Diminutas plantas oceánicas aparentemente inofensivas sobrevivieron a la oscuridad del impacto de un asteroide que mató a los dinosaurios al aprender a comerse a otras criaturas vivientes.
Espectro de los pozos de alquitrán de La Brea, En California - WIKIPEDIA |
Un equipo internacional de científicos de Reino Unido,
Francia y Estados Unidos, quería comprender cómo estas algas lograron prosperar
mientras la extinción masiva se extendía por el resto de la cadena alimentaria
mundial.
"Este evento estuvo más cerca de acabar con toda la
vida multicelular en este planeta, al menos en el océano --explica el geólogo
de la Universidad de California (UC Riverside) y coautor del estudio Andrew
Ridgwell--. Si eliminas las algas, que forman la base de la cadena alimentaria,
todo lo demás debería morir. Queríamos saber cómo los océanos de la Tierra
evitaron ese destino y cómo nuestro ecosistema marino moderno volvió a
evolucionar después de tal catástrofe".
Para responder a sus preguntas, el equipo examinó fósiles
bien conservados de las algas supervivientes y creó modelos informáticos
detallados para simular la probable evolución de los hábitos de alimentación de
las algas a lo largo del tiempo. Publican resultados en 'Science Advances'.
Según Ridgwell, los científicos tuvieron un poco de suerte
al encontrar los fósiles de tamaño nanométrico en primer lugar. Se encontraban
en sedimentos de rápida acumulación y alto contenido de arcilla, lo que ayudó a
preservarlos de la misma manera que los pozos de alquitrán de La Brea brindan un
entorno especial para ayudar a preservar los mamuts.
La mayoría de los fósiles tenían escudos hechos de carbonato
de calcio, así como agujeros en sus escudos. Los agujeros indican la presencia
de flagelos, finas estructuras con forma de cola que permiten que los
organismos diminutos naden. "La única razón por la que necesitas moverte
es para atrapar a tu presa", explica Ridgwell.
Los parientes modernos de las algas antiguas también tienen
cloroplastos, que les permiten utilizar la luz solar para producir alimentos a
partir de dióxido de carbono y agua. Esta capacidad de sobrevivir tanto al
alimentarse de otros organismos como a través de la fotosíntesis se llama
mixotrofia. Actualmente, hay poco ejemplos de plantas terrestres con esta
habilidad incluyen, como la Venus atrapamoscas y la drosera.
Los investigadores descubrieron que una vez que se despejó
la oscuridad posterior al asteroide, estas algas mixotróficas se expandieron
desde las áreas de la plataforma costera hacia el océano abierto, donde se
convirtieron en una forma de vida dominante durante el siguiente millón de
años, lo que ayudó a reconstruir rápidamente la cadena alimentaria. También
ayudó que las criaturas más grandes que normalmente se alimentan de estas algas
estuvieran inicialmente ausentes en los océanos posteriores a la extinción.
"Los resultados ilustran tanto la adaptabilidad extrema
del plancton oceánico como su capacidad para evolucionar rápidamente, pero
también para las plantas con un tiempo de generación de un solo día, siempre
estás a solo un año de oscuridad de la extinción", añade Ridgwell.
Solo mucho más tarde las algas evolucionaron perdiendo la
capacidad de comer otras criaturas y restableciéndose para convertirse en una
de las especies de algas dominantes en el océano actual.
"La mixotrofia fue tanto el medio de supervivencia
inicial como luego una ventaja después de que la oscuridad posterior al
asteroide desapareció debido a las abundantes células pequeñas y bonitas,
probablemente cianobacterias sobrevivientes --explica Ridgwell--. Es la mejor
historia de Halloween: cuando se apagan las luces, todos comienzan a comerse
unos a otros".
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