Hace 66 millones de años, el temible dinosaurio carnívoro Majungasaurus crenatissimus merodeaba las llanuras semi-áridas de Madagascar.
Sus poderosas mandíbulas , y sus fuertes patas lo hacían muy temible. Ni siquiera su propia familia estaban a salvo, Majungasaurus era conocido por participar en el canibalismo.
Ahora, un nuevo estudio publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology muestra que hubo una parte de su cuerpo que no era de temer: sus brazos. Eran demasiado cortos y tenía los dedos gruesos por lo que parece, no podía agarrar nada con ellos.
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Fotografía: Sarah H. Burch
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