De
acuerdo con un reciente estudio, sonreír era un modo de captar la atención del
sexo opuesto
Juan
Scaliter
![]() |
La
presencia de caninos en algunos dinosaurios, antepasados de los mamíferos,
ha
permitido llegar a esta conclusión. Crédito imagen: Jarmoluk.
|
Los
estudios antropológicos aseguran que la sonrisa puede tener diferentes
significados, desde la sumisión, hasta la agresividad o el placer, pero un
nuevo estudio, publicado en PlosOne, señala que en la raíz evolutiva de este
gesto que consideramos tan humano se encuentra nada más y nada menos que la
seducción.
Los
mamíferos tenemos tres tipos de piezas dentales principales, los incisivos, al
frente, los molares en las mejillas y los colmillos o caninos, separando los
dos anteriores. Esta división ocurrió unos 300 millones de años atrás, cuando
nuestros ancestros todavía eran reptiles: los terápsidos, de los cuales se cree
descienden los mamíferos. Estos animales tenían un juego de importantes caninos
pero no los usaban para cazar o resultar amenazantes, sino como un recurso de
atracción hacia el sexo opuesto.
Vestigios de esto se pueden ver actualmente en especies como las morsas
o los muntíacos (similares a los ciervos). Pero, ¿cómo saber si los ancestros
de los mamíferos también recurrían a la sonrisa como seducción?
Para
responder a esta pregunta, un grupo de paleontólogos de la Universidad de
Witwatersrand, la escuela de Ciencias Anatómicas de Johanesburgo y la
Instalación Europea de Radiación Sincrotrón (ESRF por sus siglas en inglés),
utilizaron técnicas como rayos X computarizados y microtomografías para
analizar el fósil de un Choerosaurus dejageri, un antepasado de los mamíferos
que vivió 260 millones de años atrás. De acuerdo con Julien Benoit, líder del
equipo y autor principal del estudio, “solo se conoce un cráneo del
Choerosaurus y es el único de los euteriodontes con dos protuberancias
simétricas en la mandíbula. Creemos que el propósito de estos bultos era para
el combate entre miembros de la misma especie o como herramienta de exhibición
sexual”.
Los
análisis efectuados sobre el cráneo mostraron que se trata de una estructura
demasiado débil para ser útil en combate. A esto se le suma que la región
maxilar estaba muy irrigada, también incompatible con la lucha y más vinculada
a conductas de exhibición. “Las protuberancias del Choerosaurus – explica
Benoit en un comunicado de la universidad – son las primeras evidencias de
estructuras dedicadas exclusivamente a atraer al género opuesto. El fósil
muestra que este tipo de conducta, mostrar los dientes, era una parte
fundamental de la evolución de los antepasados de los mamíferos y que se
remonta al menos a 300 millones de años atrás”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario