Paleontólogos argentinos
lideraron el estudio de la primera especie de dinosaurio identificada en
Colombia. Este hallazgo demuestra que los braquiosáuridos lograron sobrevivir,
al menos hasta el Cretácico medio, al norte del supercontinente Gondwana.
El investigador del Museo Egidio
Feruglio (MEF) José Luis Carballido comentó a la Agencia CTyS que “es la primera especie de dinosaurio reconocida
en Colombia y también en toda América ecuatorial y le hemos dado el nombre
de Padillasaurus
leivaensis”.
Este ejemplar pertenece al grupo
de los braquiosauridos, unos dinosaurios herbívoros, cuadrúpedos y de cuello
largo que surgieron durante el Jurásico y lograron distribuirse por todo el
mundo hace 150 millones de años.
Sin embargo, este grupo comenzó a
reducirse posteriormente y, a partir del período Cretácico, que comenzó hace
145 millones de años, solo se tenía registro de braquiosáuridos en
Norteamérica, que en ese momento estaba separada por un océano de Colombia,
donde se produjo el nuevo descubrimiento.
“La antigüedad de este ejemplar
es de aproximadamente 130 millones de años, por lo que ahora se conoce que los
braquiosauridos no se habían extinguido en Gondwana”, destacó Carballido, autor
principal del paper que se publicó en la revista científica Journal of
Vertebrate Paleontology.
Cuando surgieron los
braquiosáuridos, el mundo estaba formado por un único supercontinente, llamado
Pangea. Pero, hace 150 millones de años, la Tierra se había dividido en dos
grandes continentes: uno, al Norte, llamado Eurasia, que comprendía América del
Norte, Europa y gran parte de la actual Asia; otro, al Sur, llamado Gondwana,
que estaba compuesta por América del Sur, África, Oceanía, India y la
Antártida.
“Por el Padillasaurus leivaensis,
sabemos que este grupo de animales terrestres vivieron en la parte norte de
Gondwana, a bajas latitudes, porque tenemos buenos yacimientos en Argentina
para esta época y, sin embargo, nunca hemos descubierto braquiosáuridos aquí,
por lo que pensamos que alguna barrera geográfica o algún factor relacionado a
la alimentación evitó que llegaran hasta aquí”, explicó el paleontólogo del
MEF.
Descubrir la edad a lo Sherlock
Holmes
El hallazgo de este ejemplar se
produjo hace aproximadamente 15 o 20 años y los fósiles quedaron sin identificar
en una vitrina de un centro comunal de Villa de Leyva, una localidad ubicada a
poco más de 100 kilómetros de Bogotá.
El doctor Carballido le contó a
la Agencia CTyS que “costó mucho precisar de qué lugar se extrajeron estos
materiales y qué antigüedad tenían, y si no resolvíamos estas dos cuestiones,
estos fósiles pasaban a tener poco valor y era difícil que hubiéramos podido
publicar el estudio”.
Pero, para suerte de los
investigadores, había amonites en la roca alojada entre las vértebras del
Padillasaurus. “Los amonites son unos cefalópodos marinos que tuvieron
modificaciones evolutivas muy rápidas, por lo que cada especie es
característica de un determinado momento”, puntualizó Carballido. Y agregó:
“Entonces, al identificar las especies que estaban en esa roca, pudimos saber
que el braquiosáurido vivió hace unos 130 millones de años”.
A partir de saber la antigüedad
de los amonites, se verificó qué yacimientos en los alrededores de Villa de
Leyva tenían 130 millones de antigüedad y así se pudo determinar el área en el
que se tuvo que haber encontrado la única especie de braquiosáurido conocida
hasta ahora en Gondwana.
Características del Padillasaurus
leivaensis
Se encontraron unas ocho
vértebras de la parte anterior de la cola de este ejemplar que pudo haber
alcanzado los 18 metros de longitud. “Si bien no están muy completos los
materiales, observamos particularidades que nos permitieron identificar una
nueva especie”, indicó José Luis Carballido.
Mientras que los ejemplares de
braquiosáuridos descubiertos en Norteamérica en el período Cretácico tienen las
espinas neurales de las vértebras de la cola dirigidas levemente hacia
adelante, el Padillasaurus leivaensis tiene dichas espinal dirigidas hacia
atrás.
“Se trata de un nuevo linaje,
pero sabemos muy poco de este nuevo grupo, porque no tenemos fósiles de sus
miembros anteriores o posteriores, por ejemplo, pero imaginamos que, como
cualquier braquiosáurido, tenia los miembros anteriores muy largos, lo que les
daba una postura algo semejante al de una jirafa”, describió el paleontólogo.
El nombre de esta nueva especie
es en homenaje al exdirector del Centro de Investigaciones Paleontológicas
(CIP) de Villa de Leyva, Bernardo Padilla, quien impulsó el estudio de los
materiales que estaban guardados en el centro comunal de esa misma localidad y,
en consecuencia, se puso en contacto con investigadores argentinos del Museo
Egidio Feruglio.
Durante el Cretácico, la zona
donde aparecieron los fósiles estaba cubierta por mar, por lo que
principalmente allí se encuentran muchos fósiles marinos, como así también
troncos, piñas, semillas, frutos. En ese marco, el Padillasaurus es una clara
excepción, cuyo estudio fue encabezado por los paleontólogos argentinos José Luis
Carballido y Diego Pol.
La lenta danza de los continentes
Parece curioso que, en algún
momento, América del Norte estuvo unida a Europa y bien alejada de Sudamérica.
“A nosotros, los humanos, nos parece que está todo estático, que Europa está a
determinados kilómetros y que no se mueve, pero la verdad es que todos los años
hay desplazamientos de centímetros”, afirmó Carballido.
América del Sur se separa de
África actualmente y, mientras unos bloques de tierra se separan, otros se
acercan. Por ejemplo, la Isla de Pascua se unirá a la costa chilena. Si bien es
imperceptible a nuestros ojos, las diferencias son tremendas en el transcurso
de millones de años.
Algunos océanos serán más
grandes, otros terminarán por desaparecer. Incluso, es probable que en su
danza, los continentes vuelvan a bailar pegados otra vez.
Hoy separados, los continentes
estuvieron unidos en Pangea. Pero, antes de Pangea, ya habían estado separados
y, cuando el Planeta era aun más joven, estaban unidos en otro supercontinente
conocido con el nombre de Rodinia.
Al respecto, el doctor Carballido
contó que “es muy probable que en algún momento todos los continentes se
vuelvan a unir, porque la Tierra se va reciclando permanentemente y nosotros
podemos percibir esos cambios a través de los volcanes y terremotos, que son
consecuencias del movimiento de las placas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario