jueves, 23 de julio de 2015

Luz de sincrotrón para resolver los misterios de la paleontología

Esta tecnología ha permitido observar el interior de huevos fosilizados sin tocarlos o reconstruir la dieta de los neandertales


Uno de los huevos analizados con luz de sincrotón hallados en Tailandia. Phu Phok












En una llanura inundada de la región de Sao Khua, en el noroeste de Tailandia, un equipo de paleontólogos liderado por el doctor Varavudh Suteethorn halló un pequeño tesoro que llevaba 125 millones de años esperando ser encontrado.  Eran unos huevos diminutos, del tamaño de los de un gorrión, con una cáscara significativamente gruesa. Su superficie, calcárea e irregular, lucía unos colores terrosos.

Basándose en la estructura del huevo y los huesos que yacían a su alrededor, los investigadores pensaban que podía tratarse del embrión de un pequeño dinosaurio carnívoro o de los restos de una ave primitiva; pero esa teoría no pasó de una hipótesis sin comprobar; era una reliquia del cretacio, demasiado valiosa como para poner en riesgo su integridad con cualquier técnica de investigación invasiva. Aquello sucedió en 2003 y el misterio de los huevos de Tailandia quedó sin resolver durante más de 10 años, hasta ahora.

En la Instalación europea de radiación sincrotrón de Grenoble, en Francia (ESRF, por sus siglas en inglés) han conseguido ver el interior de los restos sin abrirlos y reconstruir un modelo 3D. Y el resultado ha sido un descubrimiento muy revelador para la paleontología: en los misteriosos huevos de Tailandia reposaban los restos de lagarto más antiguos hallados hasta ahora.

La técnica usada fue la luz sincrotrón; se consigue en un acelerador de electrones que obtiene un haz de luz del tamaño de un cabello humano, híper brillante y casi un billón de veces más potente que los rayos X convencionales. Permite analizar al mínimo detalle cualquier tipo de objeto de una manera nada invasiva, por lo cual se está convirtiendo en una de las herramientas estrella en la paleontología.

"Este descubrimiento no es sólo apasionante porque por fin se haya resuelto el misterio de los huevos de Tailandia, sino porque plantea nuevas líneas de investigación que hasta ahora no estaban sobre la mesa", explica a Big Vang el paleontólogo Josep Fortuny, del Institut Català de Paleonotologia (ICP) Miquel Crusafont, en Sabadell, que no ha participado en este estudio. Como los embriones se encontraban en un punto de desarrollo muy avanzado, desde Grenoble se pudo hacer un mapa óseo muy detallado que determinó que pertenecían a la especie de lagartos conocida como anguimorfos.

Inicialmente se trabajó con la hipótesis de dinosaurios o aves porque no es frecuente encontrar lagartos en este tipo de huevos, con la cáscara tan dura, a excepción de los geckos, que están considerados una anomalía evolutiva. "Esto nos lleva a trabajar con la posibilidad de nuevos linajes fósiles que ni habíamos planteado", afirma el paleontólogo, ya que todas las cáscaras de huevos de lagartos halladas con unas características similares fueron relacionadas a este espécimen. "Es muy interesante lo que puede suceder a partir de ahora, y la luz sincrotrón será de gran ayuda", confía Fortuny.

Este descubrimiento, es sólo uno de los centenares que se realizan cada año gracias a esta técnica que se ha convertido en una herramienta imprescindible para muchas disciplinas. "En paleontología es muy útil porque nuestro trabajo se basa en reconstruir la historia a partir de unas pocas piezas y no nos podemos permitir el lujo de manipularlas para estudiarlas. La luz sincrotrón es nuestra joya de la corona", afirma Fortuny.

En aceleradores de electrones como el de Grenoble se arroja luz sobre enigmas que parecían destinados a quedar en la oscuridad como la dieta de los neandertales -a partir del estudio de dientes- o la unión de diversos huesos para formar un único esqueleto. Pero la paleontología no es el único campo que se beneficia de esta técnica: el mundo del arte también está siendo iluminado poco a poco.

Arrojando luz sobre el arte

Otro misterio que obtuvo respuesta gracias a la luz sincrotrón fue el del cambio de color de las flores en los cuadros de Van Gogh. Durante años se había observado que el amarillo sufría procesos de degradación más rápidos que el resto de tonalidades, lo que convertía un ramo de brillantes girasoles o crisantemos en una nube con toques anaranjados mate. El responsable de esa evolución cromática fue una capa de barniz aplicada en algunos lienzos después de la muerte del pintor.

"Al analizar el cuadro con luz de una baja longitud de onda se vio que esa capa superior generó una reacción química con los componentes del amarillo usado por Van Gogh que provocó una oxidación", explica Salvador Ferrer, científico adjunto a la dirección del Sincrotrón Alba, el centro de acelerador de electrones situado en Cerdanyola del Vallès. Aquel descubrimiento, hecho en 2012 también en Grenoble es una muestra de "arqueología de la pintura", según Ferrer.

De esta manera, se puede saber mucho no sólo de la obra analizada sino también de su proceso de elaboración, así como del contexto social y artístico en el que fue creada. Un ejemplo son las investigaciones llevadas a cabo en Alba sobre las vidrieras tintadas del arte árabe presentes en Egipto o Siria. "Analizando los componentes usados para dar color vemos que las mismas técnicas se repetían en lugares como Granada. Así se puede estudiar cómo y hasta qué momento duró esta la influencia en la Península", explica el científico.

Se trata de algunos ejemplos de la utilidad de la luz sincrotrón, de la que se han beneficiado innumerables campos. "Ha sido como encender un interruptor. Muchos descubrimientos no hubieran sido posibles de no tener una técnica no invasiva como esta", afirma Ferrer. Hubiera sido impensable perforar los huevos de Tailandia o desgarrar un cuadro de Van Gogh, pero gracias a esta técnica "estamos convirtiendo investigaciones muy exóticas en el pan nuestro de cada día. Cada vez los retos son más apasionantes porque cualquier cosa que quieras mirar, la verás mucho más clara con la luz sincrotrón", asegura el científico. 

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