Los fósiles fueron desenterrados en la provincia de Guangdong en 1984, pero salieron de China de contrabando. En 2003, un coleccionista estadounidense compró el nido a un vendedor en Taiwán, pero no fue hasta 2006 cuando expertos paleontólogos chinos se percataron de su existencia, cuando fueron subastados en Los Ángeles por 419.750 dólares.
Los expertos apelaron al gobierno chino y el ministerio de Exteriores para que gestionaran el regreso del nido. El reclamo de China persuadió al FBI estadounidense y la policía de Los Ángeles para investigar el caso de contrabando. En dos meses, el nido fue confiscado.
No obstante, el comprador insistió en su propiedad, pero las autoridades judiciales determinaron recientemente que los fósiles pertenecían a China.
Tao Qingfa, funcionario del ministerio de Territorio y Recursos, quien tomó parte en la repatriación del nido, afirma que el caso ha sentado un precedente para la cooperación sinoestadounidense en materia de aplicación de la ley, y servirá de base para acciones futuras contra los contrabandistas de fósiles.
Entre 2008 y 2010, las aduanas chinas pusieron al descubierto seis casos de contrabando en Shenzhen, Shanghái, Tianjin y Pekín, que implicaban más de 60 fósiles, según dicho ministerio. Wang cuenta que China posee abundantes fósiles y está reforzando gradualmente las medidas de protección.
En el Museo de Geología de China, donde los huevos fosilizados serán almacenados en principio para ser analizados, el personal contemplaba cómo se sacaba la preciosa carga. El silencio inicial volvió cuando cuatro operarios bajaron la caja, retiraron los clavos y extrajeron el nido.
Fuente: Spanish.china.org
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