Desde comprobar el volumen de una escultura a escala hasta realizar complejos cálculos matemáticos basados en la longitud de ciertos huesos, estimar el peso de estos gigantes del pasado nunca ha resultado una tarea fácil.
Ilustración de Iguanodon en el bosque, a partir de modelos 3D./ CoreyFord/iStock |
Estimar el tamaño de un dinosaurio es una tarea no demasiado
complicada, dependiendo de la cantidad de restos disponibles y de su calidad.
Si se encuentra un esqueleto completo y perfectamente articulado, lo que los
paleontólogos denominan ‘en conexión anatómica’, calcular su longitud es tan
sencillo como tomar una cinta métrica y extenderla desde el hocico hasta la
punta de la cola. Sin embargo, lo habitual es que los restos aparezcan
dispersos, fragmentados e incompletos…
Es posible calcular el tamaño aproximado de un dinosaurio a
partir de una huella, un fémur e incluso una vértebra. Estas aproximaciones
implican a veces ciertas asunciones más o menos acertadas. En ocasiones, como
sucedió con la accidentada reconstrucción del aspecto de Spinosaurus desde su
descubrimiento hasta hoy, nuevos fósiles aportan datos que corrigen las
aproximaciones anteriores, y proporcionan información novedosa que mejora las
estimaciones.
Reconstrucción de Spinosaurus de finales de la década de 1980 (izquierda) y actual (derecha). — B.Croucher – G.Monroy-Becerril. |
Densidades y volúmenes
Sabemos desde los tiempos de Arquímedes que todo cuerpo
sumergido en un fluido desaloja un volumen de fluido, igual al volumen del
cuerpo sumergido. Si disponemos, por lo tanto, de ese volumen, y conocemos la
densidad del cuerpo sumergido, basta echar una cuenta para saber cuánto pesa el
cuerpo en cuestión.
Escultura de ‘Brontosaurus’ por Charles M. Knight, para facilitar el cálculo de peso. — Campione et al., 2020. |
A principios del siglo XX —cuando Gregory realizó este experimento— se pensaba que los grandes saurópodos vivían en el agua. Por esta razón, el paleontólogo dio por sentado que su densidad debía de ser algo superior a la del agua. Al final de los cálculos, estimó que Brontosaurus pesaría unas 34 toneladas.
Este método implica una serie de asunciones que permiten una
mayor o menor fiabilidad según el dinosaurio del que se trate. Por ejemplo, se
asume que la reconstrucción es científicamente rigurosa; sin embargo, el
aspecto de muchos dinosaurios se ha visto modificado en las últimas décadas. Si
bien, la forma general de animales como Tyrannosaurus es bastante bien conocido
y parece muy poco probable que cambie significativamente en el futuro, hay
otros dinosaurios, como Argentinosaurus, cuya forma corporal es aún objeto de
especulación. Y eso afecta al volumen calculado.
Por otro lado, se requiere otra asunción muy fuerte: la
densidad. Gregory asumió que Brontosaurus tendría una densidad de un 10 % mayor
a la del agua, pero hoy sabemos que eran animales con esqueletos
extraordinariamente ligeros, huesos huecos, y sacos aéreos, como las aves
actuales. Es probable que su densidad fuese entre un 5 y un 15 % menor que la
del agua.
Modelo 3D de Spinosaurus, según los últimos descubrimientos./ Racksuz/iStock. |
Escalando medidas conocidas
Este segundo método puede ser muy útil para comprobar el
tamaño de dinosaurios cercanos a las aves actuales, así como de otros animales
extintos con parientes evolutivos modernos. Al fin y al cabo, las aves son un
grupo muy especializado de dinosaurios que sobrevivió a la extinción y llegó
hasta nuestros días. No obstante, también puede proporcionar información de
otros grupos de dinosaurios, cuyo plan corporal y de comportamiento se asemeje
al de animales modernos, aunque pertenezcan a otros grupos taxonómicos y no
tengan relaciones evolutivas directas.
El cálculo por escalado se basa en el uso de modelos
matemáticos que permiten extrapolar el peso de un animal a partir de una o unas
pocas medidas corporales, como la longitud del fémur o del húmero. A partir de
la ecuación, calibrada con seres vivos actuales que podemos medir y pesar,
podemos tomar las medidas de animales extintos, de los que tengamos esos
huesos, y echar cuentas.
Ilustración de Iguanodon en el bosque, a partir de modelos 3D./ CoreyFord/iStock. |
¿Por qué no usar los dos métodos?
Estos métodos de cálculo de peso no son alternativos. De
hecho, pueden complementarse. Por ejemplo, si tenemos un dinosaurio que no se
parezca a ningún animal moderno, como Therizinosaurus, podemos utilizar el
método volumétrico para estimar su peso en virtud de los datos disponibles —su
morfología, el tipo de huesos, etc.—, y, a partir de ahí, desarrollar
ecuaciones que permitan calcular el peso de otros dinosaurios pertenecientes al
mismo grupo, a partir de restos incompletos.
Pero incluso este sistema, combinando los dos métodos, puede
tener errores. Y regresamos al extraño caso de Spinosaurus. Desde su
descubrimiento y hasta principios del siglo XXI, se asumió que esta criatura
era bípeda. Para su reconstrucción se utilizó, inicialmente, un terópodo
genérico, y desde 1987, se utilizó como modelo a Baryonyx, un pariente cercano
de Spinosaurus, descubierto ese mismo año. Su reconstrucción, a partir de
restos parciales, se basaba en el escalado de este pariente, asumiendo que era
un gran dinosaurio bípedo, con patas traseras largas, y una cola que hacía de
contrapeso, con la característica vela en la espalda.
Sin embargo, los descubrimientos de la última década han
cambiado drásticamente el aspecto de este dinosaurio. Hoy sabemos que sus patas
traseras eran cortas, y la cola extraordinariamente larga, semejante a la de un
cocodrilo. Sabemos también que tenía hábitos anfibios y pasaba gran parte de su
vida en el agua, por lo que, probablemente, fuese más denso de lo que se
pensaba. El cálculo volumétrico requiere de un cambio drástico en el modelo
tridimensional del animal, y una corrección de su densidad; y dado que sus
proporciones no guardan relación con Baryonyx y otros espinosáuridos, el método
de escalado tampoco puede emplearse con precisión.
Al final, lo que tenemos son aproximaciones. En algunos
casos serán mucho más cercanas a la realidad, y en otros, como Spinosaurus, el
margen de error será más amplio. Pero, por supuesto, cuanto más se estudie a
estos animales, mejor será el conocimiento sobre ellos, y más exactos y
precisos serán los cálculos.
Referencias:
Campione, N. E. et al. 2020. The accuracy and precision ofbody mass estimation in non‐avian dinosaurs. Biological Reviews, 95(6),
1759-1797. DOI: 10.1111/brv.12638
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