Nobu Tamura |
Cuando los paleontólogos de la Universidad de Washington
(UW), en Estados Unidos, cortaron la mandíbula fosilizada de un pariente lejano
de los mamíferos vieron evidencia de que la especie extinguida albergaba un
tumor benigno compuesto de estructuras en forma de dientes en miniatura, según
informan en un artículo que se publica este jueves en 'Journal of the American
Medical Association Oncology'.
Conocido como
odontoma compuesto, este tipo de tumor es común en los mamíferos hoy en día,
pero este animal vivió hace 255 millones de años, incluso antes de que los
mamíferos existieran. "Creemos que éste es por mucho el caso más antiguo
conocido de un odontoma compuesto --afirma el miembro del equipo Christian
Sidor, profesor de Biología en la UW y especialista en Paleontología de
Vertebrados en el Museo de Burke de Historia Natural y Cultura--. Eso podría
indicar que se trata de un tipo antiguo de tumor".
Antes de este
descubrimiento, la evidencia más temprana conocida de odontomas procedía de
fósiles de la Era de la Edad de Hielo. "Hasta ahora, la primera aparición
conocida de este tumor fue hace aproximadamente un millón de años, en mamíferos
fósiles --detalla Judy Skog, directora del programa en la División de Ciencias
de la Tierra de la Fundación Nacional de Ciencias, que financió la
investigación--. Estos investigadores han encontrado un ejemplo en los
antepasados de mamíferos que vivieron hace 255 millones de años. El
descubrimiento sugiere que la causa que se sospecha que produce un odontoma no
está ligada únicamente a los rasgos de las especies modernas, como se había
pensado".
En los seres humanos
y otros mamíferos, un odontoma compuesto es una masa de pequeños
"dientes" amalgamados junto con tejidos dentales, como la dentina y
el esmalte, que crecen dentro de las encías u otros tejidos blandos de la
mandíbula y pueden causar dolor e hinchazón, así como alterar la posición de
los dientes y otros tejidos. Dado que los odontomas no provocan metástasis ni
se propagan por todo el cuerpo, se consideran tumores benignos, pero por los
trastornos que causan, los cirujanos suelen optar por eliminarlos.
La criatura
descubierta con este tipo de tumor era un gorgonopsia, un pariente distante del
mamífero y el mayor depredador durante su era pre-dinosaurio hace 255 millones
de años. Los gorgonopsias son parte de un grupo más grande de animales llamados
sinápsidos, que incluye mamíferos modernos como su único miembro vivo. Los
sinápsidos a veces son llamados "reptiles mamíferos" porque los
sinápsidos extintos poseen algunas, pero no todas, las características de los
mamíferos. Los primeros mamíferos evolucionaron hace más de 100 millones de
años.
"La mayoría de
los sinápsidos están extinguidos y nosotros, es decir, los mamíferos, somos sus
únicos descendientes vivos --explica Megan Whitney, autora principal y
estudiante de posgrado en Biología de la UW--. Para entender cuándo y cómo
evolucionaron nuestros rasgos de mamíferos, tenemos que estudiar fósiles de
sinápsidos como los gorgonopsias". Los paleontólogos han categorizado
muchos rasgos "parecidos a los mamíferos" de los gorgonopsias. Por
ejemplo, como nosotros, tienen dientes diferenciados para propósitos
especializados, pero Whitney comenzó a estudiar dientes gorgonopsianos para ver
si tenían otra característica de los mamíferos.
"La mayoría de
los reptiles vivos hoy en día fusionan sus dientes directamente con la
mandíbula --señala Whitney--. Pero los mamíferos no lo hacen: utilizamos
tejidos duros, pero flexibles, parecidos a cuerdas, para sostener los dientes
en sus cuencas, y queríamos saber si ocurría igual en los gorgonopsianos".
Para ello, Whitney cortó una mandíbula de gorgonopsia fosilizada y miró las
secciones delgadas de la mandíbula y el diente bajo un microscopio para ver
cómo estaba ubicado el diente dentro de su zócalo.
Puesto que esta
técnica dañaría el fósil, Whitney y Larry Mose, estudiante de la UW que trabajó
con ella, utilizaron una mandíbula inferior solitaria u "huérfana"
que Sidor había recogido en Tanzania meridional. Mose preparó múltiples
rebanadas delgadas de la mandíbula --cada una tan fina como una hoja de papel
de cuaderno-- y las montó en diapositivas. Él y Whitney inmediatamente
advirtieron algo inesperado dentro de la mandíbula: incrustados junto a la raíz
del canino se encontraban grupos irregulares de hasta ocho diminutos objetos
redondos.
Cuando los miró con
mayor aumento bajo el microscopio, Whitney descubrió que los objetos dentro de
cada grupo se parecían a dientes pequeños, mal diferenciados e, incluso, que
los dientes albergaban distintas capas de dentina y esmalte. "Al principio
no sabíamos qué hacer con ello --reconoció Whitney--. Pero después de alguna
investigación nos dimos cuenta de que este gorgonopsia tenía lo que parece un
odontoma compuesto de libro de texto".
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