domingo, 27 de diciembre de 2020

Las mareas vuelven a descubrir árboles de 300 millones de años en Arnao

Los últimos temporales que azotaron la región retiraron la arena y dejan a la vista un fósil de palmera de la época del Carbonífero

El fósil de 300 millones de euros apareció en los últimos días.
/ LVA
El último temporal ha vuelto a dejar al descubierto uno de los tesoros geológicos que esconde la playa de Arnao. La marejada de los últimos días ha arrastrado la arena dejando a la vista un fósil de palmera del Carbonífero, con 300 millones de años de antigüedad. Este tipo de espectáculos de la naturaleza son muy habituales en este arenal, que atesora uno de los yacimientos más importantes de Europa de este periodo, según señaló la concejala de Turismo, Mar González.

La aparición de estos fósiles de árboles en Arnao es tan común como llamativa. En el año 2014, tras otro temporal similar al de los últimos días, se documentó la primera aparición de una docena de restos de vegetación del Carbonífero en esta zona y, desde entonces, es habitual encontrarse con fósiles de este tipo después de una marejada. Desde el departamento de Paleontología de la Universidad de Oviedo han estudiado el yacimiento, que según explicó la concejala de Turismo de Castrillón es uno de los más importantes de Europa de este periodo de la historia, aunque desde el Ayuntamiento no pueden organizar visitas por la peligrosidad de la zona. «Sabemos que es muy común después de un temporal encontrarse con estos árboles fosilizados pero desde el Ayuntamiento no podemos hacer visitas guiadas porque es una zona peligrosa, además este tipo de patrimonio no se puede retirar del lugar en el que aparece, de hecho cuando tenemos constancia de que se intenta coger alguno de estos fósiles tenemos que multar», explicó González.

El profesor de paleontología de la Universidad de Oviedo, Miguel Arbizu, que junto con Isabel Bedia ha realizado los estudios más importantes sobre este yacimiento, explicaba un año después de las primeras apariciones de restos que, durante el periodo del Carbonífero, Asturias estaba a la altura del Ecuador y tenía un clima propio de esas latitudes, cálido y húmedo, con una vegetación que era comparable a las actuales selvas y junglas. «Había insectos gigantescos, como libélulas de hasta 70 centímetros de envergadura, y los peces lobulados que habían salido del mar ya habían dado lugar a anfibios y a los primeros reptiles, que más tarde evolucionaron hasta convertirse en los dinosaurios que poblaron Asturias durante el Jurásico y el Cretácico, entre 200 y 65 millones de años atrás», comentaba el geólogo en el año 2015 tras el estudio de los restos.

elcomercio.es

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