrega que "el esqueleto recién descubierto de Savannasaurus (...) nos ofrece un muy buen atisbo a cómo pudieron haber sido los gigantescos saurópodos de cuello largo que hicieron su hogar en Australia." 

Un dinosaurio en su propia categoría

Como sugiere el nombre del Savannasaurus, sus huesos fueron hallados en una pradera del este de Australia en 2005. Los restos fueron detectados por David Elliott, un criador de ovejas australiano y entusiasta de los dinosaurios que revitalizó el estudio de los fósiles australianos, fundando el Museo Australiano Era de los Dinosaurios.

Las excavaciones de 2005 sacaron más restos de Savannasaurus, incrustados en piedra más dura que el concreto. Se necesitaron años de trabajo de voluntarios para extraer los huesos de su estuche, y todavía más años para que Poropat y sus colegas examinaran los restos.

"Se ha necesitado mucho tiempo para llegar a conocer al dinosaurio descrito, pero ha sido en extremo emocionante", señaló Elliott en una declaración. "Es muy diferente de la mayoría de los demás saurópodos de todo el mundo."

Como todos los saurópodos, el Savannasaurus tenía huesos huecos y bolsas de aire por todo el cuerpo, un intento evolutivo de aligerar su enorme esqueleto. El dinosaurio probablemente tenía unos 6.5 metros de altura y ha de haber pesado de 15 a 20 toneladas.

Pero en cierto sentido, el Savannasaurus es una clase aparte, literalmente. Uno de los autores del estudio, Paul Upchurch, paleobiólogo y experto en saurópodos del Colegio Universitario de Londres, asegura que las caderas del dinosaurio eran en extremo anchas, lo que posiblemente le diera estabilidad y flexibilidad al caminar por ambientes de tierra adentro.

La pelvis también le parece peculiar a Upchurch. "Hay sitios donde los huesos son delgados como papel", indica. "Nunca había visto una lámina de hueso tan delgado en la pelvis de un saurópodo."

Poropat agrega que el vientre del dinosaurio debió haber sido enorme, lo que indica que el sistema digestivo era intricado y extenso, capaz de absorber más nutrientes de los alimentos que el de sus parientes más esbeltos.

"El Savannasaurus parecía una enorme cuba de fermentación (...) y un hipopótamo de cuello largo y patas largas, en términos de la constitución actual del cuerpo", explica Poropat.

Pero los dos investigadores aseguran que falta mucho trabajo por hacer para conocer al Savannasaurus y sus parientes. Y para descubrir cómo llegaron al Continente Austral.

Poropat asegura que el equipo pronto redoblará esfuerzos y estudiará a fondo los fósiles recién descubiertos, confirmando la asignación de especies.

Y Upchurch revela que el equipo ya está mejorando el árbol genealógico recién publicado, lo que podría ayudar a conocer cómo vivieron esos titánicos animales, cómo se dispersaron por toda la tierra en la antigüedad y cómo murieron.

"Esos dinosaurios estaban explorando los límites, en términos de lo que pueden hacer los animales terrestres", afirmó.

Pablo Iglesias y Mariano Rajoy están de acuerdo en algo: aman a los dinosaurios

La ciencia no sirve de nexo unión entre personas con distinta ideología: a conservadores y liberales les interesan diferentes áreas científicas, con excepciones. 

Que la paleontología sea un lugar de encuentro para personas que piensan diferente, es una buena noticia. En realidad este estudio es otro ejemplo de cómo los dinosaurios atraen poderosamente nuestra atención.

Rajoy con Iglesias en una imagen de archivo. / EFE
Asuntos científicos como el cambio climático, la experimentación con células madre o incluso la teoría de la evolución darwiniana dividen a la sociedad, o a cierta parte de ella, en partidarios y detractores. Sin embargo, sondeos como los realizados por el Pew ResearchCenter (en EEUU) y las encuestas de percepción social de la ciencia y latecnología (llevada a cabo en España por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología) sugieren que la ciencia se encuentra entre las profesiones más valoradas por la población.

