YANJI, China (AP) — Al final de una calle con rascacielos
recién construidos en la ciudad de Yanji, al norte de China, hay un barranco en
el que paleontólogos escarban rocas de 100 millones de años en busca de huesos
prehistóricos.
Igual que tantas otras excavaciones en las que se
encontraron fósiles, este sitio fue descubierto de casualidad.
El boom en la construcción que registra China ha sacado al
descubierto una cantidad de fósiles de dinosaurios. Si bien no es inusual que
las topadoras revelen la presencia de sitios prehistóricos, la escala y la
velocidad de la urbanización de China no tiene precedentes, según el Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Tal vez nadie ha aprovechado mejor esta oportunidad de
investigación científica que Xu Xing, un abanderado diligente y modesto de la
paleontología china. Les ha dado nombre a más especies de dinosaurios que
ningún otro paleontólogo vivo, pasando de una excavación a otra en busca de
información acerca de la evolución de los dinosaurios hasta transformarse en
aves.
Matthew Lamanna, curador del Museo Carnegie de Historia
Natural de Pittsburgh, dijo que Xu es “considerado uno de los paleontólogos
especializados en dinosaurios más prominentes de China hoy, si no la máxima
autoridad”.
Dos años atrás, Jin Changzhu, una colega de Xu en la
Academia de Ciencias de China, visitaba a su familia en Yanji cuando él oyó
hablar del hallazgo de fósiles en una obra en construcción. Una inspección preliminar
dio con lo que pareció ser un hueso del hombro de un dinosaurio.
En esta ciudad a menos de una hora de la frontera con Corea
del Norte se están construyendo viviendas a paso acelerado. En medio de tanta
obra, hay un gran claro en un barranco: el sitio donde se lleva a cabo la
excavación.
Cuando Xu llegó a Yanji, inmediatamente se dio cuenta de que
era un lugar que podía arrojar luz sobre un período del que se sabe poco. No se
han recuperado muchos huesos de fines del período cretáceo, de hace alrededor
de 100 millones de años. Un análisis de las capas de ceniza volcánica indicó la
edad del lugar. Xu supervisa ahora un equipo de científicos que con picos,
cinceles y agujas de acero estudian el terreno expuesto, donde las capas
geológicas parecen una torta roja y gris.
Se han encontrado partes de esqueletos de tres ancianos
cocodrilos y de un saurópodo, como se denominaba a dinosaurios gigantes que se
alimentaban con plantas y que fueron algunos de los animales terrestres más
grandes de que se tenga noticias.
“Esta es una de las grandes características de la
paleontología en China en la actualidad: Las excavaciones para construir
edificios ayudan mucho a descubrir nuevos fósiles”, dijo Xu mientras empleaba
una aguja para remover partículas de un cráneo de cocodrilo.
Cuando Xi y Jin descubrieron fósiles en Yanji en el 2016,
las autoridades municipales suspendieron la construcción de un edificio,
apegándose a leyes vigentes.
“El constructor no estaba nada feliz conmigo”, contó Xu.
Pero la municipalidad le ha dado todo su respaldo e incluso
construyó un puesto policial en el sitio de las excavaciones para proteger la
zona. Cuando se complete el trabajo, se planea construir un museo que exhibirá
los fósiles recuperados.
Estos hallazgos no han hecho sino aumentar la fama de Xu,
quien, no obstante, dice que muchos descubrimientos fueron obra de la fortuna.
“Además de trabajar duro, uno necesita suerte”, manifestó.
China es un lugar ideal para estudiar la evolución de los
dinosaurios hasta transformarse en aves.
Hace dos décadas, se encontraron fósiles de dinosaurios con
algunas plumas en antiguos lagos secos del noreste de China. El descubrimiento
ayudó a sustentar la tesis de que las aves descienden de los dinosaurios, lo
que fue posible porque la mezcla de ceniza volcánica y lutita fina que había en
los viejos lagos habían preservado tejidos suaves, incluidas plumas. La mayoría
de los fósiles de dinosaurios consisten solo en huesos.
Desde entonces han aparecido una cantidad de huesos de
dinosaurios que dieron a los científicos nueva información sobre el árbol de la
vida.
Xu ha estado a la vanguardia de las investigaciones sobre
cómo los dinosaurios terminaron con plumas y la capacidad de volar.
Empleando nuevas tecnologías, el equipo de Xu usa escáners
para analizar el interior de los fósiles y construye simulaciones de
computadora en 3D que permiten especular los movimientos que puede haber tenido
un dinosaurio.
De vuelta en Yanji, un colega le lleva una gran piedra con
una vértebra de saurópodo expuesta para que la examine.
El hueso es blando, lo que según Xu puede responder al
sistema respiratorio del animal. El científico usa un cepillo para sacar
partículas y poder examinar mejor la muestra.
“Básicamente, estamos reconstruyendo el árbol de la vida
evolutivo”, manifestó. “Si tienes más especies para estudiar, tendrás más ramas
en ese árbol, más información sobre la historia de la vida en la Tierra”.
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