Vienen desde Europa y de otros países de América Latina. Desarrollan estudios con investigadores de la Universidad Nacional de Río Negro. Los volcanes, la fauna prehistórica y los ambientes acuáticos únicos de la región son algunas de las temáticas
El Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología en Río Negro recibe becarios e investigadores extranjeros |
Dentro de esa alta casa de estudios, funciona el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG), que también depende del Conicet. Allí confluyen becarios e investigadores extranjeros que son especialistas en las ciencias de la Tierra. Ha abierto sus puertas para expertos de lugares tan lejanos como Italia, Bélgica, España, Cuba y Francia.
“Hay algunos que vienen a visitar Argentina, se encantan por
esta tierra y deciden radicarse en Roca. La ciudad les motiva porque brinda las
comodidades de una población pequeña pero organizada, con un buen estándar de
vida y con materiales de trabajo a mano”, comentó a RÍO NEGRO, Alberto Caselli,
doctor en Ciencias Geológicas y director del Instituto IIPG.
Las explicaciones que atrapan a los extranjeros pueden ser
múltiples y variadas, desde el suministro de recursos y la riqueza del
territorio para expedicionar, hasta el enamoramiento de la magia que desprende
la Patagonia. Aquí van las historias de cuatro expertos que cuentan qué están
estudiando en la región.
Un físico llegó desde Bélgica con la mirada en volcanes y
satélites. Encontró su lugar dentro del Laboratorio de Estudios y Seguimientos
de Volcanes Activos dentro del IIPG, que realiza investigaciones
multidisciplinarias para comprender y desarrollar modelos sobre sus
comportamientos.
Es el físico Dominique Derauw, quien integra desde 2019 el equipo
de investigadores. Llegó al país para contribuir con el estudio de imágenes
satelitales, un campo en el que está especializado. Fue en el Centro Espacial
de Lieja, en Bélgica, donde desarrolló sus conocimientos.
“Cuando veo el número de extranjeros pienso que Argentina
brinda muchas oportunidades para los investigadores. Hay mucho para hacer acá”,
mencionó Derauw en diálogo con RÍO NEGRO. Su principal motivación fue la
necesidad internacionalizar su carrera y consideró que la Argentina era el
lugar ideal.
Fue gracias al contacto con Alberto Caselli, a quien conoció en un congreso de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). A partir de ese momento, Derauw decidió presentar un proyecto al Conicet para radicarse como becario del Instituto en Patagonia Norte. Derauw, de 56 años, se encuentra radicado junto con su esposa. Anhela poder desarrollar proyectos de un lado y otro del océano.
Los enigmas de los dinosaurios
Mattia Antonio Baiano es italiano y becario CONICET. Estudia dinosaurios carnívoros |
El italiano Mattia Antonio Baiano es licenciado en Ciencias
Naturales y becario posdoctoral del IIPG. Llegó a Roca, provincia de Río Negro,
en marzo de 2015 por su interés en fósiles de dinosaurios.
Se doctoró gracias a una beca de Conicet. “Es un país que a
nivel científico y tecnológico da muchas oportunidades para investigar, eso no
pasa en muchos lugares del mundo. Le da mucha importancia a la paleontología”,
dijo Baiano a RÍO NEGRO.
Nació en Nápoles, donde estudió su carrera de grado y luego se mudó a Barcelona para efectuar su maestría. “En Italia si querés doctorarte tienes que concursar, y es mucho más limitado porque la cantidad de becas son pocas. Es verdad que los investigadores tienen acceso a más dinero para los proyectos, pero acá (en Argentina) se dan muchas más posibilidades pese a que el dinero no es mucho”, sintetizó.
Actualmente reparte su tiempo entre Roca y el Museo
Municipal Ernesto Bachmann de Villa El Chocón, la localidad donde se encuentra
la mayor cantidad de restos con los cuales Baiano trabaja para realizar su
postdoctorado.
“Hace 2 años me casé con una mujer de Roca, por ahora la
idea es quedarme y aplicar como investigador. Me quiero quedar porque el país
me ofrece la posibilidad de trabajar de lo que me gusta”, enfatizó Baiano.
Asombro por los ambientes acuáticos
Desde Cuba, Yeny Labaut Betancourt vino a Patagonia para estudiar comunidades de microbios en ambientes acuáticos |
La cubana Yeny Labaut Betancourt trabaja en Limnología, que
hace referencia al estudio de los ecosistemas acuáticos a partir de las
interacciones de los organismos que habitan esos lugares. Es becaria
posdoctoral y se focaliza en cómo los microorganismos presentes en los
sedimentos de los cursos hídricos habrían permitido la preservación de huellas
fósiles. En su país natal trabajó en el Centro de Estudios Ambientales de la
Habana hasta 2016, cuando por medio de una beca doctoral de Conicet llegó al
país para seguir su especialización.
“Estaba buscando varias alternativas de posgrado luego de recibirme de Licenciada en Biología en la Universidad de la Habana. Allá hay varias posibilidades de maestrías y doctorados pero no se otorgan becas. Mi interés era centrarme exclusivamente en la investigación que iba a desarrollar, y eso lo logré en Argentina”, comentó a Labaut Betaoncourt a RÍO NEGRO. En Cuba el pobre acceso a financiamiento para formación obliga a los investigadores a realizar trabajos por fuera de los centros científicos.
En mayo del año pasado comenzó con su beca posdoctoral y aspira a concursar durante 2022 para ser investigadora. Gracias a la buena acogida que recibió en el IIPG decidió tramitar la nacionalización para asegurar su estadía.
En Patagonia Norte también hay “ardillas” prehistóricas
Desde Francia, Paul-Emile dieudonné estudia restos fósiles de animales parecidos a las ardillas de hoy. |
Dieudonné es estudiante de doctorado. Es francés y desde mayo del año pasado se encuentra radicado en Roca.
La posibilidad de realizar su especialización en el país
surgió gracias al contacto con una investigadora española, quien es también
miembro de la Universidad de Río Negro.
“Intenté con postulaciones en muchos lugares, como en Canadá
y Bélgica, pero nada salió. Y en Francia las posibilidades son limitadas en
cuanto número y la imposición de temas de tesis”, argumentó Dieudonné, quien
investiga a los ornitópodos
El joven francés tiene previsto residir en el país por los
próximos cinco años, en los que dure su estancia de Conicet. La adaptación con
el IIPG fue buena y destaca la recepción y calidez de sus compañeros de
trabajo.
Los expertos también enseñan
Cuando las universidades nacionales invitan a investigadores
o becarios a formar parte de su órbita, también lo hacen extensivo para el
ejercicio de la docencia. Bajo el principio de reciprocidad se busca que haya
una retribución a la sociedad con la formación de futuros nuevos colegas, así
como también se pretende promover el enriquecimiento personal e intelectual.
La docencia no se trata de un requisito ineludible, sino de
una predisposición. Incluso como el caso de Yeni Labaut Betancourt, becaria
especializada en invasiones biológicas, impartir clases en la carrera de
Profesorado de Nivel Medio y Superior en Biología de la Universidad de Río
Negro le permitió traer consigo a su hija menor de edad.
Las becas otorgadas por el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas solo posibilitan la radicación en el
país de la persona adjudicataria del beneficio y bajo la condición de
estudiante. Por lo cual la posibilidad laboral que le brindó la UNRN fue un
alivio para Betancourt. “La universidad fue un soporte muy importante para mí
trámites legales como extranjera, gracias a ellos pude traer a mi hija. Es
importante el ámbito personal y familiar para un investigador”, precisó.
En el caso de Domique Derauw, la docencia fue la
materialización de un sueño postergado que su propia tierra, Bélgica, no le
pudo brindar. “Es una experiencia que quería vivir porque en Europa no podía
ejercer debido a que no había lugares vacantes para hacerlo. Acá lo pude
concretar y me gusta”, expresó.
El físico imparte clases desde 2019 en primer y segundo año
de la carrera de Geología de la Sede Alto Valle y Valle Medio de la Universidad
Nacional de Río Negro.
Su vinculación con los estudiantes resultó fructífera, pese
a las limitaciones que la educación sufre en estos últimos dos años producto de
la pandemia. “Trato de dar un curso que sea didáctico y que esté vinculado a
cosas del mundo real, porque la física es una manera de estudiar lo que nos rodea.
Por lo tanto, debe ser simple de comprender”, enfatizó Derauw.
Mattia Antonio Baiano también es docente de la Universidad
de Río Negro en las carreras de Geología y Paleontología, en materias que
comparten los primeros años del programa curricular de ambas licenciaturas.
Para el científico italiano especializado en restos fósiles de dinosaurios, es
importante la transmisión de lo generado en las academias. “Cuando la
información queda exclusivamente en el área científica, resulta estéril. Lo
importante es que todo el mundo pueda acceder a ella”, explicó.
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