El dinosaurio Megaraptor namunhuiaiquii fue descripto por el Paleontólogo Fernando Novas en 1998. Vivió durante el período Cretácico Tardío, hace unos 90 millones de años. Si bien se conocen varios especímenes de esta especie, lo fragmentario de sus restos nunca posibilitaron saber con claridad como era su anatomía y sobre todo a que grupo de dinosaurios carnívoros pertenecía.
Un nuevo descubrimiento encabezado por el Paleontólogo Juan Porfiri del Museo de Geología y Paleontología de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) permitió develar esta incógnita.
Este ejemplar corresponde al Megaraptor más completo que se tenga registro hasta el momento. Se trata de un ejemplar juvenil de unos 2,5 metros de largo que ha preservado gran parte del esqueleto incluyendo un cráneo casi completo.
Megaraptor namunhuiaquii se caracterizaba por poseer en sus manos garras de más de 40 cm. de largo, una de las armas más poderosas que la naturaleza haya inventado. Lo fragmentario del esqueleto, siempre generó dudas a los investigadores sobre su apariencia y sus relaciones filogenéticas, es decir con quién estaban emparentados estos Megaraptóridos respecto al resto de los dinosaurios carnívoros.
Los paleontólogos quedaron sorprendidos con el hallazgo de este nuevo material ya que las características presentes, sobre todo las delcráneo, permitieron reconstruir casi con precisión la forma que su cabeza tendría. Este dinosaurio fue considerado inicialmente como un celurosaurio, luego con el descubrimiento de una mano articulada y otras piezas del esqueleto en Lago Barreales, Neuquén, hicieron suponer que Megaraptor estaría emparentado con los Tetanuros basales tipo carcarodontosáurios, donde se encuentra el Giganotosaurus carolini.
Los estudios sobre Megaraptoridos se vienen realizando hace años, pero hoy con la nueva información disponible, podemos llegar a esta nueva hipótesis: los Megaraptoridos, son tyranosauroideos, es decir parientes lejanos del famoso Tyrannosaurus rex, solo que en su versión criolla.
Con este descubrimiento, el registro de tyrannosauroidea, se ampliaría a las masas continentales australes de Gondwana. Este es un descubrimiento de gran importancia, no solo para conocer cómo eran los Megaraptóridos, sino también la distribución de los tyranosauroideos en el Cretácico de Gondwana. El cráneo de Megaraptor era muy diferente a lo que los investigadores pudieron imaginar, no era un cráneo robusto y grande, sino que más bien bajo y alargado como el de un buitre y con pequeños dientes. Resuelto el enigma del Megaraptor, los paleontólogos publicaron el descubrimiento en la prestigiosa revista internacional Cretaceous Research. Las investigaciones fueron realizadas por un equipo de Paleontólogos argentinos encabezados por Juan Porfiri de la Universidad Nacional del Comahue, Fernando Novas del Museo Argentino de Ciencias Naturales y colaboradores.
Fuente: lmneuquen
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