Si los hallazgos científicos se basan en evidencias y hechos probados, ¿no podrían entonces suponer un posible nexo de unión para una sociedad dividida por motivos culturales?

Según un reciente estudio, esto podría no ocurriren el plano político. La ideología de los ciudadanos influye en su parecer sobre ciertos temas científicos y sesga su interés por unas u otras ramas del conocimiento. Así lo demuestra el trabajo elaborado por investigadores de distintas universidades estadounidenses y publicado esta semana en Nature HumanBehaviour.

"Hemos encontrado que en ciencia hay claras diferencias en la lectura de temas y libros específicos, sugiriendo que la ciencia no es inmune al partidismo y a la resonancia del discurso político moderno", señala James Evans, coautor del estudio y experto en sociología de la Universidad de Chicago. Evans habla de literatura porque él y sus colaboradores han analizado las diferencias entre los textos de divulgación científica que suelen leer liberales y conservadores. Y los resultados que han obtenido demuestran que la ideología marca la preferencia por cierto tipo de títulos.

Aunque todos los lectores, ya sean de derechas o de izquierdas, muestran interés por los títulos sobre ciencia, el estudio determinó que cada uno de estos grupos se decanta por un conjunto de disciplinas. Mientras que los liberales prefieren las ciencias básicas, como la física, la astronomía y la zoología, los más conservadores optan por las ciencias aplicadas, como la medicina, la criminología y la geofísica. Incluso en aquellas áreas que atraen a ambas facciones, como las ciencias sociales y la climatología, existen diferencias en la clase de títulos elegidos. Según los autores, este fenómeno es un reflejo de la polarización ideológica que existe en los temas científicos más relevantes para las políticas públicas.

"Resulta que liberales y conservadores sólo pueden ponerse de acuerdo sobre los dinosaurios, pero no mucho más", ha asegurado a medios estadounidenses Michael Macy, coautor del trabajo y director del Laboratorio de Dinámicas Sociales de la Universidad de Cornell (Nueva York). Los resultados del estudio sugieren que únicamente los textos sobre estos reptiles prehistóricos (y la paleontología en general) y la medicina veterinaria interesan a los partidarios de ambas ideologías. Según los autores, cuanto menos relevante es un tema científico para la política, más posibilidades tiene de servir de puente de unión entre los defensores de diferentes doctrinas.

LIBROS PARA TODOS LOS GUSTOS

Los investigadores estadounidenses analizaron más de 25 millones de compras anónimas y casi un millón y medio de libros de las plataformas de Amazon y Barnes&Noble. Además, recogieron datos de las recomendaciones sobre títulos relacionados o adquiridos por otros lectores y clasificaron los volúmenes según su ideología y el tema científico que trataban.

Los resultados revelaron que tanto los compradores de derechas como los de izquierdas leen más títulos sobre ciencia que sobre otros temas de no ficción, como deportes o arte. Sin embargo, los lectores de extremos opuestos del espectro político estaban mucho más polarizados en ciencia que en esas otras áreas y eran menos proclives a leer el mismo tipo de libro.

"Los lectores azules [así nombraron a los liberales] prefieren campos inspirados por la curiosidad y conceptos de ciencia básica, mientras que los rojos[conservadores] prefieren áreas aplicadas, como el derecho y la medicina, y aquellas disciplinas que patentan intensivamente", asegura el autor principal del trabajo, el investigador de la Universidad de Carolina del norte Feng Shi. "Una explicación potencial es que los lectores liberales prefieren los enigmas científicos, mientras que los conservadores se centran en la resolución de problemas", añade Shi.

Incluso en aquellos casos en los que las personas de izquierdas y derechas coincidían en un área del conocimiento, como la paleontología, las ciencias ambientales o las políticas, raramente elegían la misma clase de título. Las elecciones de los conservadores tienden a concentrarse en la periferia de una disciplina y en libros algo remotos. Sin embargo, los títulos preferidos por los liberales están menos relacionados entre sí, son más diversos y están más cerca de los temas centrales de un área científica.

