Los dientes y las estructuras duras llamadas odontoides dérmicos están relacionados evolutivamente, surgiendo del mismo sistema de desarrollo, según muestra un nuevo estudio publicado en la revista eLife.
Estos resultados obtenidos a través de antiguos fósiles de
peces contradicen las afirmaciones establecidas sobre la diferencia entre las
dos estructuras, basadas en el examen de tiburones modernos, y proporcionan
nuevos conocimientos potenciales sobre los orígenes y el desarrollo de los
dientes.
Los odontoides son estructuras duras hechas de dentina, la
principal sustancia del marfil, y se encuentran en las superficies externas de
animales con espinas dorsales (vertebrados). Los dientes son un ejemplo de
odontoides, pero algunos animales también los tienen en la piel, como las
"escamas" dentarias de los tiburones. Estos se conocen como
odontoides dérmicos.
"Se creía que los dientes y los odontoides dérmicos han
evolucionado por separado porque parecen desarrollarse de maneras
diferentes", dice el autor principal Donglei Chen, investigador del
Departamento de Biología de Organismos de la Universidad de Uppsala, Suecia.
"Sin embargo, la mayor parte de lo que sabemos se limita a los tiburones
modernos en los que la diferencia entre estas estructuras se ha vuelto muy
clara. Para entender la relación entre ambos aún más claramente, necesitamos
recurrir al registro fósil".
El equipo examinó los fósiles de uno de los primeros peces
óseos llamado Lophosteus que vivió hace más de 400 millones de años. Escogieron
este pez porque representa una etapa temprana de la evolución de los dientes,
acercándolos al momento en que los dientes y los odontoides dérmicos podrían
haberse separado con la esperanza de que cualquier similitud de desarrollo
entre ambos fuera más obvia.
Los investigadores utilizaron imágenes de rayos X de alta
resolución para observar la estructura tridimensional de los odontoides en
Lophosteus en diferentes etapas de desarrollo. Encontraron que la apariencia de
los odontoides eran similares en las primeras etapas de desarrollo pero que
cambiaban dependiendo de si crecían en la boca o en la cara. Esto sugiere que
había diferentes señales químicas en cada área que dirigían su desarrollo. En
las etapas posteriores, algunos odontoides dérmicos se moverían de la cara a la
boca y comenzarían a parecerse a los dientes.
Estos hallazgos sugieren que ambos tipos de odontoides son
capaces de responder a las mismas señales que controlan el desarrollo del otro
y están hechos por el mismo sistema de desarrollo, no por sistemas separados
como se pensaba anteriormente.
"Además de arrojar luz sobre la temprana evolución de
nuestros propios dientes, nuestros resultados apuntan a una relación de
desarrollo evolutivo no reconocida previamente entre los dientes y los
odontoides dérmicos", dice el autor principal Per Ahlberg, Profesor del
Departamento de Biología de Órganos de la Universidad de Uppsala. "Esto
tiene implicaciones potenciales para la comprensión de la señalización que se
produce durante el desarrollo y podría inspirar nuevas líneas de investigación
sobre el desarrollo en otros organismos". (Fuente: NCYT Amazings)
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