La Fundación Palarq, que preside el catalán Antonio Gallardo, subvencionará 59 misiones en la campaña de 2021
Excavaciones en el yacimiento neolítico de La Draga en Banyoles (Girona). MUSEOS DE BANYOLES |
Para 2021, la fundación, cuya directora es Carolina Bähr, ha
aprobado la ayuda a 59 proyectos, incorporando 15 nuevos a los que se
subvenciona por primera vez. Entre las misiones de 2021 que apoya la entidad se
encuentran las de la Fundación Atapuerca en el sur del Cáucaso, India y
Azerbaiyán; las de la Autónoma de Barcelona en Olduvai (Tanzania), Erbil
(Irak), Valle de Catamarca (Argentina), o isla de Diego Portales (Última
Esperanza, Chile), las de la Universidad de Barcelona en el Kurdistán,
Teotihuacán, Termez (Transoxiana, Uzbekistán), Sela (Jordania); las de la
Pompeu Fabra en Tiro, Pakistán, Botswana, Sudán e islas Marianas; la de la
Universidad de la Laguna en Mongolia, la del CSIC en el desierto de Atacama,
las del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES) en
Eritrea, Chile y Marruecos; o la de la Universidad de Coruña en Palestina.
Prácticamente todas las misiones españolas en Egipto son
apoyadas por la Palarq: Heracleópolis Magna, Luxor (proyecto Djehuty, TT209 y
Deir el-Bahari y Asasif), Oxirrinco, Qubbet el-Hawa, Kom El-Khamasin… Sólo
repasar la lista ya es un viaje apasionante por lo que estarán haciendo
nuestros arqueólogos el año que viene (y muchos ya llevan tiempo haciendo) en
algunos de los lugares más emocionantes, prometedores y a desmano del mundo. Ya
sea estudiando el pastoralismo nómada en Mongolia, la interrelación humana en
la prehistoria en la quinta catarata del Nilo en Sudán, a los canoeros de la
Patagonia chilena, las comunidades agropastorales en los montes Zagros;
realizando paleoantropología en Guinea Ecuatorial o geoarqueología en cuevas
mortuorias mexicanas; escudriñando el neolítico en el Negev y el achelense en
Senrayanapalayam… No es extraño que Gallardo, un hombre susceptible a la pasión
arqueológica y viajera, se rasque el bolsillo con todo eso. Entre las personas
ayudadas por la fundación están muchos de nuestros más prestigiosos
arqueólogos: Maria Eugenia Aubet, Miquel Molist, Mari Carmen Pérez-Díe, José
Manuel Galán, Juan Luis Montero, Josep Cervelló, Rocío Da Riva, Maite Mascort,
o Josep Maria Gurt, entre otros.
“En 2021 daremos el segundo Premio Palarq, que no ha podido otorgarse este año por razones obvias”, señala Carolina Bähr, barcelonesa de 49 años con raíces suizas. El premio se fallará a principios de año y se entregará en primavera en el Museo Arqueológico Nacional (MAN). Esta segunda edición del Palarq cuenta con 20 proyectos candidatos de los que el jurado (rotativo, pero que sigue contando con Yves Coppens, Pepe Serra y Luis Monreal) seleccionará 6 finalistas. Entre los aspirantes están algunos ya mencionados: Heracleópolis, Oxirrinco, Djehuty, y también el proyecto de estudio de los neandertales de El Sidrón, la investigación arqueológica subacuática en las cuevas de Mallorca, la arqueología de la Segunda Guerra Púnica del proyecto Ili-tauro, el estudio del garum de la Universidad de Cádiz, de los megalitos de Málaga y Sevilla (el dolmen de Menga y el tholos de Montelirio), de la villa romana de Salar, o del neolítico de La Draga en Banyoles.
Ruinas de la ciudad púnico-romana de Tipasa, Argelia, cuya excavación apoya la Fundación Palarq. |
La Palarq (contracción de paleontología y arqueología)
también ha querido apoyar puntualmente trabajos de campo localizados en España
y en la edición de 2019-2020 de sus subvenciones se realizaron ayudas para el
análisis de los elementos encontrados en territorio nacional, y apoyó a 54
proyectos. La directora de la fundación destaca también en la labor de la
entidad las varias iniciativas de divulgación, como las masterclass que
organizó durante el confinamiento y las cápsulas en vídeo protagonizadas por el
arqueólogo Eudald Carbonell bajo el título Todo lo que querías saber de la
evolución humana (en la web de la Palarq).
Las ayudas, explica Bähr, “con bases muy claras”, se
conceden mediante un comité de evaluación de expertos que valoran las
propuestas y las pasan a un comité económico. Siempre se apoya por un año y hay
que renovar luego. Aunque la fundación está radicada en Madrid, una quinta
parte de los proyectos que apoya son catalanes.
De la polémica que se montó en torno al primer premio Palarq, al opinar un investigador que se premiaba la arqueología espectáculo,
Bähr considera que fue “una injusta campaña en contra de un proyecto
maravilloso que sin duda había que apoyar”. De la situación actual en el yacimiento,
en el que los arqueólogos tuvieron problemas con la propiedad al buscar esta
mayor compensación económica, dice que se ha podido arreglar y las excavaciones
continuarán.
Pese a todos los problemas y retrasos que está significando
la pandemia, la directora de la fundación quiere enviar un mensaje de apoyo y
tranquilidad a los arqueólogos: “Estamos aquí, seguimos apoyando, porque esa es
nuestra función”. Quieren ser para la arqueología ahora, como recalca Bähr, “la
isla después de la tormenta”. Vamos, el amigo de los arqueólogos.
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