Por otro lado, el análisis de las sugerencias literarias determinadas por los algoritmos de ambas plataformas mostró que estas herramientas matemáticas contribuyen a la polarización de las preferencias al reforzar la elección de títulos similares y proponer libros científicos a nuevos usuarios de acuerdo a su ideología. Así, estas tecnologías aumentan ese efecto de resonancia patente en la cultura política por el que los individuos tienden a confiar en teorías e interesarse por productos que confirman sus propias creencias.

domingo, 9 de abril de 2017

Salas de los Infantes reactiva el proyecto del nuevo Museo de Dinosaurios

La reivindicación del nuevo museo nunca ha sido abandonada por los salenses. La Junta manifestó en 2004 publicamente su compromiso de construirlo. Esperamos que sea una oportunidad que por fin se plasme en un proyecto concreto. La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León apoyará cualquier iniciativa que vaya en esa dirección.

Burgos, 8 abr (EFE).- El Ayuntamiento de Salas de los Infantes (Burgos) reactivará en los próximos meses la construcción del nuevo Museo de los Dinosaurios, un proyecto comprometido por la Junta de Castilla y León hace más de una década y destinado a dar cabida a los hallazgos paleontológicos de la Sierra de la Demanda burgalesa.

La alcaldesa de Salas de los Infantes, Marta Arroyo, ha explicado a Efe que la Junta de Castilla y León estaría dispuesta a recuperar la intervención de cara a próximos ejercicios presupuestos.

No existe un compromiso cerrado, por ejemplo, para 2018, pero el director general de Patrimonio, Enrique Saiz, ha mostrado su interés en reactivar el proyecto, pendiente desde hace más de una década.

Arroyo ha recordado que, a finales de la legislatura 2007-2011, la Junta se comprometió "en firme" a construir un nuevo Museo de los Dinosaurios, ya que el inaugurado en 2001 se había quedado pequeño.

Sin embargo, la gestión administrativa se encontró con problemas, entre ellos, falta de consenso en la parcela municipal ofrecida para levantar el edificio, con algún rechazo del Gobierno autonómico.

Sin parcela y con la crisis aplicando recortes en las inversiones de la Junta, el proyecto se paralizó al no considerarse "prioritario", ha explicado la alcaldesa.

La situación económica parece que se recupera ahora, que la Junta está dispuesta a retomar inversiones así que es el momento de que el proyecto de Salas de los Infantes se reactive.

De ahí que Enrique Saiz haya pedido una propuesta de parcela que esté consensuada con la dirección del Museo de los Dinosaurios, los grupos municipales y el Colectivo Paleontológico-Arqueológico(CAS), ha precisado.

"Lo más importante" es decidir qué parcela se va a ofrecer a la Junta, asegurándose de que cuando arranque el proyecto no se van a generar problemas, ha apuntado la alcaldesa.

De este modo, la pelota está ahora en el tejado del Ayuntamiento de Salas de los Infantes, que ya ha iniciado contactos con políticos y científicos, y ha encontrado "buena disposición".

El objetivo es comenzar a trabajar de manera efectiva pasadas las fiestas de Semana Santa y, cuando se alcance un consenso, trasladar la decisión a la Dirección General de Patrimonio.

Marta Arroyo ha asegurado que no se marcan plazos, ya que en 2017 poco se puede hacer y, como pronto, la Junta podría incluir el nuevo Museo de los Dinosaurios en el presupuesto de 2018.

Enrique Saiz no se ha comprometido al respecto, ha matizado la alcaldesa, pero una opción sería sacar a concurso la redacción del proyecto y adjudicarlo a lo largo del próximo ejercicio.

Mientras, en el Ayuntamiento de Salas de los Infantes proyectan construir este año un almacén anexo a las dependencias actuales del Museo de los Dinosaurios, una iniciativa prevista desde 2014.

