Hallan un fósil en China de 160 millones de años que permite
reconstruir la vida de los antepasados de las ardillas voladoras y murciélagos
Recreación artística del mamífero alado, con un bebé en su
regazo - NATURE
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Tenían largos dedos en manos y pies y membranas que
funcionaban como alas en sus patas delanteras. Así eran los primeros mamíferos
planeadores que poblaron el planeta. Vivieron hace 160 millones de años en el
periodo Jurásico, cuando los dinosaurios dominaban la Tierra. Tuvieron que
adaptarse físicamente para volar, cambiar su alimentación y vivir en los
árboles más altos. Todo esto se sabe ahora porque un grupo internacional de
investigadores ha descubierto en China dos fósiles de estos extraños mamíferos.
Se llaman «Maiopatagium furculiferum» y «Vilevolodon
diplomylos» eran hervíboros y son los mamíferos voladores más antiguos
conocidos hasta la fecha. Los fósiles se describen en dos artículos que la
Universidad de Chicago y el Museo de Historia Natural de Pekín publican en el
último número de la revista «Nature». Estos animales hoy extintos son los
parientes lejanos de las ardillas aladas que podemos ver en Estados Unidos y de
los omnipresentes murciélagos.
El fósil hallado de un Maiopatagium, que pudo prosperar en
los aires pese a los
dinosaurios (Zhe-Xi Luo/UChicago).
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Los fósiles de la nueva especie tuvieron, de alguna manera,
las primeras alas de todos los mamíferos, asegura Zhe-Xi Luo, PhD, profesor de
biología organizacional y anatomía en la Universidad de Chicago y autor de
ambos artículos. Esas alas no tenían plumas, eran más parecidas a las membranas
de los murciélagos, pero con ellas podían planear y deslizarse con facilidad
por las copas de los árboles.
Los restos hallados al noroeste de Pekín han conservado
perfectamente fosilizadas las membranas de piel que actuaban como alas. También
muestran muchas características esqueléticas en las articulaciones de los
hombros y los miembros anteriores que dotaron a esos animales antiguos la
agilidad de ser planadores capacitados.
Las dos criaturas descubiertas comparten una ecología
similar con los planeadores modernos, con algunas diferencias significativas.
Hoy en día, el sello distintivo de la mayoría de los mamíferos voladores es su
dieta herbívora que normalmente consiste en semillas, frutas y otras partes
blandas de las plantas con flores. Pero sus antepasados lejanos no ingerían
flores porque vivían en un mundo jurásico donde la vida vegetal estaba dominada
por helechos y coníferas, mucho antes de que las plantas con flores llegaran a
dominar el período Cretácico. Además de sus alas contaban con una exquisita
proporción de extremidades, manos y pies que les permitía una nueva locomoción
y comportamiento. Todo ello les permitió sobrevivir en el periodo Jurásico, en
un mundo dominado por los dinosaurios.
Adaptación sorprendente
El hallazgo no solo permite conocer una nueva especie,
también ayuda a reconstruir la evolución de los mamíferos. «Con cada nuevo
fósil de la Era de los Dinosaurios, descubrimos una adaptación sorprendente en
su alimentación y capacidades motoras. La base de la diversificación de los
mamíferos se estableció hace mucho tiempo», explicó Luo, uno de los
investigadores principales del estudio.
La capacidad para deslizarse en el aire fue una de las
muchas adaptaciones notables. La mayoría de los mamíferos viven en la tierra,
pero los mamíferos voladores, incluyendo las ardillas y los murciélagos que
aletean las alas como pájaros, hicieron una transición importante entre la
tierra y los hábitats aéreos. La habilidad de deslizarse entre los árboles
permitió a los animales antiguos encontrar comida que era inaccesible para
otros animales terrestres. Esa ventaja evolutiva todavía se puede ver entre las
ardillas voladoras en América del Norte y Asia, las de cola escamosa de África,
los petauros del azúcar -un pequeño marsupial muy común en Asia y en Europa como
mascota- o los colugos del sudeste asiático, conocidos popularmente como
galeopitecos.
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