martes, 1 de noviembre de 2016

Hallan en Utah un dinosaurio con dientes muy parecidos a los de ‘Turiasaurus’

Rafael Royo (i) y Jim Kirkland (d) junto al póster con el nuevo dinosaurio 
saurópodo en el congreso de la SVP. | FCPTD
La proyección internacional del dinosaurio más conocido de Teruel, Turiasaurus riodevensis, sigue sorprendiendo. Paleontólogos norteamericanos han hallado ahora en Utah un dinosaurio saurópodo cuyos dientes en forma de corazón recuerdan a los de este gigante descubierto en el municipio turolense de Riodeva en el año 2003. Su hallazgo se ha dado a conocer en el congreso de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados (SVP por sus siglas en inglés) celebrado en Utah, y en el estudio de los fósiles han participado paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis.

El científico que lidera esta investigación es Rafael Royo Torres, de la Fundación Dinópolis, institución que ha participado en el congreso de la SVP con otras tres aportaciones más.

Las actas del congreso, celebrado durante la semana pasada, con los resúmenes de las aportaciones presentadas se pueden consultar en la página web de la SVP. En ellas se da cuenta de la sistemática de este nuevo dinosaurio, del que se dice que es una nueva especie de saurópodo (dinosaurio cuadrúpedo de gran tamaño con cuello y cola largos) y se hace un primer análisis cladístico aunque sin describirlo.

La publicación es especialmente interesante porque en la misma se asegura que los dientes son distintos a los de Camarasaurus, que es el saurópodo característico de Norteamérica en el tránsito del Jurásico al Cretácico, mientras que sus dientes posteriores tienen la forma de corazón tan característica de los turiasaurios de la península Ibérica.

Otro dato que llama la atención del análisis filogenético que se ha hecho de las vértebras dorsales es que son diferentes a las de Haplocanthosaurus, otro saurópodo característico del tránsito Jurásico-Cretácico de EEUU. Por el contrario, se indica que son más similares a las de dinosaurios como Mamenchisaurus (asiáticos) y Losillasaurus (europeos).

Precisamente Losillasaurus fue hallado en Valencia y hoy día está reconocido científicamente como perteneciente al clado Turiasauria, que lo emparenta con el Turiasaurus de Riodeva. La investigación presentada en el congreso de Utah indica además que el nuevo dinosaurio hallado podría tratarse del saurópodo más primitivo de Norteamérica desde el punto de vista filogenético, es decir, en términos evolutivos y no de antigüedad.

El esqueleto pertenece a un subadulto y fue descubierto en el año 2010, aunque ha sido ahora cuando se publica por primera vez en el marco de la colaboración científica que la Fundación Dinópolis mantiene con los paleontólogos de Utah, y que llevaron a que a principios de año una delegación turolense hiciera una visita de trabajo a Estados Unidos, que pocas semanas después fue devuelta por los paleontólogos norteamericanos.

Además de Rafael Royo Torres, experto en saurópodos de la Fundación Dinópolis y que lidera la investigación, el trabajo está firmado por Paul Upchurch, del University College London; James Kirkland y Don Deblieux, del Utah Geological Survey; y John Foster, del Museo de Moab, también en Utah, además de los paleontólogos de Dinópolis Alberto Cobos, Guillermo Rey y Luis Alcalá.

Las otras dos aportaciones que ha hecho la Fundación Dinópolis a este congreso internacional en Estados Unidos, según informa la institución científica turolense en su página web, tratan sobre la relevancia que los dinosaurios turolenses y norteamericanos tienen para poder determinar su afinidad en el tiempo geológico.

En el resumen de esta aportación científica que puede leerse por Internet se abunda en la importancia de la relación entre las faunas europeas y norteamericanas antes de que se separaran los dos continentes por la deriva continental, apuntando más hacia el Cretácico Inferior que a la frontera entre el Tithoniense y el Berriasiense. Es una aportación de gran relevancia que hacen de manera conjunta los paleontólogos de Dinópolis y los de Utah.

En este sentido, Kirkland ha señalado en su cuenta de Facebook que la colaboración con los científicos de Teruel está dando resultados "maravillosos" y arrojando datos reveladores sobre la apertura del Atlántico durante el Cretácico Inferior.

La tercera investigación que se ha llevado al congreso norteamericano es un estudio paleoneurológico de Proa valdearinnoensis, es decir, del cerebro de este dinosaurio ornitópodo hallado en la mina Santa María de Ariño y cuyo esqueleto original se puede ver montado en el Museo Aragonés de Paleontología de Dinópolis.

En este caso en la investigación han participado, además de los científicos de la Fundación Dinópolis Eduardo Espílez, Luis Mampel y Luis Alcalá, los paleontólogos Fabien Knoll de la Universidad de Manchester y Stephan Lautenschlager de la Universidad de Bristol. En el mismo se dan a conocer los primeros resultados de la tomografía axial computarizada hecha al cráneo de Proa en el hospital Obispo Polanco de Teruel, que revelan que su cerebro apenas tenía el tamaño de una pelota de tenis.

La Fundación también colabora con un cuarto artículo sobre un nuevo dinosaurio saurópodo del Jurásico Superior de Portugal.

Conferencia sobre los dinosaurios turolenses del Jurásico en Bilbao

El paleontólogo de la Fundación Dinópolis Alberto Cobos participa mañana miércoles en la Semana de la Ciencia organizada por la Universidad del País Vasco en Bilbao, con una conferencia sobre Turiasaurus y los dinosaurios del Jurásico en Teruel. La actividad se enmarca dentro de la exposición Colosos Jurásicos que acoge el paraninfo de la UPV, donde se exhibe la reconstrucción del esqueleto de Turiasaurus hecha por la Fundación Dinópolis.

La charla será a las 19 horas y en ella Cobos profundizará en las faunas de dinosaurios que vivieron en la provincia de Teruel hace 150-145 millones de años. "Además, también se van a conectar Vizcaya y Teruel desde diferentes puntos de su geología, paleontología, guerra civil y patrimonio industrial minero", indicó Cobos, quien recordó que el lugar donde se exhibe Turiasaurus está a orillas del rió Nervión, donde estuvieron los astilleros de Euskalduna y la potente siderurgia que transformaba el hierro de los Montes de Triano en Vizcaya en el acero con el que se construían los barcos. Esos mismos empresarios emprendieron en Teruel las explotaciones mineras de hierro de Sierra Menera en Ojos Negros, "que acabaron, con el paso de los años, con la instalación de una línea de ferrocarril propia y de los Altos Hornos del Mediterráneo. En definitiva, si Teruel y Vizcaya estuvieron "unidas" antaño por el hierro, Turiasaurus estrecha ahora también nuevas relaciones entre el Turia y el Nervión con un gigante de titanio como observador: el Museo Guggenheim de Bilbao", apuntó Cobos.

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