Ciudad milenaria, cuna de los Infantes de Lara, testigo mudo de un pasado que se remonta a la prehistoria y vergel natural al abrigo de La Demanda
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FOTO: CAS |
Y. P. E. 23/07/2015
Al abrigo de la Sierra de la Demanda y regada por las
aguas del río Arlanza, Salas de los Infantes es ciudad milenaria y cuna de los
Siete Infantes de Lara, pero también fue paraíso de fauna y flora prehistórica.
Refugio de dinosaurios que dejaron testimonio de su existencia tallando las
rocas que pisaron y convirtieron en el vestigio mejor conservado de aquella
era: son los yacimientos de icnitas y los de fósiles y huesos de estos
gigantescos animales prehistóricos.
Precisamente, estos yacimientos paleontológicos se hallan
inmersos en plena campaña de excavaciones paleontológicas que cada año ha
deparado multitud de hallazgos, el más importante, el saurópodo más grande
encontrado en el yacimiento Sereas 8 muy cerca de Salas en el término municipal
de Quintanilla de las Viñas, los restos del saurópodo más grande jamás
encontrado. Y en el yacimiento de Costalomo se conservan las huellas de
dinosarios en 3D mejor conservadas. Hallazgos que catapultan a esta zona como
uno de los más ricos en restos paleontológicos de la época de los dinosaurios.
No en vano, el Museo de Dinosaurios de Salas es uno de los reclamos turísticos
de la zona visitando por cientos de personas a lo largo del año.
Salas de los Infantes es mucho más que dionosaurios. Su
importancia histórica le viene dado desde la época prerromana y se conservan
vestigios de aquella época que han sido encontrados en las excavaciones
realizadas en los diferentes yacimientos de la zona.
Cruce de caminos, entre el norte y el sur, la Edad Media
fue el momento histórico de esplendor de la ciudad. Cuna de los 7 Infantes de
Lara, que aunan leyenda e historia. Tierra de madera y piedra; bosques que
guardan a sus pies una exquisita gastronomía en forma de hongos y setas.
Ciudad hoy repleta de servicios e industria, cuenta con
un gran polígono, el de San Isidro, en el que se han instalado importantes
empresas que dan trabajo y riqueza a la población.
Paraíso natural; tierra del Bueno, el Feo y el Malo;
territorio de festivales musicales en verano y un amplio bagaje cultural cuya
impronta se refleja en su patrimonio monumental y civil, con espectaculares
casas con chimeneas típicas serranas, y monumentos exquisitamente conservados
que abren las puertas al visitante...
Todo eso y mucho más es Salas de los Infantes. Un lugar
de parada y fonda donde perdernos entre sus rutas senderistas cuidadas y
rehabilitadas para el disfrute del paseante y el cicloturista para después
encontrarnos frente a su monumentalidad: las iglesias de Santa María -con su
retablo Mayor o las tumbas antropoformas altomedievales que se localizan en la
subida hacia la iglesia- y Santa Cecilia; las ermitas de San Isidro y San Roque
o los emeritorios de Peñarota...
En verano, Salas abre sus puertas al visitante para que
disfrute con sus vecinos de sus fiestas mayores en honor a la Virgen y San
Roque y, de paso, disfrutar de un paseo por la ‘Ruta de Escipión’ creada por el
Centro de Iniciativas Turísticas de Salas para poner en valor la monumentalidad
y riqueza natural de la zona.
La tierra de dinosaurios, boletus y patrimonio espera al
turista con los brazos abiertos, pues también Salas puede presumir de tener
gentes de bien, afables y hospitalarias que confiere ese carácter serrano y que
les distingue del resto.
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