La Sierra de la Demanda, en plena región de Comunero de Revenga, al sureste
de la provincia de Burgos, cuenta con una riqueza paleontológica de gran calado
objeto de estudio de toda la comunidad científica mundial. La zona cuenta con
un Museo de los Dinosaurios en la
localidad de Salas de los Infantes, así como varios yacimientos en Regumiel de
la Sierra – donde se pueden divisar claramente huellas de dinosaurio- y en
Hacinas –en el que se localizan los fósiles arbóreos más perfectos de la
Península-. Un territorio tan fecundo en hallazgos jurásicos que hasta tiene su
propio saurópodo: el Demandasaurus darwini, el más
peculiar que se ha descrito hasta el momento, ya que es la única especie de su
familia encontrada en Europa, Asia y América del Norte.
El ‘Jurassic Park español’, como
lo consideran los expertos, es la zona de Comunero de Revenga, una región al
nordeste de Burgos rica en yacimientos paleolíticos y arqueológicos coronada
por la Sierra de la Demanda que consta de numerosos puntos de interés para
todos los viajeros a los que les guste los dinosaurios y los fósiles.
El recorrido empieza en Salas de
los Infantes, la localidad más poblada de la comarca, donde se sitúa el Museo
de los Dinosaurios. Creado a partir de la colección que donó el Colectivo
Arqueológico-Paleontológico de Salas al ayuntamiento, el museo está construido
en zig-zag con dos grandes temáticas: la arqueología y la paleontología. En la
primera área se encuentran reconstrucciones como la de un megalito, el interior
de una casa celtibérica y un altar romano, así como una réplica en piedra
caliza del arco visigótico de la ermita de Quintanilla de las Viñas, ejemplo
notable de la escultura de este arte.
En la parte referida a la
paleontología es cuando el museo se convierte en único. En esta sala se
encuentran restos que datan del cretácico inferior –unos 140 millones de años-
e incluso más antiguos. La estatua a escala real de un alosaurio marca el
comienzo y da paso a ejemplares insólitos de vegetales fósiles como los tallos
de helechos arborescentes,troncos,piñas de coníferas, pólenes perfectamente
conservados, restos de pequeños dinosaurios corredores como el Hipsilofodonte –
dientes y esqueletos-, las espinas defensivas de un animal acorazado como el
Polacanthus –de gran importancia científica dada la escasez en el registro
fósil europeo de este tipo de dinosaurio- o el cráneo, colmillos y huesos de la
mano de un Baryonyx, un gran dinosaurio carnívoro de hocico largo y bajo.
Pero el plato fuerte viene al
final. Restos dehuevos de dinosaurio, uno de ellos prácticamente entero,
pertenecientes a un saurópodo titanosáurido –los ejemplares más grandes de la
era mesozoica- comienzan un recorrido en el que se pueden ver, entre otros,
unhueso del pie en forma de ‘T’ de un dinosaurio de más de 25 metros, un fémur
de 1.10 metros de alto, dos huesos de la cadera, vértebras caudales, costillas
y otros restos del denominadoDemandasaurus darwini, un titán de 12 metros
hallado y censado en las cercanías de Salas de los Infantes. Otros fósiles de
especies únicas en el mundo como el lagarto Arcanosaurus ibericus o la tortuga
terrestre Larachelus morla ponen el broche a una visita inigualable.
Más allá de Salas de los Infantes
y su museo temático, hay muchos más reclamos en Comunero de Revenga para los
amantes de lo jurásico. En Regumiel de la Sierra, a tan solo 15 minutos en
coche desde Salas, se encuentra un rastro icnológico, o conjunto de huellas de
pisadas de un animal, de dinosaurios del jurásico superior. El rastro,
conformado por nueve conjuntos de huellas bien definidas y otras cuatro más
aisladas, pertenecen a las familias de los Iguanodones y los Megalosaurios,
están muy bien conservadas, aunque la presión humana y las condiciones
climatológicas están erosionando el valle poco a poco.
Por último, los atraídos por la
belleza e historia de los fósiles tienen igualmente una cita en la localidad de
Hacinas. Sus árboles fósiles son también únicos en el mundo, ejemplares
espectacularmente conservados con una antigüedad de más de 120 millones de
años, que aparecieron en los años 40 del siglo pasado enterrados y rodeados de
material fluvial. Hoy en día hay tres árboles fósiles expuestos en Hacinas y,
al menos, otros siete bajo tierra esperando a ser desenterrados. La historia
viva de la humanidad que ha llevado consigo restos de insectos, plantas,
bacterias…. Burgos, tras el yacimiento de Atapuerca, vuelve a ser el origen
mismo de la vida.
Fuente: Informaria Digital
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