Es una necesidad "imperiosa", que paliará en parte el "colapso" del museo por falta de espacio, ha afirmado la regidora, y tendrá que estar al menos construido antes de finalizar 2017.

El proyecto cuenta con una subvención de la Diputación de Burgos de 32.000 euros, para completar con una partida municipal similar.

Una vez se aprueben los presupuestos del Ayuntamiento se podrán iniciar los trámites administrativos para contratar las obras, ya que el proyecto está redactado.

De hecho, el equipo científico del museo elaboró en su momento hasta tres propuestas; ahora solo quedaría revisarlas y, tras las actualizaciones pertinentes, sacar a concurso su ejecución.

Además, el Museo de Dinosaurios realizará este año trabajos de consolidación y restauración de materiales paleontológicos que se han ido descubriendo en los yacimientos de la Sierra de la Demanda.

Se trata de una zona rica en restos paleontológicos, en icnitas y huesos fósiles de dinosaurio, ha recordado Fidel Torcida, director del museo y responsable del CAS.

El material almacenado es numeroso y exige un trabajo delicado de consolidación, restauración y estudio.

De este modo, con una ayuda de la Diputación de 20.000 euros, y una aportación municipal, se va a contratar a un especialista para que trabaje exclusivamente en esta intervención.

Se aprovechará también para escanear los huesos y documentarlos en 3D a fin de facilitar una conservación virtual y crear material para divulgación científica.

sábado, 8 de abril de 2017

Boletín Informativo nº 67, invierno 2017

Ya tenemos disponible el último Boletín informativo número 67 de la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León. Podéis descargaros aquí el sexagésimo séptimo boletín de nuestra Fundación Dinosaurios CyL.






































miércoles, 5 de abril de 2017

El Museo de Ciencias Naturales ofrece “Dinosaurios en el lienzo”, la muestra de Paleoarte más importante que se ha expuesto en Zaragoza

La nueva exposición cuenta con 46 obras que ilustran la visión de paleoilustradores de diferentes países sobre el mundo de los dinosaurios














Hasta el 20 de Mayo se puede visitar de forma gratuita en horario de lunes a sábado de 11 a 14h y de 17 a 21h.

(Zaragoza, miércoles, 5 de abril del 2017). Los visitantes al Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza pueden disfrutar hasta el 20 de Mayo de la exposición titulada “Dinosaurios en el lienzo. Imágenes de un mundo perdido”. Es la muestra de Paleoarte más importante que se ha expuesto en Zaragoza y es la primera de este tipo que se muestra en el Museo. El Paleoarte es una disciplina que está en auge en los últimos años y que se dedica a la reconstrucción de los animales extinguidos a partir de los fósiles que conocemos de ellos. Este auge está relacionado con el interés social por los fósiles, especialmente de dinosaurios. 

Dinosaurios en el lienzo es una exposición que muestra una selección de las obras presentadas al Concurso Internacional de ilustraciones científicas de Dinosaurios que organiza anualmente la Fundación Dinosaurios de Castilla y León. Se pueden ver 46 obras que ilustran la visión de paleoilustradores de diferentes países sobre el mundo de los dinosaurios. Además, se expone una ilustración gigante del paisaje cretácico (hace aproximadamente 125 millones de años de antigüedad) de la zona de Salas de los Infantes (Burgos).

La exposición puede visitarse de lunes a sábado de 11 a 14 h. y de 17 a 21 h. en la sala Odón de Buen del Museo. La visita es gratuita.

Entre las obras hay diferentes estilos, desde piezas hiperrealistas, hasta obras con una visión más personal y artística. Los paleoilustradores desarrollan técnicas diversas y aplican distintos criterios estéticos para plasmar el conocimiento científico en imágenes no exentas de belleza. En algunas predomina el sentido descriptivo, mientras en otras se indaga en la conducta o en la biología de los dinosaurios. La calidad de estas obras está muy relacionada con el aumento de la información científica sobre los dinosaurios, de cómo eran y de los lugares donde vivían. 

