¿Cuándo emergió la vida en la Tierra? Múltiples estudios la
sitúan hace 4.000 millones de años. Ahora, una nueva investigación apoya esta
hipótesis con el hallazgo de los fósiles más antiguos jamás descubiertos hasta
ahora que datan de hace 3.700 millones de años. Se trata de varios
estromatolitos –estructuras formadas por la sedimentación de microorganismos–
encontrados en Groenlandia que superan así la edad de los fósiles descubiertos
anteriormente en Australia datados en 3.500 millones de años de antigüedad.
Vista transversal de un fragmento de roca en el que se
pueden ver los estromatolitos de forma
cónica de 3.700 millones de años de antigüedad. / Yuri Amelin |
Un equipo de investigación ha descubierto en Groenlandia los
fósiles más antiguos conocidos hasta ahora datados con una edad de 3.700
millones de años, tal y como se describe en un estudio publicado en la revista
Nature.
Se trata de estromatolitos fósiles de uno a cuatro centímetros encontrados en piedras metamórficas de Isua, al sur de Groenlandia
Estos ejemplares superan en 200 millones de años a la que
era hasta ahora la evidencia fosil más antigua de la Tierra, unas estructuras
estromatolíticas –formaciones sedimentarias creadas por microorganismos– de
hace 3.500 millones de años encontradas en Warrawoona (Australia).
El hallazgo, liderado por la Universidad de Wollongong
(Australia), se ha producido en Isua, al suroeste de Groenlandia, considerada
la cuna de la vida. Esta región alberga las rocas más antiguas conocidas y con
un buen estado de conservación. Varias líneas de investigación ya habían
evidenciado entornos donde pudo surgir la vida, hace aproximadamente 4.000
millones de años.
Al igual que los fósiles encontrados en Australia, los
nuevos fósiles son estromatolitos, estructuras formadas por la sedimentación de
microorganismos de uno a cuatro centímetros conservados en rocas metafórficas.
“Los estromatolitos son un signo de vida que cualquiera
puede observar y los fósiles son una evidencia de un entorno de vida temprano”,
declara a Sinc Allen Nutman, investigador en la Universidad de Wollongong y
autor del estudio.
Las rocas metamórficas –rocas ígneas o sedimentarias
sometidas a grandes presiones y temperaturas y consideradas las más antiguas de
la Tierra– no son los tipos de rocas que los paleontólogos considerarían
ideales para encontrar señales de vida en el pasado, debido a que no son
sedimentarias, como las que albergan la mayor parte de los fósiles de la
Tierra.
“Encontrar pruebas de vida parecía imposible en estas rocas
deformadas y alteradas”, declaran los autores del estudio. Sin embargo, los
fósiles fueron hallados en estas rocas que habían salido a la luz tras el
deshielo de una capa de nieve perenne que las cubría.
Los investigadores Allen Nutman (izquierda) y Vickie Bennet
(derecha) con
un ejemplar de un estromatolito de 3.700 años. / Yuri Amelin
|
Capa sobre capa
Los estromatolitos fósiles son estructuras familiares en la
Paleobiología, la rama del conocimiento que estudia los organismos del pasado.
Este tipo de fósiles existe en todas las eras geológicas y en una gran variedad
de entornos, desde ambientes marinos poco profundos hasta fuentes hidrotermales
o lagos cubiertos de hielo. Pero no es tan fácil detectarlos. Existen
estructuras muy familiares a los estromatolitos que se forman sin la acción de
los organismos vivos.
“El entorno más común para los estromatolitos es un ambiente marina poco profundo, probablemente costero”, declara el autor
Además, la degradación de la textura y de los detalles
químicos complicaba aún más identificar el origen biológico de las estructuras.
“Es poco habitual encontrar restos orgánicos en los estromatolitos fósiles. Son
en su mayoría carbonatos amontonados que han sido cimentados por la disposición
de sedimentos y de organismos”, explica Nutman.
Pero existen múltiples evidencias, como los detalles del
análisis químico, las estructuras sedimentarias y los minerales en las rocas,
que confirman que se trata de estromatolitos formados hace millones de años por
organismos vivos.
Estas rocas se forman capa sobre capa: al morir las células
de una lámina depositan el carbonato cálcico y se forma sobre este otra capa de
microorganismos vivos. Para que estas formaciones sucedan, debe darse un
ambiente adecuado y similar al actual que permitiera la vida. “El entorno más
común para los estromatolitos es un ambiente marino poco profundo,
probablemente costero”, afirma el investigador en la Universidad de Wollongong.
Estos hallazgos consolidan las anteriores dataciones del nacimiento de la vida
en la Tierra, fechado en 4.000 años.
Referencia bibliográfica:
Allen Nutman et al.: “Rapid emergence of life shown by
discovery of 3,700-million-year-old microbial structures”. Nature. doi:10.1038/nature19355
agenciasinc.es
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