¡¡La cucaracha, la cucaracha...!!

Comenzamos la mañana con un animalito no muy querido entre los humanos, la verdad, la "cucaracha".

Leemos un artículo en La Vanguardia.com que nos cuenta como se reproducen, como podemos prevenirlas y hasta como  podemos matarla de forma hasta ecológica.

Pero lo que nos interesa de este artículo de este bichito, es que es un fósil viviente. Es el insecto más antiguo y mejor adaptado que todavía vive sobre la Tierra. Asistió al nacimiento de los dinosaurios hace 170 millones de años y sobrevivió al cataclismo que los llevó a su extinción, hace 65 millones de años.


Ya estaba aquí cuando se levantaron las grandes cadenas montañosas —los Alpes, los Andes y las Rocosas; fue testigo del avance y el retroceso de los glaciares y salió airosa de los ataques atómicos que destruyeron Hiroshima y Nagasaki.

La cucaracha ha sobrevivido a todas las barreras del tiempo y del espacio, y ha permanecido sin cambio desde que apareció en nuestro planeta hace 400 millones de años.

No es extraño entonces que este insecto posea atributos extraordinarios de supervivencia. Para comenzar, habita en casi todos los lugares del planeta, desde los más cálidos como el Sahara, hasta los más fríos, cerca de los bordes polares.

Las cucarachas no tienen problema de alimentación, deboran casi cualquier material que se les ponga por delante y pueden sobrevivir a largos períodos de ayuno.

Se han adaptado muy bien al medio urbano. Uno de sus sitios favoritos son los registros del drenaje doméstico, donde encuentran humedad y calefacción para vivir a sus anchas, incluso en invierno.

No obstante, cuando la temperatura se eleva, como sucede en la actualidad, aumenta su velocidad de reproducción y tienden a salir de sus escondites. Es cuando con más frecuencia suelen visitar nuestro entorno, casi siempre cargado de desechos alimenticios.

Las cucarachas son consideradas acertadamente como una de las plagas domésticas más repugnante, incluso tienen un olor peculiar muy desagradable, que les permite eludir a sus posibles depredadores.

Foto: Queciencia.com