Aegirocassis benmoulae (ver vídeo)
Fósiles recién descubiertos de una criatura marina
gigante y extinta muestran que tenía patas modificadas, branquias en su parte
posterior, y un sistema de filtro para la alimentación: señales cruciales de la
evolución temprana de los artrópodos.
El nuevo animal, llamado Aegirocassis benmoulae, alcanza
un tamaño de al menos dos metros, lo que le sitúa entre los mayores artrópodos
que han existido. Se encontró en el sureste de Marruecos y se remonta a hace
unos 480 millones de años.
El paleontólogo de la Universidad de Yale (Connecticut,
EE.UU.) Derek Briggs, co-autor de un artículo de Nature que describe el animal,
explica que éste "muestra características que no se han observado en los
anomalocaridids -una familia de animales marinos del Cámbrico, anteriores al
nuevo fósil-: no uno, sino dos pares de aletas natatorias a lo largo del
tronco, lo cual representa una etapa en la evolución de las extremidades
divididas en dos ramas, características de artrópodos modernos como los
camarones".
En los artrópodos modernos, cada una de estas ramas está
muy modificada para atender una función específica, ya sea la locomoción, la
percepción del entorno, la respiración, o la cópula; o se ha perdido por
completo. La comprensión de cómo evolucionaron estos miembros de doble
ramificación es una cuestión importante para los científicos.
Los anomalocaridids más jovenes conocidos tienen 480
millones de años, y hasta ahora se creía que tenían sólo un conjunto de aletas
o lóbulos por cada segmento del tronco, y que pudieron haber perdido por
completo sus piernas para caminar.
Pero el reciente descubrimiento de Aegirocassis benmoulae
cuenta otra historia: Los anomalocaridids tenían de hecho dos conjuntos
separados de aletas por segmento. Las superiores eran equivalentes a la rama de
las extremidades superiores de los artrópodos modernos, mientras que las
inferiores representan extremidades para caminar modificadas, adaptadas para la
natación.
Además, un nuevo examen de anomalocaridids más antiguos
mostró que estas aletas estaban también presentes en otras especies, pero se
habían pasado por alto. Estos hallazgos muestran que los anomalocaridids
representan una etapa anterior a la fusión de las ramas superior e inferior en
miembros de doble ramificación de los artrópodos modernos.
El nuevo fósil destaca también apéndices en la cabeza que
le permitían filtrar el agua oceánica para captar plancton -como las ballenas y
los tiburones-, a diferencia otros anomalocaridids, que agarraban a sus presas
con miembros espinosos de la cabeza.
YaleNews/T21
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