Demandasaurus darwini: Ilustración de Raúl Martin para Museo de Dinosaurios y CAS. |
La disposición de los continentes y de los océanos ha
variado de posición a lo largo de la historia de la Tierra, es el objetivo de
la paleogeografía. Si además se estudia como interviene la posición de los
continentes en la movilidad de los organismos se llama paleobiogeografía. Los
dinosaurios fueron organismos terrestres para los cuales los océanos
representaban barreras difíciles de superar. Por tanto, en cada continente
teníamos unos determinados tipos de dinosaurios. Solo cuando las masas
terrestres se unían por el movimiento de las placas tectónicas se producían
puentes de tierra que permitía el intercambio entre las faunas de los
diferentes continentes.
Ruta de dispersión de los rebaquisáuridos en el Cretácico inferior. |
Demandasaurus se incluye en los saurópodos rebaquisáuridos. La ilustración es de Raúl Martin para el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y el CAS. Son dinosaurios con amplia distribución y diversidad al final del Cretácico inferior y comienzo del Cretácico superior en Sudamérica y África, donde se han descrito casi una docena de especies. Los modelos paleogeográficos indican que estos dos continentes estaban unidos al final del Cretácico inferior, por tanto, es una distribución esperable. Sin embargo, África estaba separada de Europa por el océano Tetis, que supondría una barrera para los dinosaurios. La sorpresa fue encontrar hace unos años al rebaquisáurio Demandasaurus darwini en rocas del Cretácico inferior de la Cordillera Ibérica. La explicación paleogeográfica es sencilla, durante un intervalo de tiempo se produjo una conexión entre Europa y África que permitió la conexión de los dinosaurios durante un corto período de los dos continentes. En definitiva, este dinosaurio reescribió la historia paleogeográfica de esta parte del mundo…
Si quieres conocer más, solo tienes que bajarte el artículo.
Canudo, J.I., Torcida Fernández-Baldor, F. 2021. Los dinosaurios nos enseñan paleobiogeografía. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra 29(1),
18-26.
No hay comentarios:
Publicar un comentario