CAROLA RADKE/MUSEUM FÜR NATURKUNDE
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Científicos han logrado explicar cómo la oscuridad y el frío
que se generó tras el impacto de un asteroide contra la Tierra, fueron los
causantes de la extinción de los dinosaurios.
Concretamente, los expertos del Instituto Potsdam para la
Investigación del Impacto Climático (PIK) han reconstruido unas pequeñas gotas
de ácido sulfúrico que se formaron a gran altura en el aire tras el impacto. A
través de simulaciones por ordenador, se ha demostrado que estas gotitas dieron
como resultado un enfriamiento de larga duración que, según dice el estudio,
contribuyó con mucha probabilidad a la muerte de los dinosaurios presentes en
la Tierra en esa época.
Del mismo modo, el choque entre la roca y el planeta sumió a
este último en una larga oscuridad que duró años y habría tenido una gran
influencia en el desarrollo de la vida existente.
Julia Brugger, autora principal del estudio, que se publica
en 'Geophysical Research Letters', ha señalado que este trabajo aporta
"nuevas perspectivas" para la comprensión de este suceso de la
historia de la Tierra del que hay varias teorías. Y es que, según ha destacado,
se ha usado por primera vez un tipo específico de simulación por ordenador que
normalmente se aplica a otros contextos: un modelo climático que combina
atmósfera, océano y hielo marino.
"Se basa en investigaciones que muestran que los gases
que contienen azufre, y que se evaporan tras el impacto violento del asteroide,
fueron el factor principal para bloquear la luz del Sol y el enfriamiento de la
Tierra", ha apuntado la científica en un comunicado.
DE UN CLIMA CALUROSO A UNA MEDIA DE 5ºC
Brugger ha explicado que la media de la
temperatura del aire en superficie se redujo en al menos 26ºC. De este modo,
los dinosaurios que estaban acoplados a un clima caluroso se debían adaptar a
una media anual por debajo de 0ºC durante unos tres años. "Evidentemente,
las capas de hielo se expandieron, incluso en las zonas tropicales, por lo que
las temperaturas medias anuales que eran de 27ºC pasaron a ser de tan sólo
5ºC", ha declarado.
A largo plazo, el enfriamiento causado por los aerosoles de
sulfato fueron mucho más importantes para la extinción masiva que el polvo que,
según defiende otra de las teorías de la extinción, se mantuvo en la atmósfera
durante un tiempo relativamente corto. Para Brugger también ha sido más
importante que los eventos locales, como incendios forestales o tsunamis, que
también señalan otros trabajos científicos.
"El clima tardó
unos 30 años para recuperarse de este impacto", ha señalado el coautor del
trabajo, Georg Feulner, basándose en los datos que ha facilitado la simulación
informática del evento.
LOS OCÉANOS SE ENFRIARON
Pero el enfriamiento no sólo afectó a la superficie del
planeta, sino que la circulación oceánica también se vio perturbada. Los
científicos han explicado que las aguas superficiales se enfriaron,
convirtiéndose así en más densas y más pesadas. Estas masas de agua más frías
se hundieron en las profundidades, el agua más caliente desde las capas más
profundas del océano subieron a la superficie, llevando nutrientes que
probablemente propiciaron las floraciones masivas de algas.
Es concebible que estas floraciones de algas produjeran
sustancias tóxicas, afectando aún más la vida en las costas. "Sin embargo,
en cualquier caso, los ecosistemas marinos se vieron gravemente alterados, y
esto probablemente contribuyó a la extinción de especies en los océanos,
incluyendo los amonitas", apunta el texto.
Los dinosaurios, hasta entonces los dueños de la tierra,
dejaron paso al surgimiento de los mamíferos, y, finalmente, a la humanidad.
"Es fascinante ver cómo la evolución está, en parte, impulsada por
accidentes como el del asteroide, lo que, además, demuestra lo vulnerable que
es la vida en la Tierra", ha concluido Feulner.
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