Varios de los paleoartistas representados en esta exposición tienen un amplio currículo de premios y trabajos con instituciones científicas o publicaciones internacionales. Podemos citar como ejemplos a Davide Bonadonna (Italia), Sergey Krasovskiy (Ucrania), Nikolay Litvinenko (Rusia), Martina Charnelli (Argentina), Rodolfo Nogueira Soares (Brasil) o Juan José Castellano (España).

Esta muestra es consecuencia del convenio de colaboración del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes con la Universidad de Zaragoza para investigar y divulgar los dinosaurios de Castilla-León. Los investigadores del grupo Aragosaurus-IUCA han participado en la descripción de algunos de los dinosaurios más interesantes de Burgos como Demandasaurus (también presente en esta exposición). En esta ocasión se trata de que los zaragozanos puedan disfrutar de las reconstrucciones únicas de los dinosaurios burgaleses y de otras partes del mundo.

sábado, 1 de abril de 2017

Tras décadas de estudio, podríamos estar completamente equivocados sobre el sexo de los dinosaurios

Si te pusieran una pareja de triceratops vivos delante ¿Sabrías decir cuál de los dos es la hembra y cuál es el macho? La pregunta ilustra perfectamente un problema del que se habla poco en paleontología: en realidad no tenemos ni idea de cómo distinguir un dinosaurio macho de una hembra.

Por supuesto, no es algo de lo que se pueda culpar a los paleontólogos. No es fácil determinar el sexo de un animal extinto cuando solo tienes a mano huesos petrificados hace cientos de millones de años. Lo único que los especialistas pueden hacen es una educada suposición basada en algo que conocemos muy bien: el dimorfismo sexual.

La mayor parte de animales de una misma especie presentan diferencias a nivel fisionómico entre machos y hembras. Los leones son diferentes de las leonas, las arañas hembra a menudo son mucho más grandes que el macho, y los pájaros de género masculino suelen ser más grandes y con diferente plumaje que sus contrapartidas femeninas.

Los leones son un ejemplo típico de diformismo sexual. Foto: Wikipedia
Durante décadas, la ciencia ha aplicado la hipótesis de que las diferencias entre machos y hembras también se aplican a los dinosaurios. Sin embargo, se trata de una conjetura pura y dura. El paleontólogo Jordan Malllon, del Museo de Historia Natural de Canadá, ha publicado un estudio en el que ilustra las dudas sobre la clasificación actual entre dinosaurios machos y hembras.

Mallon no pretende desacreditar a todos sus colegas de profesión, ni tiene una taxonomía propia que ofrecer. Sencillamente quiere llamar la atención sobre el hecho de que no tenemos ninguna prueba concluyente que permita determinar, por sus fósiles, si un dinosaurio es macho o hembra. Simplemente asumimos su sexo en virtud de una serie de diferencias fisonómicas en los huesos, pero podría tratarse de un ejemplar inmaduro o incluso de otra especie completamente diferente.

Titanosaurios. Ilustración: Bogdanov/CC BY-SA 3.0
El paleontólogo pone como ejemplo un vasto estudio sobre restos de protoceratops que confía en algunos aspectos como el tamaño de las caderas o los cuernos en el cráneo. Revisando el estudio se llega a la conclusión de que esas características no bastan para sustentar el dimorfismo.

Todo esto no quiere decir que sea completamente imposible diferenciar un dinosaurio macho de una hembra. Hay algunas características inequívocas, como la presencia de un tejido óseo específico de las hembras que las ayuda a la producción extra de calcio para los huevos. El problema es que ese tipo de tejidos son muy difíciles de encontrar en restos fósiles, y a menudo no se pueden relacionar con otras características. Nos queda, en definitiva, mucho por aprender sobre los reptiles gigantes que poblaron la Tierra durante millones de años. [Paleobiology vía Science Alert]

La cara más sensible del tiranosaurio

Un equipo de paleontólogos ha descubierto una nueva especie, cuyo hocico tenía un alto grado de sensibilidad táctil


Nuevo tiranosaurio sofistica el 'look' y los sentidos de la especie MADRID
EUROPA PRESS
La familia del tiranosaurio rex acaba de ganar un nuevo miembro. Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto el Daspletosaurus horneri, un tiranosaurio de nueve metros de largo y dos metros de altura, que vivió en la región de Montana (EE UU) hace entre 71 millones y 75 millones de años. La investigación indica que esa especie evolucionó directamente de su pariente geológicamente más viejo (el Daspletosaurus torosus), a través de una rara forma de evolución conocida como anagénesis, que se da cuando una especie se transforma gradualmente en una nueva. Ese proceso poco común en los dinosaurios explicaría otro hallazgo de los científicos: los tiranosaurios tenían caras como una máscara escamosa, sin labios, y un hocico con alto grado de sensibilidad táctil, como los cocodrilos.

Los investigadores, liderados por Thomas Carr, experto en la evolución del T. rex, utilizaron fósiles para comparar el cráneo de la especie con los de los cocodrilos, aves y algunos mamíferos, y descubrieron que los tiranosaurios poseían una "compleja red sensorial" basada en un nervio craneal (trigémino), que tiene funciones de sensibilidad y motricidad. Jayc Sedlmayr, biólogo experto en anatomía evolutiva y coautor del trabajo, explica que ese nervio se ha convertido, a lo largo de la evolución, en una especie de sexto sentido en diversos vertebrados: funciona como un campo magnético para la migración de las aves; un sistema que permite a los ornitorrincos identificar el riesgo de predadores y a las serpientes a encontrar sus presas; ayuda a los cocodrilos a identificar las diferentes vibraciones en el agua y convierte la trompa de los elefantes en una especie de mano sensible.

"Lo mismo ocurrió con toda la cara de los tiranosaurios", concluye Sedlmayr. Los científicos —que han publicado este jueves los resultados en la revista Nature— creen que, gracias a los órganos sensoriales, esos animales cazaban con más precisión, pero también podían frotar sus caras como parte importante del juego preliminar para la cópula. Las hembras eran capaces de detectar el sitio con la mejor temperatura para poner un nido y los adultos aprendían cómo manipular los huevos de manera segura. Algunos de esos comportamientos se parecen al de los cocodrilos, según los expertos, pero Sedlmayr también señala que hay similitudes con los humanos. "De alguna manera, los componentes faciales del nervio trigémino de estos dinosaurios reflejan los nuestros. Ese nervio nos permite sentir los músculos faciales y afinar y coordinar las manifestaciones emocionales y sociales", explica.

Los tiranosaurios han estado representados en los medios de comunicación —desde galerías de museos hasta éxitos de taquilla de Hollywood— y posiblemente se convirtieron en los dinosaurios más emblemáticos de la cultura moderna. A Thomas Carr siempre le ha parecido irónico que no se hubiese estudiado rigurosamente la apariencia de la cara de los animales que él define como los "embajadores de la historia natural", a pesar de la disponibilidad de fósiles bien conservados, datos publicados sobre sus parientes vivos más cercanos (aves y cocodrilos) y métodos comparativos modernos. "Es un tema que ha estado en mi cabeza desde hace años", cuenta.

Para investigarlo, Carr y su equipo fueron más allá de la paleontología y desarrollaron su estudio básicamente en el laboratorio, con la disección de aves como dinosaurios vivos y cocodrilos como sus parientes vivos más cercanos, y basado en las similitudes de los nervios faciales y las arterias encontradas en cada especie. "Los avances tecnológicos en datación radiométrica [procedimiento que determina la edad absoluta de un fósil] son claves para responder a muchas cuestiones sobre la evolución de los dinosaurios", sostiene Eric Roberts, profesor de Geociencia en la Universidad James Cook, de Australia. Para él, el descubrimiento de una nueva especie de tiranosaurio es "solo la punta del iceberg" de los posibles hallazgos dentro de los próximos años.