El éxito evolutivo de los dinosaurios pudo deberse a su peculiar estructura ósea, similar a la de los pájaros modernos. (Ilustración: Márcio Castro) |
Dinosaurios tan grandes como edificios de cinco pisos nunca
habrían sido posibles si sus huesos fueran densos y pesados como los nuestros.
Al igual que las aves actuales, los dinosaurios tenían huesos huecos con
estructuras internas conocidas como sacos de aire, que hacían sus esqueletos
más ligeros y menos densos.
Al parecer, estas estructuras eran tan ventajosas que
surgieron en al menos tres ocasiones independientes durante la evolución de los
dinosaurios y de los pterosaurios (reptiles voladores). Aquí, por tanto, podría
radicar una de las claves del éxito de los dinosaurios, o incluso la clave
principal.
Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado en un
estudio reciente el equipo de Tito Aureliano, de la Universidad Estatal de
Campinas en Brasil.
Unos huesos menos densos y con más aire proporcionaban a
dinosaurios y pterosaurios, y siguen proporcionando a las aves, más oxígeno
circulante en la sangre, así como más agilidad para cazar, huir y luchar, o
incluso para volar. No solo consumían menos energía, sino que también mantenían
su cuerpo refrigerado de forma más eficaz.
El estudio se titula “The absence of an invasive air sacsystem in the earliest dinosaurs suggests multiple origins of vertebral pneumaticity”. Y se ha publicado en la revista académica Scientific Reports. (Fuente: NCYT de Amazings)
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