viernes, 17 de marzo de 2017

Este es el aspecto de la planta más antigua de la Tierra

Perteneció a un alga roja y tiene una edad de 1.600 millones de años

«Fotografía» al microscopio de rayos X del fósil. Su hallazgo adelanta la aparición de la vida 
multiceular en 400 millones de años - STEFAN BENGTSON

Científicos del Museo de Historia Natural de Suecia han descubierto un fósil de un alga roja, un tipo de planta primitiva, de 1.600 millones de años de antigüedad. El hallazgo, publicado recientemente en PLOS Biology, indica que la vida multicelular apareció al menos 400 millones antes de lo que se pensaba hasta ahora.

«Esto retrasa el reloj de uno de los eventos evolutivos más importantes: el anterior fósil más antiguo de planta, un alga roja llamada Bangiomorpha, tiene alrededor de 1.200 millones de años». Ha explicado a ABC Stefan Bengtson, coautor del estudio. «Los nuevos descubrimientos sugieren que la vida multicecular apareció al menos mil millones de años antes que la explosión del Cámbrico, cuando los organsmos multicelulares se diversificaron y adquirieron un papel muy importante en los ecosistemas. Por eso deberíamos reevalular el momento en que aparecieron los linajes más importantes del árbol de la vida».

Los investigadores encontraron dos fósiles distintos en unas rocas sedimentarias situadas en el distrito de Chitrakoot, en la región central de India. Uno tenía forma de hilo y otro una forma más irregular. En ambos casos, los científicos pudieron observar la presencia de estructuras celulares, como filamentos y manojos, que no pueden encontrarse en las formas de vida más primitivas: las bacterias.

«No podemos estar seguros al cien por cien de que la antigüedad de este material, porque el ADN no ha sobrevivido, pero su aspecto concuerda bastante bien con la morfología y la estructura típicas de las algas rojas», ha dicho Bengtson.

Las huellas de vida más antiguas tienen 3.770 millones deaños de edad. Estos primitivos seres vivos eran básicamente bacterias, células más sencillas y generalmente más pequeñas que las que forman parte de plantas y animales en la actualidad (las llamadas células eucariotas). En todo caso, se cree que no fue hasta hace 600 millones de años, cuando las formas de vida multicelulares, basadas en estas células eucariotas, se hicieron frecuentes en la Tierra.

Recalibrar el «árbol de la vida»

El origen de los primeros seres vivos multicelulares siempre ha sido difícil de establecer, puesto que no formaron estructuras sólidas capaces de perdurar en el registro fósil. Hasta ahora, la huella más antigua de estos seres multicelulares le pertenecía a un alga roja de 1.200 millones de años de antigüedad.

Pero con este nuevo hallazgo, habrá que recalibrar el árbol de la vida. Gracias a estos fósiles, se debe adelantar el origen de los seres multicelulares en, por lo menos, 400 millones de años. «Parece que el momento de la vida visible, formada por multicelulares, comenzó mucho antes de lo que pensábamos», ha dicho Bengtson.

Estas formas de vida estaban enterradas en un estromatolito, una formación fósil formada hace miles de millones de años por cianobacterias, bacterias capaces de hacer la fotosíntesis y que son las responsables de haber llenado de oxígeno la atmósfera de la Tierra. Pues bien, los investigadores hallaron unos curiosos filamentos en su interior, y al examinarlos de cerca, pudieron ver lo que parecían ser unas formas más irregulares, típicas de organismos multicelulares.

«Estaba tan nerviosa que tuve que caminar tres veces alrededor del edificio antes de decirle a mi jefe lo que había visto», ha dicho Therese Sallstedt, la autora del hallazgo.

Los investigadores se valieron de la tecnología de los rayos X para echar un vistazo dentro del estromatolito. Y así observaron la estructura típica de las células de las algas rojas en un fósil de 1.600 millones de años de antigüedad. Entre otras cosas observaron las paredes que las envuelven y los cloroplastos, esos pequeños órganos donde ocurre la fotosíntesis.

«Si nuestra interpretación es correcta, estaas serían las plantas más antiguas conocidas», ha concluido Stefan Bengtson.

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