MICHAEL DONOVAN / PENN STATE |
Antiguas marcas de alimentación de insectos hambrientos en
fósiles de hojas de América del Sur están arrojando nueva luz sobre la extinción
en masa que aniquiló a los dinosaurios.
Los científicos analizaron los daños causados por la
alimentación de insectos a miles de fósiles de hojas de la Patagonia Argentina,
durante la transición Cretaceo-Paleógeno, y encontraron evidencia de que los ecosistemas
se recuperaron dos veces más rápido que en los Estados Unidos.
Los resultados, publicados en la nueva revista Nature
Ecology & Evolution, ofrecen una importante evidencia de cómo los
ecosistemas terrestres fuera de los Estados Unidos respondieron después de que
un asteroide azotó Chicxulub, México, hace 66 millones de años, marcando el
final del Cretácico.
"La mayor parte
de lo que sabemos sobre la recuperación terrestre proviene del interior
occidental de Estados Unidos, relativamente cerca del cráter Chicxulub, lo que
ha limitado nuestro conocimiento de la recuperación en el resto del
mundo", dijo Michael Donovan, estudiante de doctorado en geociencias de la
Penn State University y autor principal del estudio. "Estamos dando otra
visión de lo que estaba sucediendo durante ese tiempo, muy lejos del sitio de
impacto".
Donovan y su equipo internacional encontraron que los
insectos minadores de las hojas desaparecieron por completo en la Patagonia
durante el evento de extinción, como lo demuestran estudios previos en los
Estados Unidos. Pero a diferencia de los Estados Unidos, donde pasaron nueve
millones de años hasta recuperarse la diversidad de insectos antes del impacto,
en la Patagonia sólo fueron 4 millones de años, según un comunicado.
"Los insectos y las plantas son los organismos
multicelulares más diversos del mundo, y se sabe que responden a grandes
cambios ambientales", dijo Donovan. "Así que suponen un gran recurso
para estudiar nuestro pasado".
El equipo analizó 3.646 fósiles de la Patagonia en busca de
signos de mineros de las hojas --larvas de insectos que se denominan por el
tipo de daño que causan en forma de túnel sobre las hojas de las que se
alimentan. Esta alimentación, y los excrementos de los insectos, crean patrones
distintivos y pueden ser comparados entre fósiles en diferentes sitios.
Los científicos no
encontraron evidencia de que las especies mineras individuales del Cretácico
sobrevivieran al evento de extinción en la Patagonia, lo que indica que el
extremo sur de América no ofreció un refugio para los insectos como el equipo
de Donovan pensó en primer lugar.
"No hubo evidencia de supervivencia, lo cual es similar
a lo que encontré al trabajar en la investigación en el yacimiento de Mexican Hat en Montana",
dijo Donovan. "Pero lo que encontramos en la Patagonia es un grupo
bastante diverso de nuevos mineros de las hojas que aparecen mucho más pronto
que en el oeste de Estados Unidos", afirmó.
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